Para los amantes del café no hay sensación comparable al primer sorbo por la mañana. Notar el efecto instantáneo de despertar, la sensación de que nuestros sentidos vuelven a estar alerta, se la debemos en gran medida a la cafeína que contienen los granos. Pero la infusión del café no es la única manera de disfrutar de uno de los sabores más particulares que existen ya que como sabrás, un montón de dulces se preparan a base de este grano tostado.
El café es la bebida más consumida del mundo y se calcula que cada día preparamos más de 1.400 millones de tazas o lo que es lo mismo: cada persona mayor de 15 años toma alrededor de 1,3 kilos de café al año. Aunque en España estamos muy por encima de esa media con 4,5 kilos y más de tres tazas al día, no somos ni de lejos el país más cafetero, título que ostenta Finlandia seguido muy de cerca por el resto de países nórdicos, donde pueden llegar a tomar más de nueve tazas cada jornada.
Pero como no solo de bebidas calientes vive el hombre, te contamos que existen otras formas de disfrutar del café que no pasan necesariamente por la infusión, en este caso te presentamos varios tipos de dulce con los que disfrutar del aroma y sabor de este codiciado grano, desde los más clásicos como el eclair a los más innovadores y diferentes como el pain au capucchino, sin olvidarnos del popular tiramisú.
En Levaduramadre se pueden encontrar unos eclairs de masa choux rellenos de crema de café con glaseado de café.
Otro de los dulces a base de café que todos conocemos es el tiramisú, un rico bizcocho empapado de espresso con crema de queso mascarpone a la que es imposible decir que no. Pero no solo tienen postres tradicionales, también podemos disfrutar de unas originales tartaletas a base de bizcocho de café calado con almíbar de amaretto al que se añade una crema de queso mascarpone, un poco de cacao y granos de café garrapiñado. Y por último, una pieza de bollería de lo más original: pain au capuccino, que no es más que una original versión del pain au chocolat en este caso relleno de crema de leche y crema de café juntas, de modo que al morder se mezclan creando un intenso sabor a capuccino.