La familia Alonso del Yerro celebra dos décadas de recorrido para un proyecto que buscaba descubrir el potencial de un terruño con alma propia en la Ribera del Duero.
Dejar todo para cumplir un sueño. Este es el salto de fe que dieron Javier Alonso y María del Yerro hace veinte años cuando decidieron abandonar sus vidas en Madrid y mudarse a Burgos, a unos terrenos sin poblar en plena Ribera del Duero, para consolidar allí una familia, un negocio y un modelo de vida que llevan preservando durante dos décadas.
La familia Alonso del Yerro desembarcó en 2002 en la Ribera del Duero con un proyecto que buscaba cubrir el potencial de un terruño en Burgos que, sin duda, creían que tenía alma propia. Y es que la historia de la bodega no gira únicamente en torno a sus fundadores, Javier y María, sino que está vinculada a muchas otras personas que forman parte del círculo de familiares y amigos del matrimonio. El ejemplo más claro se encuentra en el nombre de cada una de las parcelas que conforman Viñedos Alonso del Yerro, rindiendo homenaje a los propios miembros de su familia: Santa Marta, Quinto de Pedro, Pago de los Mayores (Miguel, María, Fátima) y Viña Montserrat, en honor a la madre de Javier. A día de hoy, Santa Marta no es solo la parcela donde surgió el proyecto, es también el lugar donde se construyó la casa familiar, donde comparten grandes momentos entre familia, visitantes y amigos, y donde continúan cada día luchando por un proyecto que sienta sus bases en el respeto por el entorno, el valor de la amistad, el amor de la familia y la pasión por la excelencia.
“Alonso del Yerro nació de un sueño, pero de un anhelo bien estudiado y con la certeza de que sería un proyecto a largo plazo. Animamos a perseguir los sueños, siempre que estén basados en la realidad, que haya detrás un gran proyecto profesional, mucho apoyo familiar y una gran pasión”, afirma María del Yerro, fundadora de la bodega junto con su marido Javier Alonso. Además, conscientes de que para conseguir el mejor vino debían rodearse del mejor equipo, la familia Alonso del Yerro contó desde el primer momento con el asesoramiento del enólogo Stéphane Derenoncourt, un enamorado de las viñas y gran amigo. Stéphane quedó prendado del proyecto en cuanto se lo presentaron, y viendo que la calidad del suelo era la adecuada para elaborar un gran vino, no lo dudó y se trasladó a Burgos para materializar esta idea.
La familia Alonso del Yerro siempre resalta que el terroir es uno de los elementos más importantes para la creación de sus vinos. Por ello, y aconsejados por Stéphane, decidieron ponerse en contacto con Claude Bourguignon, una auténtica eminencia en el mundo del vino que, durante cuatro años, analizó el suelo de las parcelas en un estudio minucioso y completo, ayudándoles a alcanzar su objetivo: convertir la marca Alonso del Yerro en una de las mejores de la Ribera del Duero.
“Desde el inicio hemos hecho vinos de guarda, que se puedan disfrutar desde el momento en que salen al mercado pero que tengan capacidad de envejecer, bien conservados, durante muchos, muchos años”, afirma María. De esta manera, la bodega ha conseguido tres vinos que reúnen las mejores características del entorno en el que se producen: María y Alonso del Yerro, elaborados en la Ribera del Duero, y Paydos, que nace en Toro. Además, para conmemorar el 20 aniversario de los viñedos, Alonso del Yerro ha lanzado al mercado una caja muy exclusiva, la Caja Generaciones, que incluye seis añadas diferentes de Alonso del Yerro: 2010, 2011, 2012, 2013, 2014 y 2018, que cuenta con una nueva etiqueta, como harán sus hermanos, María y Paydos, a partir de esta añada. Esta edición especial ha nacido con el objetivo de dar a conocer la visión de Viñedos Alonso del Yerro de la mejor manera posible, a través de sus vinos. “La Caja Generaciones muestra la evolución de nuestros vinos a lo largo de las diferentes añadas: según vamos evolucionando nosotros, va creciendo la viña y vamos comprendiendo aún más nuestros suelos, hasta llegar a la plenitud en la añada 2018”.
Viñedos Alonso del Yerro es más que una serie de vinos y unos terrenos, es un proyecto que se sustenta en los valores de la familia, los amigos y el saber hacer en la tierra, siempre desde el respeto al lugar y a las personas que allí trabajan.
María es el vino estrella de Alonso del Yerro y el más especial, ya que solo se elabora en las añadas excelentes. Se trata de un tinto elegante que desprende equilibrio, frutal e intenso, pero a la vez muy fresco. Un vino moderno que rescata la frescura de los mejores clásicos. Por su parte, Alonso del Yerro es su vino más emblemático, conjugando el carácter y complejidad de la variedad tempranillo de los viñedos de la finca Santa Marta con la frescura y concentración propios de la añada. Y, por último, Paydos, elaborado en Toro y que hace referencia al nombre de su hijo Pedro y su número favorito. Este vino surgió de una selección de parcelas con suelos arcilloso-calcáreos y graníticos, y su variedad tinta de toro expresa a la perfección el carácter y elegancia propia de los viñedos más privilegiados de la DOP Toro.