El verano se acerca y, con él, las calles se llenan de gente, de ganas de disfrutar y de conocer los secretos de nuevos destinos. En esta línea, las Islas Baleares se visten de tradición durante las próximas semanas, para lucir uno de sus atractivos más relevantes: su cultura y tradición. Y es que el patrimonio cultural es una característica única de cada lugar que permite conocer las verdaderas raíces de las islas; aquello que las convierte en una tierra mágica y diferente.
De vuelta a la edad media, Ibiza
Desde 1999, año que coincide con la declaración de cuatro elementos naturales de la isla como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, la isla de Ibiza se transforma en un auténtico mercado medieval. En concreto, la Ibiza Medieval tiene lugar en Dalt Vila (Eivissa) y se celebra a mediados del mes de mayo. Esos días, salen a la calle vendedores ambulantes, nobles, encantadores de serpientes y juglares para volver al pasado en pleno presente. Toda la programación de la festividad, que tendrá lugar del 12 al 15 de mayo e incluye tanto un enorme mercadillo artesanal, como tiro con arco, danzas árabes o teatro medieval, entre otras, busca devolver a la vida las culturas que han formado la identidad de la ciudad, por la que han pasado romanos, árabes y fenicios.
Moros y cristianos de Sóller, Mallorca
La isla de Mallorca también regresa al pasado el segundo fin de semana de mayo con la fiesta de Moros y Cristianos de Sóller, al noroeste de la isla. Esta particular fiesta reconstruye de manera muy fidedigna la gran batalla de 1561 en la que se enfrentó la población local a un ataque de piratas turcos y argelinos.
Con una fuerte base teatral y siguiendo la historia, los habitantes del pueblo se dividen en dos bandos, con sus atuendos correspondientes, y escenifican la gran batalla que culminó con el triunfo cristiano. La festividad tiene lugar durante el fin de semana y la gran batalla se suele representar el lunes.
La noche mágica de San Juan, Formentera
La noche del 23 de junio es famosa en muchos lugares, pero vivirla en Formentera es llenarse de magia y nueva vida. Durante Sant Joan, la isla muestra un espíritu festivo, especialmente en la localidad de La Mola, que se llena de programaciones con música y actividades, como la posibilidad de disfrutar del tradicional Ball Pagès, la danza ancestral de las Islas Pitiusas.
Tras un atardecer increíble y con la llegada de la medianoche, llega el momento de encender los foguerons y dejar atrás todo lo malo para dar comienzo a una nueva etapa en uno de los oasis más preciados del Mediterráneo.
Sant Martí de Es Mercadal, Menorca
Ya con el verano empezado, el tercer fin de semana de julio es Menorca la que se viste de historia con la gran fiesta de Sant Martí de Es Mercadal. Esta localidad del centro de Menorca tiene al caballo como protagonista de sus fiestas más populares, durante las cuales lucen monturas majestuosas, crines con trenzados especiales y representan el protocolo tradicional que siglos pasados reinó en sus calles.
Y es que festividad tiene un orden riguroso, pues solo se inicia con la música de flabiol- que abre paso montado en un burro. Tras él continúa el caixer batle (representante de la sociedad civil), el caixer capellà (representante de la Iglesia) y después los delegados de la payesía, de los casados y de los solteros. La comitiva la cierra el portaestandarte (el soltero). Todo este desfile tiene lugar en riguroso silencio, muestra de respeto por la tradición y posteriormente vuelve el jolgorio y la festividad.