Desde que abriera de nuevo sus puertas hace nueve meses, Mandarin Oriental Ritz, Madrid, ha vuelto a convertirse en escenario de referencia de bodas de ensueño. El que fuera el lugar favorito de Madrid para la realeza, nobleza y aristocracia a la hora de celebrar estos eventos sociales en el siglo XX, ahora continúa consagrando esa ilusión a las parejas que deseen celebrar el día más especial de sus vidas a través de una experiencia inolvidable, engalanada con un ambiente repleto de historia, elegancia y esplendor.
Mandarin Oriental Ritz, Madrid, hace realidad estos sueños empezando por dos cualidades que son clave: el cariño y excelencia que merece un día tan importante. Para ello, se vale de un equipo experto de wedding planners que, bajo los principios de personalización y flexibilidad, acompañan a la pareja en cada paso del largo camino que supone la organización de una boda mágica, y ponen todo su empeño y mimo no solo en hacer realidad esa boda soñada durante tanto tiempo, sino en crear recuerdos que quedarán en la mente de los novios -y de los asistentes- para siempre.
Estos sueños empiezan desde que la pareja cruza por primera vez la majestuosa entrada del hotel, cuando instantáneamente proyectan esa imagen en sus mentes de verse atravesando el lobby en su gran día, o bajando las imponentes escaleras como lo hizo Ava Gardner en el pasado, hasta la majestuosa cúpula de cristal.
Esta entrada da paso a los regios salones, el salón Real y el salón Felipe IV, en los que los prestigiosos arquitectos e interioristas Gilles y Boissier, responsables de la exquisita renovación del hotel, pusieron especial énfasis en crear una atmósfera exclusiva para acoger, también, una ocasión tan especial como esta.
El primero de ellos conserva la decoración original con la que fue concebido. El arquitecto Rafael de La-Hoz ha conseguido mantener los detalles históricos y más icónicos del hotel. Es, además, un salón muy especial, ya que condiciona toda la estructura del edificio; una viga recorre en diagonal la fachada del hotel para permitir que exista un espacio tan amplio sin ninguna pieza de soporte en medio.
Por su parte, el salón Felipe IV destaca por el pan de oro, recuperado tras la restauración, que baña sus detalles y que hace que toda la estancia se ilumine bajo la preciosa la luz natural, que dota al ambiente de una calidez y un brillo excepcionales. Y por supuesto, la magia no solo ocurre en el interior: el Jardín de Mandarin Oriental Ritz destaca como el lugar más cotizado del hotel y el escenario más romántico para una novia, un rincón muy personal en el que inmortalizar algunos de los recuerdos más bonitos de ese día.
El servicio de catering y restauración es, sin duda, uno de los elementos principales de una boda, que disfrutan tanto los novios como los invitados. Por ello, el hotel, pleno conocedor de la importancia y la singularidad de una fecha tan señalada, ha trabajado en ofrecer una experiencia gastronómica celestial de la mano del prestigioso chef Quique Dacosta, director creativo de los universos gastronómicos del hotel, para brindar exquisitos menús de estrella que queden para siempre en el paladar y el recuerdo de los asistentes.
En una fecha tan señalada, además, no puede faltar un solo detalle y los proveedores y colaboradores especializados con los que trabaja el hotel, como la floristería Brumalis, Cashmere Decoración y Sassot Sound, velan por ello. Su colaboración y ayuda resulta fundamental para materializar los anhelos de los novios y vestir todos los espacios como siempre se han imaginado: preciosas vajillas, cubertería y centros de mesa; decoración y un mobiliario elegante y a medida; y un ambiente alegre y festivo a través del sonido para hacer las maravillas de la celebración.
Más allá del ‘Sí, quiero’
Para hacer aún más memorable esta fecha tan señalada, Mandarin Oriental Ritz, Madrid regala a los novios que celebren un convite de más de 30 invitados la noche de bodas en una de sus preciosas e idílicas suites. Para los días o el día previo a la boda, el hotel pone también todo su equipo al servicio de los invitados e incluso de la novia, donde podrá prepararse, relajarse en la privacidad del Spa y maquillarse y peinarse en la tranquilidad de su suite con los servicios de The Beauty Concept en Mandarin Oriental Ritz, Madrid. Las parejas con compromisos el día después de la boda podrán optar por diferentes opciones, como despedirse con un almuerzo único en la terraza del jardín o invitar a sus amigos y familiares al reconocido brunch.
Las bodas, en los orígenes del hotel
Mandarin Oriental Ritz, Madrid lleva las bodas en sus cimientos. De hecho, que esté situado frente a la iglesia de los Jerónimos, lugar de casamiento de la Casa Real y de la nobleza antes de la finalización de la Catedral de La Almudena, no es fruto de la casualidad. Alfonso XIII, durante la organización y celebración de su boda con la reina Victoria Eugenia de Battenberg, no pudo hospedar a los invitados en un hotel cinco estrellas gran lujo a la altura de los estándares definidos por los ya existentes en las capitales europeas. Con este proyecto gestando en su mente, fue durante su luna de miel, en su estancia en los hoteles Ritz de París y Londres, cuando decidió poner en marcha una construcción que estuviera a la altura de la modernización que viviría Madrid. Desde que abriera sus puertas en 1910, ha acogido todo tipo de eventos y ha alojado a personas de la más alta sociedad, como Grace Kelly y Rainiero de Mónaco, que lo escogieron para pasar su luna de miel.