El San Valentín ha ganado mucha popularidad para hacer planes en pareja. Pero aquí hay propuestas de cinco planes románticos en Polonia para celebrar el día de los enamorados durante todo el año.
El Parque Real de Lazienki
Un extenso y tranquilo parque de estilo inglés, un palacio cuya silueta se refleja en el agua y la música del romántico Chopin, acompañada del ligero viento que juega entre las hojas de los árboles. Este es un enclave natural en el corazón de Varsovia que os proporcionará un matiz de lo más romántico de la capital de Polonia. Disfrútalo cada domingo desde mediados de mayo hasta mediados de septiembre asistiendo a los conciertos (gratuitos) debajo del monumento dedicado al compositor. Aprovecha este "pulmón verde" de Varsovia para descubrir más rincones del Parque Real de Lazienki con toda su flora y fauna (patos, pavos reales y ardillas que en Polonia responden al nombre de "Basia, Basia"), puedes hacerlo andando o en un barquito navegando por los estanques. Visita el Palacio sobre el Agua y acércate al Teatro Griego: ¿quizás te inspirará a hacer una romántica declaración? Una merienda al aire libre o elegante comida o cena en el antiguo invernadero real en el restaurante Belvedere, ¿no te parece romántico también?
Atardeceres en Kazimierz Dolny
Aunque el Parque Real de Lazienki es muy pintoresco, los artistas de Varsovia encontraron otro punto de inspiración en la pequeña Kazimierz Dolny, a 130 km de la capital. No es solamente su cuco casco antiguo y antiguos graneros que han llamado su atención, sino también los espectaculares atardeceres sobre el soberbio río Vístula que pasa por la ciudad y los peculiares valles ("gargantas") propios de una zona cercana a un río salvaje. De hecho, en el Parque Natural de Kazimierz se encuentra la mayor concentración de este tipo de gargantas de Europa y la ribera del Vístula es aquí de lo más pintoresca del país.
A semejanza de una ciudad renacentista italiana
Encontrarte en la Plaza del Ayuntamiento de Zamość te traslada al renacimiento puro: el arquitecto italiano Bernardo Morando, siguiendo las directrices de Jan Zamoyski, construye una ciudad ideal a semejanza de las ciudades comerciales italianas, pero con toques centroeuropeos. Los colores de las fachadas de las casas de los comerciantes más notables de la ciudad son mucho más vivos y crean el ambiente más festivo y de feria. La ciudad en sí conserva también una fortaleza y los alrededores, el Parque Nacional de Roztocze. ¿Por qué lo recomendamos como un plan romántico? Si te gusta viajar sin prisa, descubrir nuevas rutas, visitar ciudades monumentales y disfrutar de todas las actividades que ofrecen espacios naturales no masificados, será todo un descubrimiento pasar algunos ratos agradables tanto en Kazimierz Dolny como en Zamość.
Los lagos de Masuria
El verde de los bosques, el azul del cielo y del agua, el amarillo de los campos de colza en flor. Una escapada a los lagos de Masuria ofrece muchas actividades sin dejar de lado el toque romántico que buscas. Lo puedes encontrar en un castillo gótico convertido en un lujoso hotel (hotel Ryn), en navegar tranquilamente en un barquito o canoa, o surcar el agua con el viento entre las velas; buscar frutos del bosque; encontrar una reconfortante sombra después de una caminata o hacer el alto en el camino ciclista; bañarte en un tranquilo lago al atardecer e ir despidiendo el día, sin prisas, al lado de una fogata al aire libre preparando una cena informal, sólo tú y la gente que quieres y aprecias.
En el Puente de los Enamorados
Este puente une el casco antiguo de Wrocław (Breslavia) con una isla en el río Odra, que albergaba desde hace mil años las sedes de instituciones eclesiásticas. Sea por ese simbolismo de unir lo sacro con lo profano, las parejas de enamorados "adoptaron" el lugar para presentar allí las muestras del amor mutuo en forma de candados. La tradición se volvió tan popular que periódicamente hay que guardar los candados en almacenes municipales, para que el puente no caiga bajo tal carga (¡también afectiva!). No es el único lugar romántico en la ciudad. Seguir a las pequeñas figuritas de los gnomos que se esconden en varios rincones de Wrocław, pasear por el Jardín Japonés o cenar en un elegante restaurante añaden un toque romántico a la visita a una ciudad que no decepciona a nadie y seduce al visitante en cualquier época del año.