Según las previsiones de Exceltur, todo apunta a que 2022 será un buen año para el turismo: las cifras de pernoctaciones en el mes de febrero no distan ya mucho de las registradas el mismo mes de 2019, el último pre- pandemia. Paralelamente, el turismo internacional se vuelve a reactivar en todo el mundo, aumentando las llegadas de extranjeros a todos los destinos en un 130% en enero de 2022 respecto al mismo periodo de 20212. Estas cifras tan favorables y la llegada del buen tiempo generan unas perspectivas muy positivas para afrontar el primer gran periodo vacacional del año: la Semana Santa.
Disfrutar de jornadas relajadas en la playa, hacer ejercicio en la montaña, descubrir procesiones declaradas como Bien de Interés Cultural, degustar la mejor gastronomía nacional, deleitarse en los mejores parajes naturales nacionales… Las posibilidades de disfrutar en familia son tantas para estos días que la plataforma de alojamientos al aire libre, Pitchup.com, ha preparado una cuidada selección con algunas ideas y los mejores campings para los viajeros que calientan motores de cara al verano.
Disfrutar de la única Semana Santa declarada Bien de Interés Cultural
Desde 1980, la Secretaría de Estado de Turismo ha declarado Celebraciones de Interés Turístico Internacional la Semana Santa de 27 localidades españolas. Sin embargo, solo una de ellas cuenta con el prestigioso reconocimiento de ser Bien de Interés Cultural y candidata a Patrimonio Inmaterial de la Humanidad: la de Zamora. Con procesiones tan espectaculares como la del Vía Crucis o la del Silencio recorriendo las preciosas y estrechas calles empedradas de la ciudad, las sensaciones y sentimientos estarán a flor de piel y la retención de imágenes inigualables en la memoria estará asegurada. Para descansar después de cada jornada, el Camping Los Molinos ofrece una estancia relajada a los pies del impresionante lago de Sanabria, donde realizar todo tipo de actividades acuáticas con los más pequeños de la casa.
Degustar la oferta vinícola de La Rioja
Cuando la producción vinícola lleva siglos siendo la principal actividad económica de una zona, resulta evidente que las cosas se están haciendo bien. Desde que se creó en 1787 la Real Junta de Cosecheros con el objetivo de fomentar el cultivo de la vid en la región y tras el reconocimiento en 1991 de La Rioja como Denominación de Origen Calificada, el enoturismo ha sido uno de los principales atractivos de la comunidad autónoma. Para realizar rutas por las bodegas más famosas de la zona, o hacer un ranquin de las mejoras tapas de la célebre calle Laurel de Logroño, el Camping Berceo resulta un alojamiento perfecto para las familias, rodeado de viñedos, naturaleza y a solo 300 metros de los Monasterios de Suso y Yuso, ambos declarados Patrimonio de la Humanidad.
Desconectar en las playas de Las Palmas de Gran Canaria
Las Islas Canarias son uno de los principales atractivos turísticos de España, por lo que no pueden quedarse fuera de cualquier listado de planes golosos que hacer en Semana Santa. Su naturaleza y sus kilómetros de playas semi vírgenes convierten al archipiélago en uno de los mejores destinos para desconectar de las ciudades y rutinas. Y si el alojamiento es un lugar tan mágico y exclusivo como Blue Ocean Camp, la estancia será absolutamente inolvidable. A 300 metros de la playa de Tasartico, y en un remoto paraje al oeste de la isla, miembros de todas las edades podrá pasear hasta la casi siempre desierta playa de Güi Güi para disfrutar del sol, la arena y el agua.
Visitar una ciudad Patrimonio de la Humanidad
España cuenta con 15 ciudades cuyos cascos históricos están listados como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, y Salamanca es una de ellas desde 1988. Su impresionante centro, repleto de brillantes edificios gracias a la piedra típica de la provincia, asegura fotografías y vistas que ninguna otra ciudad española ofrece. Encontrar el astronauta de la fachada de la Catedral Nueva o la rana de la Universidad, descubrir bajo qué concha está escondido el tesoro de la Casa de las Conchas, o cenar en alguna de las terrazas de la Plaza Mayor, son solo algunos de los planes para disfrutar en familia. A menos de 6 kilómetros de la ciudad y a orillas del Tormes, el Camping Don Quijote se yergue como el mejor alojamiento para recuperar fuerzas tras cada día de vacaciones.
Descansar a los pies de los Pirineos
A pesar de lo montañosa de nuestra geografía, pocas cordilleras resultan tan impresionantes como la de los Pirineos. Con más de 430 km de longitud y alzándose sobre los 3.400 metros de altitud, esta cadena montañosa se extiende por tres comunidades autónomas distintas. Jugar en las últimas neveras que queden por la zona, fotografiar la abundante flora y fauna del Parque Nacional de Aigüestortes, recorrer kilómetros de rutas de trekking o simplemente descansar en un establecimiento tranquilo en el que tanto jóvenes como mayores cuentan con actividades propias, son algunas de las razones para reservar una estancia en Aigüestortes Camping Resort.
Comer pescaíto frito en las playas del sur
El binomio “vacaciones + playa” conduce inexorablemente a Andalucía, paraíso de playas infinitas, clima cálido y buena gastronomía. Nada mejor para relajarse que comer unas buenas raciones de pescaíto frito en chiringuitos de playa, después de un baño en el calmado – y templado, apto para todos los públicos– mar Mediterráneo. Para alojarse, emplazado en la Costa de la Axarquía, el Camping Valle Niza Playa se sitúa a pocos metros del mar. Cuenta con parque para los más pequeños, mesas de billar y futbolín para los jóvenes y una piscina que no cierra en todo el año, ideal para que todos los miembros de la familia tengan diversiones diferentes para cada día.