Del latín 'PRISTINUS", que se refiere a lo primitivo, original, que está en el origen. Esta definición tiene mucho que ver con el Restaurante Pristino, que se mantiene fiel al origen de la cocina.
Se define como una casa de comidas contemporánea, aunque el restaurante Pristino es un local elegante y exquisito, donde se nota que se centran en lo realmente importante, la comida y el servicio, además de ofrecer unos precios razonables.
En estas fechas estivales es aconsejable disfrutar de una cena en su terraza, acogedora y tranquila, donde se puede degustar, cualquier plato de su carta, por ejemplo un fantástico salmorejo de tomate, coquinas o cualquiera de las sugerencias que te plantean, según el gusto del comensal.
Prístino, situado en el madrileño barrio de Chamberí (Paseo de Eduardo Dato, 8), abrió sus puertas en 2019, poco antes del inicio de la pandemia, y poco a poco ha conseguido convertirse en un referente gastronómico de calidad en Madrid.
Interior
Está situado en uno de los edificios históricos de esta zona de Madrid, que data de 1945.El interior apuesta por un estilo clásico renovado, con un interiorismo elegante y sofisticado. Cuenta con tres ambientes, dos salones y un reservado que dan una continuidad muy estudiada en cuanto a la decoración. En todos ellos se encuentran tonos cálidos con paredes crema con molduras y suelos de madera que crean un ambiente acogedor. Tapicerías de terciopelo en distintos colores y estampados en sofás y butacas confortables, lámparas con flecos y de aire retro, espejos, elegantes cortinas largas lisas e incluso columnas de hierro que dotan a Prístino de su propia personalidad.
Cocina casera
Es un establecimiento donde se elabora una cocina casera y tradicional, con una propuesta simple, que muy pocos restaurantes consiguen. En Pristino hacen que lo complicado parezca sencillo. En su carta no se encuentran platos con nombres raros ni sabores irreconocibles.
Una treintena de platos componen la carta, comenzando por los entrantes, donde hay que destacar las croquetas de jamón, las gambas cristal con huevos fritos y alcachofas o los torreznos con patatas revolconas. Y para acompañar y compartir, también es perfecto el tomate de la Huerta con Bonito en AOVE, las coquinas con aceite y ajo o las almejas a la sartén, el salmorejo con huevo y jamón, una autentica maravilla sobre todo ahora que llega el calor. Y llega el momento de una de sus grandes especialidades, plato reconocido en todo Madrid, sus castizos Callos con morro y pata o en su defecto las verdinas en salsa verde con almejas. Para aquellos que no quieran cuchara tienen un fabuloso arroz meloso de carabineros. En cuanto a carnes ofrece un steak tartar soberbio, elaborado con carne de ternera, eln chuletón de vaca madurada 45 días o el Rabo de Toro con Parmentier de Oloroso son otras dos opciones para los muy carnívoros. Y en cuanto a las delicias del mar destacan el rape de ración a la brasa y la Lubina a la Sal.
Es un local que se ocupa de la cocina tradicional en estado puro, en donde se pone en valor los platos que forman parte de nuestra cultura gastronómica. En definitiva, el regreso a los menús de toda la vida.
En Pristino se cuida cada pequeño detalle. Una música suave que apenas se nota y no entorpece para charlar o el recipiente de aceite de mesa que recuerda a un frasco de lujosas esencias. Y cómo no, muy destacable el servicio impecable, a la manera de los restauradores de antes.
Pristino pone sobre la mesa la importancia de la tradición. La oferta gastronómica de Prístino se centra en las antiguas casas de comidas con un menú casero creado en base a un compendio de recetas madrileñas tradicionales.