El actual conflicto bélico entre Ucrania y Rusia está empezando a causar estragos en la economía global. Las diferentes sanciones interpuestas por los organismos internacionales a la nación de Vladimir Putin contribuyen, cada vez, a la inestabilidad de los mercados; mientras que, a su vez, el precio de las materias primas se eleva ante unas cadenas de suministros que peligran cada vez más.
Según los expertos, esta problemática puede suponer un nuevo parón, un nuevo atasco. Una situación que afectaría realmente la correa de distribución de la economía global, lo que “podría poner en peligro a muchas empresas que ya venían arrastrando y sufriendo problemas similares como consecuencia de la terrible crisis de la COVID-19 y la pandemia”, explica Sergi Ramo, CEO de groWZ Consultants.
El origen de esta interrupción en la cadena de suministro está estrechamente relacionado con los problemas logísticos habituales de las guerras: dificultades que afectan a las rutas terrestres, restricciones en los enlaces aéreos y la cancelación de rutas de carga marítima desde Ucrania.
Los economistas a nivel global advierten de que esta guerra está afectando una vez más a esta cadena de suministro, retrasando la llegada de envíos, incrementado los costes de la industria y poniendo en riesgo la disponibilidad de algunos bienes. “Las empresas de varios sectores ya están entrando en pánico para realmente ver cómo darle la vuelta y hacer frente a este nuevo atasco de la cadena de suministro”, revela Ramo.
Un futuro incierto condicionado por la creciente inflación
Ante este clima de inestabilidad, la inflación no hace más que crecer. Sergi Ramo pronostica subidas inéditas en los últimos 30 años que podrían alcanzar el doble dígito. Además, descarta la posibilidad de un periodo de recisión posterior y advierte sobre un periodo de estanflación que sería “muy destructivo y traería pérdida de valor para toda la economía”.
De cara al futuro, el experto se muestra cauto, pues si bien en un primer momento se pensaba que las tensiones entre Ucrania y Rusia serían puntuales, ahora se da por hecho que el conflicto tendrá consecuencias estructurales.
“Actualmente estamos viendo desde groWZ Consultants que muchos de nuestros clientes se están viendo obligados a tomar medidas drásticas. Se ponen encima de la mesa de nuevo los ERTEs, algunos de ellos están pensando en paradas temporales de actividad, otros directamente cierres, cambios de vacaciones, o algunos más dramáticos como despidos de trabajadores. Realmente el panorama está abierto, no hay soluciones únicas, pero en todos los comités de dirección ya se están planteando muchas alternativas impensables hace solo unas semanas”, concluye.