La isla de Cerdeña destaca y sorprende por sus contrastes naturales, sus costas rocosas y las plácidas ondulaciones de sus altiplanos. Es la segunda isla más grande del Mediterráneo después de Sicilia, con más de 300 playas de aguas de un color esmeralda y donde se pueden encontrar antiguas tradiciones en una naturaleza virgen y salvaje.
Son especialmente atractivas sus costas en las que, a pesar de la llegada masiva de turistas en la época veraniega, aún se pueden encontrar parajes marinos intactos, de aguas cristalinas, y playas y rocas realmente hermosas.
La isla de Cerdeña es la segunda isla más grande del Mediterráneo después de Sicilia
Con un clima templado, aunque muy expuesta al viento, la isla de Cerdeña es uno de los destinos más codiciados por los aficionados a los deportes náuticos y por quienes desean pasar unas vacaciones en el mar.
La Costa Esmeralda es una de las zonas costeras más conocidas del norte de Cerdeña. Un lujoso destino turístico con playas de arena blanca limpia y fina. Las principales ciudades y pueblos de la zona son Arzachena, Olbia, Porto Cervo, Liscia di Vacca, Capriccioli y Romazzino. Anualmente en la Costa Esmeralda se celebra durante el mes de septiembre la regata de vela Cerdeña Sardinia Cup. Otras actividades de la Costa Esmeralda son el festival de cine italiano que se celebra en Tavolara y un rally de coches de época.
Las celebridades y famosos italianos acuden a esta región en verano, buscando sus aguas turquesas y sus reconocidas playas, y anclando sus lujosos yates en las calas más recónditas. Junio, septiembre y octubre no son tan concurridos y ofrecen temperaturas mucho menos agobiantes para disfrutar de Costa Esmeralda.
La Costa Esmeralda se convirtió en un foco internacional de turismo de celebridades cuando el Aga Khan tuvo que refugiarse de una tormenta con su yate. Al comprobar la extraordinaria belleza de su costa, el color increíblemente verde de sus cristalinas aguas, sus recónditas playas de arena blanquísima, este magnate decidió, en 1962, fundar un consorcio de empresarios para explotar turísticamente esta zona privilegiada. El centro social de esta Costa Esmeralda es sin duda Porto Cervo, un barrio costero del municipio de Arzachena, en la región histórica de Gallura, con apenas algunos centenares de residentes. Pero, en verano, en su puerto atracan yates y veleros de lujo y por sus calles pasean personajes famosos, siendo fácil encontrarse con algún divo del cine o de la televisión haciendo compras en las elegantes tiendas de la plaza principal. Su vida social es de las más animadas de la isla, con fiestas, cenas, competiciones deportivas, especialmente de golf, y todo tipo de eventos.
Y hablando de playas La Pelosa es una de las más bonitas del Mediterráneo. En el golfo de Asinara, la punta más noroeste de Cerdeña, es una playa tropical, una de las más hermosas de Europa, un paraíso natural donde la arena fina y el fondo marino muy bajo invitan al relax total.
La Pelosa destaca entre las playas de Stintino, por dos características principales, una por la Torre della Pelosa, una fortificación que se levanta sobre el islote del mismo nombre. Fue construido en 1578 para defender la costa y se puede llegar atravesando la pequeña cala llamada Pelosetta, y otra por los colores del mar y la isla vecina: Al llegar a la playa, te captura un derroche de colores muy similares a los del Caribe.
Además de sus playas y montañas, la isla ofrece a los visitantes extraordinarias catedrales románicas, bellas iglesias góticas, ruinas antiguas de ciudades púnicas como Tharros (lugar arqueológico ubicado en la provincia de Oristano, fundada por los fenicios a finales del siglo VIII a.C.) y Nora, (que según el tradición literaria es la ciudad más antigua de Cerdeña), y excavaciones romanas en Cagliari, antigua Carrales, y Porto Torres. Son especialmente interesantes los asentamientos prehistóricos nurágicos, en excelente estado de conservación, construidos por un pueblo cuyo origen es uno de los grandes misterios del Mediterráneo.
La Costa Esmeralda es una de las zonas costeras más conocidas del norte de Cerdeña, un lujoso destino turístico con playas de arena blanca
Cagliari, la capital de Cerdeña, está situada en el centro del golfo homónimo, posee un rico patrimonio histórico y artístico. Los romanos también dejaron aquí su huella en el precioso anfiteatro tallado en roca. Muy cerca del anfiteatro se encuentra el maravilloso jardín botánico que se extiende en unas 5 hectáreas, con más de 500 especies de plantas tropicales de América, África y Asia.
Cagliari conserva importantes restos de los periodos fenicio, cartaginés y romano. Tiene un interesante centro medieval y alberga el Museo Arqueológico Nacional, en el que se conservan restos nurágicos, fenicios, romanos y bizantinos.
