1. Arousa: Se trata de una mancomunidad de municipios gallegos con alguno de los puertos de pesca de bajura más importantes de Europa. Visitar las bateas de mejillones que se cultivan en la ría o navegar por lancha hasta la isla de Salvora son solo algunas de las actividades que en esta región gallega se pueden practicar.
2. Peñíscola: Ubicada en el Bajo Maestrazgo, sus calas y playas vertebran la localidad, bañada por las cálidas aguas del Mediterráneo teniendo a sus murallas como protagonistas. Los paisajes y la rica herencia cultural derivada de las numerosas civilizaciones han encontrado en esta ciudad denominada Ciudad en el Mar su enclave perfecto.
3. Altea: La localidad de casas blancas y calles empedradas sobre una colina hacen que los atardeceres desde este balcón del Mediterráneo no tengan desperdicio siendo las mejores vistas desde su Mirador. Es un destino de playa pero también de visita durante el invierno que cuenta con innumerables atractivos naturales y de ocio.
4. Mijas: Gracias a su excelente ubicación, en plena sierra, y rodeada de una zona de pinares, algarrobos, burros y encinas, Mijas se presenta como el destino en el que desde cualquier cima de sus montes se puede contemplar el mar o incluso, la ciudad de Málaga.
5. Tarifa: Bordeada por el Océano Atlántico y el Mar Mediterráneo, la ventana al mar que ofrece esta localidad en días de calma y cielos claros es una espectacular vista de tierras africanas. El pueblo de Tarifa es rico en arte rupestre y los vestigios árabes están presentes en este balcón al mar que pueden ser contemplados por cualquier viajero que llegue hasta esta localidad gaditana.
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