El Ayuntamiento de Madrid encargó a Ouka Leele (Bárbara Allende, Madrid, 1957-2022) el cartel de los Veranos de la Villa de 1996. Una terraza, una niña (su hija, María Rosenfeld), una pareja que se echa la siesta, mucha fruta y de fondo, el skyline de la ciudad… Este retrato tan cálido se convirtió para muchos en una de las imágenes más icónicas de la prolífica carrera de la fotógrafa y pintora madrileña. Veintiséis años después, se ha querido rendir un sentido homenaje tras su reciente fallecimiento recuperando ese cartel original como imagen de Veranos de la Villa 2022, que tiene como eslogan “Me enamora Madrid”.
“Recuerdo que era un día de calor muy intenso. Las sesiones de mi madre siempre duraban horas, pero disfrutaba mucho viendo la producción que hay detrás de una foto. Ella trabajaba en analógico con cámara de placas, para que la fotografía fuese perfecta. ¡Casi no podías ni respirar!”, cuenta María Rosenfeld sobre la imagen que representó el festival en 1996.
“Mi madre siempre tenía mil ideas para solucionar cualquier situación inesperada. Cuando era pequeña, no había Photoshop, no se podía falsear nada en post producción. Mi madre, que era muy amante del surrealismo, conseguía que los objetos volasen con hilos de nylon… También era precioso el proceso de revelado y después ver cómo iba evolucionando la foto a medida que la iba pintando convirtiendo la imagen en arte. ¡Verla pintar era casi un acto de meditación, siempre sonando buena música!”, evoca la hija de Ouka Leele.
A su vez, para la campaña de Veranos de la Villa, el ilustrador Borja Bonafuente (Madrid, 1978) ha creado una versión actual de ese mítico cartel, ahora pintado en un cuadro al óleo hiperrealista. “Por lo general, en mis cuadros utilizo mucho el claroscuro y para esta obra he usado los colores brillantes que aparecían en los trabajos de Ouka Leele. Más que un reto, crear este cuadro ha sido algo diferente sobre lo que investigar y es un gusto ver esos verdes brillantes al lado de un rojo chillón que está cerca de un azul electrónico. Los que conozcan la obra de Ouka sin duda reconocerán el homenaje y luego habrá a quienes esta nueva obra le lleve a ella. Espero sinceramente que guste”, afirma.
María Rosenfeld recuerda a su madre, Ouka Leele
En esta nueva versión, vuelve a estar presente la hija de Bárbara Allende, María, retratada igual que en una fotografía que le tomó su madre, añadiendo el mismo adorno de uvas y hojas de parra, y los icónicos colores utilizados por la creadora. El cielo de Madrid, con sus tejados y edificios emblemáticos, es la continuación del horizonte volteado de Ouka Leele, que siempre se inspiró en Madrid para sus obras, desde la azotea del céntrico mercado municipal de Barceló con fotografía de Álvaro López del Cerro. Así como el tocado de limones es un guiño a la serie Peluquería, 1978-1979 de la artista.
“Me encantaba posar para mi madre. La imagen del actual cartel es muy especial. Fue la última foto que me hizo mi madre, era para una campaña de una marca de ropa que tiene mi mejor amigo de toda la vida, Picopico. Cuando hicimos las fotos mi madre ya estaba enferma, decidimos entre los tres hacer la sesión en la azotea de casa de mi madre. Fue una sesión en la que nos reímos y disfrutamos. A mí madre le encantaría este homenaje. Estaba muy emocionada con la idea de aparecer en carteles que estarían por todo Madrid cuando era pequeña, la misma emoción que siento ahora con la versión creada por Borja”, cuenta María.
Una artista que siempre exploraba la ciudad de Madrid
“Como artista, poco puedo decir, sus imágenes valen más que mil palabras. Soy su fan número 1. Pero, sobre todo, admiro su libertad y su pasión a la hora de trabajar. Me ha enseñado sobre todo a confiar en mí, en que todo es posible. Como madre, también era mi artista, jugaba conmigo mientras pintaba y se inventaba cuentos todas las noches. Era súper creativa en la cocina, siempre haciendo zumos de colores e inventado recetas deliciosas. Es la persona más cariñosa y divertida que he conocido. Siempre alegre y sonriente hasta el último momento. Ha dejado un legado de imágenes preciosas y a mí me ha dejado un legado de fuerza, alegría y ganas de vivir”, rememora María.
Contaba Ouka Leele en un artículo publicado en Bloggin´Madrid que tras terminar el colegio volvió a “bucear dentro de mí para conocer mejor esta maravilla en la que estamos, la vida y Madrid. Una ciudad que siempre me ha dado la posibilidad de continuar explorando y filosofando libremente”.