El próximo 15 de abril se cumplen 110 años desde que el majestuoso RMS Titanic se hundió en las gélidas aguas del Atlántico: un aniversario que cobra especial relevancia en Belfast, la ciudad donde se construyó.
Coincidiendo con este hito histórico, el museo Titanic Belfast, el mayor tributo mundial al transatlántico, celebra una década de apertura a través de diferentes eventos y actividades.
A las 23:40 del domingo 14 de abril, mientras navegaba al sur de Newfoundland, Canadá, el RMS Titanic chocó contra un iceberg, hiriendo fatalmente su casco y provocando su hundimiento apenas tres horas después. La noticia del trágico naufragio, y la pérdida de 1.500 pasajeros y tripulantes, fue recibida con dolor, conmoción e incredulidad en todo el mundo.
Este año se cumplen 110 años del naufragio, y Belfast rendirá su particular homenaje al buque de los sueños. La ciudad donde se construyó el barco, y donde una parte importante de su población de entonces participó directa o indirectamente en su creación, prepara un especial y emotivo homenaje. El centro neurálgico de las celebraciones será el museo Titanic Belfast, inaugurado el 31 de marzo de 2012 -justo cuando se cumplía el centenario de la tragedia-, y que estos días conmemora su primera década de vida. Convertido en el edificio contemporáneo más emblemático de Irlanda del Norte (su forma emula la forma del iceberg contra el que cochó el barco) y ubicado en el mismo lugar donde estaban los astilleros de Harland & Wolff -los mismos que diseñaron y construyeron el poderoso transatlántico-, el museo ofrece una experiencia autoguiada que lleva al visitante por todas las historias del barco, de la ciudad y de la gente que lo construyó.
El museo conmemora esta fecha especial a través de diferentes eventos, charlas y exposiciones. Una de ellas será la exposición fotográfica 'The People Who Built Titanic Belfast', en la Galería Andrews del museo, que incluirá 123 fotografías e ilustraciones dedicadas a los hombres y mujeres trabajadores de Belfast, del pasado y del presente, que ayudaron a crear tanto el RMS Titanic como el museo Titanic Belfast, y que se podrá visitar hasta el 31 de mayo. Otro de los eventos que acogerá será ‘Titanic Talks’, una serie de charlas con historias reales de los descendientes del trágico suceso y música inspirada en el transatlántico, así como exhibiciones de globos aerostáticos y cometas, música en vivo, y un encendido de velas en ‘Titanic Slipways’, las gradas en las que el transatlántico entró por primera vez en el mar.
Para la noche del 14 de abril está prevista una noche conmemorativa donde diversas guías acompañarán a los asistentes durante 90 minutos a distintos puntos del museo Titanic Belfast, del SS Nomadic - construido como transbordador del RMS Titanic- y del Hotel Titanic Belfast, antigua sede de la compañía Harland and Wolff, que construyó el barco. Aquí repasarán los momentos más reseñables de la historia del barco y recrearán los testimonios de aquellos que vivieron los acontecimientos del 14 de abril. A las 23:40 habrá un emotivo encendido de velas en las gradas por las que el barco salió al mar, marcando la fecha exacta del hundimiento.
Asimismo la Belfast Titanic Society organizará el 14 una convención internacional sobre el Titanic, seguido de un acto conmemorativo el 15 de abril en el Ayuntamiento de Belfast, donde hay también un jardín que rinde homenaje a todos los que murieron en el trágico accidente.
Sin embargo, no es necesario esperar al aniversario para descubrir los secretos del Titanic. Su historia está presente en Irlanda durante cualquier época del año. El epicentro es sobre todo el Titanic Quarter de Belfast, donde se ubican el museo Titanic Belfast y el Titanic Hotel, un barrio actualmente muy animado dentro de la Milla Marítima de la ciudad. La histórica Titanic Pump-House será el nuevo fichaje de la zona, que se transformará en una nueva destilería de whiskey irlandés y una atracción para los visitantes. Asimismo, en el Sur de Irlanda también es posible seguir la huella del Titanic, más concretamente en Cobh, el último puerto en el que tocó tierra antes del hundimiento y donde ahora también hay un museo conmemorativo.