En sus alrededores está situado el Parque Natural del Molentargius, que acoge una numerosa colonia de flamencos, entre otras especies de aves.
El Castello es el barrio más antiguo de Cagliari, ubicado en lo alto de la colina y protegido por las murallas de la ciudad. En el centro del barrio se encuentra la plaza Palazzo (palacio arzobispal) y la catedral Santa María, que fue construida por los pisanos en los Siglos XI y XII y transformada poco a poco a lo largo de los siglos, combina rasgos aragoneses y barrocos.
Otro lugar para no perderse es el Ghetto degli Ebrei (La judería) sus callejones apenas han cambiado desde el Medievo.
Y la Torre dell’Elefante, construida en 1307 para defenderse de los aragoneses, esta es una de las dos únicas torres pisanas que siguen en pie.
Hay que destacar la ciudad medieval de Alghero, al noroeste de la isla, es una localidad pesquera protegida por una muralla y siete torres del s. XV. Es la única localidad italiana en la que se habla el catalán. El Palau Reial o la iglesia de San Francesco son algunos de los edificios de la herencia gótica catalana. A 23 km de Alghero, en la punta del Cabo Caccia está la hermosa gruta de Neptuno, a la que se llega descendiendo la Escala del Cabirol, de 656 peldaños, que lleva a la entrada al nivel del mar. Una característica de la zona es la tradicional elaboración artesanal del coral.
También referirnos a Olbia que es la puerta de entrada del noreste de Cerdeña, su centro histórico ofrece numerosos monumentos interesantes.
Destaca la Iglesia de San Pablo, de 1747, el Palacete Umbertino, que acoge la biblioteca municipal y una colección de hallazgos de edad nurágica, así como la Iglesia de San Simplicio, entre los ejemplos más interesantes de arquitectura románica en la isla, edificada entre el siglo XI y el siglo XII con bloques de granito.
A pocos kilómetros de la ciudad está el complejo nurágico de Cabu Abbas y el Pozo sagrado Sa Testa, que se remonta a los siglos VIII-VI a.C. y estimados como los más interesantes monumentos de este tipo en Cerdeña.
La Pelosa es una de las playas más bonitas del Mediterráneo.
En el golfo de Olbia hallamos la maravillosa Isla de Tavolara, un inmenso tablado calcáreo que conserva su paisaje natural gracias a la prohibición de construcción, impuesto por el municipio de Olbia.
Al ir de Olbia hacia el interior de Cerdeña, se llega a Arzachena, pueblo que vivió un gran desarrollo en la segunda mitad del siglo XX. El territorio alrededor de Arzachena es rico en monumentos arqueológicos de gran interés, como las tumbas de los gigantes de Lu Coddhu ‘Ecchiuj y de Li Lolghi (gigantescos monumentos funerarios), la necrópolis de Li Muri, el templo de Malchittu y el dolmen de Ladas, que es un monumento funerario del segundo-tercer milenio a.C.
Por su parte, Sassari, ciudad de arte y polo histórico de referencia cultural y económica en el norte de Cerdeña, fue la cuna de destacadas personalidades de la República Italiana. Fue fundada por mercaderes genoveses a principios del S. XIII. Su museo arqueológico es perfecto para conocer la historia de la región.
La cocina sarda
Aunque la cocina sarda es muy similar a la cocina de la Italia continental, hay un buen número de platos y recetas típicamente sardos que solo se pueden encontrar en los hogares y restaurantes de la isla. La cocina sarda conserva una gran influencia de los pueblos que invadieron y ocuparon la isla en el pasado: fenicios, cartagineses, romanos, árabes y españoles dejaron su huella en la comida, que difiere de una parte de Cerdeña a otra.
La tradición culinaria típica de Cerdeña posee raíces muy antiguas, en un principio agro-pastoril, que poco a poco se expandió, adquiriendo también recetas basadas en pescados y otros mariscos, típicos de los pescadores. De hecho, Cerdeña, en la antigüedad, estaba habitada principalmente en los bosques del interior, mientras que las costas quedaron casi desiertas por temor a las invasiones.
Está basada en la dieta mediterránea como el pane carasau, la famosa malloreddus (gnocchis con salsa de tomate, salchichas y azafrán), los culurgiones y la fregola.
No se puede abandonar la isla sin probar el delicioso porceddu, cochinillo a la parrillax. Para los sabores del mar, la langosta algueresa merece un elogio, al igual que la bottarga de Cabras y el atún de Carloforte. Entre los platos a base de pescado, la sopa de mejillones y los espaguetis con erizos de mar.
Embutidos y quesos son los productos locales más sabrosos, entre los que destaca el queso de oveja sardo.