En la antigua festividad celta de Samhain, el final de la cosecha era motivo de celebración para los irlandeses, que aprovechaban para reunirse en familia y compartir los frutos de su trabajo en grandes banquetes donde se contaban historias y celebraban rituales para predecir el futuro. Y es precisamente de esta tradición de la que derivan algunos de los platos típicos de Halloween que conocemos en todo el mundo.
El periodo de cosechas ocurría justo cuando los antiguos celtas celebraban el festival de Samhain, en la noche del último día de octubre y antes del comienzo del mes de noviembre. La comida era el centro de estas fiestas y algunos productos tradicionales como nabos, manzanas, sidra, vinos calientes, calabazas, ternera, o cerveza no podían faltar en la mesa.
Con la llegada de las celebraciones cristianas del Día de Todos los Santos, la celebración de Samhain se fusionó con ésta, dando origen al actual Halloween. La víspera de Todos los Santos se convirtió en un día para la preparación y el ayuno donde la carne estaba ausente. Halloween comenzó a celebrarse entonces con platos vegetarianos basados en la patata, además de fruta y frutos secos, con recetas tradicionales que invitaban a saborear la noche más oscura del año de una forma muy especial.
Comida tradicional para un Halloween irlandés
Los hogares irlandeses se llenan cada año de olor a pan horneado al fuego, conocido como “Barmbrack”, considerado uno de los homenajes gastronómicos especiales que abundan durante las fechas próximas a Halloween. Este pan de pasas, aunque sea habitual durante todo el año, se reviste de un halo especial con todo un ritual que lo rodea en estas fechas. En él, cada miembro de la familia recibe una rodaja de pan; encontrar un anillo dentro del bizcocho significa el descubrimiento del amor verdadero, mientras que una moneda se asocia a riqueza y buena fortuna. El “colcannon” es otro de los platos típicos irlandeses de Halloween: se trata de un plato cálido sencillo hecho con puré de patata y mezclado con col rizada o repollo verde y cebollas. Las manzanas también se han asociado con Halloween en la tradición de la isla. Antiguamente, después de la cena, los jóvenes usaban la piel de manzana para tirarla al suelo con la esperanza de que ésta tomara la forma de la inicial de su amado o amada, tradición que se conserva en la actualidad.
Otra de las tradiciones más especiales se encuentra en uno de los pasatiempos más antiguos durante la noche de Halloween: sentarse alrededor del fuego y contar historias terroríficas mientras se tostaban frutos secos.
A pesar de que en la
Irlanda actual siga conservando la mayoría de estas tradiciones gastronómicas, actualmente es muy típico que las comidas de Halloween adopten formas monstruosas o siniestras que tanto encantan a los niños, y a los no tan niños. Aunque si lo que se busca es viajar a través del paladar hasta los verdaderos orígenes de Halloween, el 31 de octubre no pueden faltar alguna de estas recetas tan auténticas en la mesa.