Los restos arqueológicos que se hallan en algunos de ellos recuerdan grandes episodios históricos del país y los convierten en un atractivo turístico muy sugerente, también, por su singular belleza.
Israel presenta una larga lista de parques naturales y visitarlos podría ser un plan casi obligado para el Día de los Parques Naturales, que se celebra hoy. Por arqueología, cultura, geología e incluso reductos de naturaleza, el país mediterráneo es un destino de sumo interés para este tipo de visitas. De todos ellos, estos cinco son algunos de los más inspiradores:
Reserva natural Ein Gedi
Próximo al mar Muerto, este parque es un auténtico oasis. Está repleto de cataratas, riachuelos y manantiales que emergen de las montañas del desierto de Judea, un paraíso para multitud de especies animales que habitan su territorio. Sorprende su exuberante vegetación en medio de una zona desértica, el contraste del paisaje arenoso de sus alrededores con los colores verdes y vivos de su hábitat.
En su interior también reposa la historia de Israel, ya que este fue el lugar donde David se refugió ante la persecución del rey Saúl; además todavía se hallan restos arqueológicos de la primera civilización que habitó Ein Gedi hace más de 5.000 años.
En la actualidad, este espacio natural tiene fama como centro de rehabilitación gracias a sus aguas termales, baños de barro y su clima cálido que le han otorgado un reconocimiento internacional.
Parque del lago de Hula
Situado en el corazón del valle de Hula, en la Alta Galilea, está considerado como uno de los lugares de observación de aves más destacados del mundo, y por donde transitan hasta 500.000 pájaros. Aunque esta es la actividad principal, cerca del lago de Hula también se pueden realizar paseos en carros cubiertos, en bicicleta, safaris nocturnos y visitas a los jardines botánicos con vegetación de humedales.
Masada
Es uno de los enclaves naturales más relevantes del país y, probablemente, uno de los más reconocidos en todo el mundo. Supone, además de una gran atracción turística, todo un símbolo nacional para Israel por la historia que allí se ha escrito.
Masada fue la última fortaleza que resistió a la conquista romana, que, además, necesitó siete meses para conquistarla. Cuando llegaron a la cima, los habitantes habían muerto porque prefirieron ese final a convertirse en rehenes de los romanos. Antes de la llegada de tal imperio, Masada fue concebida como refugio-fortaleza del rey Herodes.
Su conjunto de palacios y fortificaciones, que se sitúan en lo alto de una montaña aislada en pleno desierto de Judea, es una auténtica maravilla. Para acceder a ellos se puede usar un teleférico o caminar por un serpenteante camino, siempre que sea antes de las horas más intensas de calor.
Reserva Natural del makhtesh Ramon
Es, en mayúsculas, el ‘gran cráter’ de Israel. Asimétrico y con formaciones rocosas rosáceas, es una joya de Israel que todavía no es del todo conocida. Estar quieto y admirar tal tesoro geológico que ofrece la naturaleza ya es una experiencia única de por sí, pero, además, se puede completar haciendo rapel, tours en 4x4 e, incluso, un vuelo en globo aerostático. Aunque de forma común se le conoce como cráter, en realidad es un makhtesh, una forma geológica única del desierto del Negev que se crea con dos paredes empinadas de roca resistente que rodean un valle profundo y cerrado. En la zona también hay un centro de visitantes para conocer mejor esta maravilla natural israelí. En total hay cinco maktesh, tres de ellos en el desierto del Negev.
Parque Nacional Beit Guvrin-Maresha
Ubicado en el corazón de la Tierra de las Mil Cuevas, nombre con el que se conocen las 480 cuevas de Beit Guvrin-Maresha que desde 2014 son Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Cuentan con 3.500 cámaras subterráneas de varios tallados de tiza que en el pasado se usaron como baños, establos o lugares de culto religioso. Aunque no es de los más conocidos, hoy es un gran atractivo por sus formaciones naturales imponentes.
Para visitar estos y otros parques naturales del país, existe la Israel Pass, una tarjeta concebida para que locales y turistas puedan entrar a los parques que están incluidos (pueden ser 3, 6 o todos, en función del precio que se pague). Hay una extensión de la misma, la Israel Pass & Ride, que facilita la movilidad en transporte público por todo el país.