La iniciativa 'Km 0', impulsada por el Slow Food Movement para promover el consumo de productos locales ha ampliado sus fronteras y calado con fuerza en los procesos de diseño y fabricación de sectores como la moda, el diseño o la arquitectura. El objetivo es desarrollar una actividad económica y productiva de proximidad, más sostenible y saludable, socialmente accesible y fuertemente ligada a la identidad local.
Para Actiu, empresa de diseño y fabricación de mobiliario para espacios de trabajo y hospitality, las ventajas del “Km 0” son muchas: sostenibilidad, eficiencia energética, una reducida huella de carbono, reutilización de mermas productivas, optimización máxima de procesos, agilidad y una gran flexibilidad. Supone además una apuesta por el territorio y los proveedores de cercanía, revitalizada a raíz de la pandemia de la Covid19, que limitó la capacidad de suministro de los proveedores internacionales.
“La apuesta por lo local a través de una filosofía responsable y colaborativa forma parte del ADN de Actiu desde sus inicios y aporta un valor realmente diferencial en estos momentos” comenta Soledat Berbegal, Consejera y directora de reputación de marca de Actiu.
Equilibrio entre lo global y lo local
Esta filosofía busca lograr un equilibrio entre un mundo altamente conectado y globalizado y la biodiversidad que ofrecen las distintas identidades y culturas locales. Un equilibrio en el planeta que redunda en el bienestar de quienes lo habitan. Si hace años la globalización irrumpía con fuerza en el tejido empresarial mundial, hoy prima un sentimiento de pertenencia y colaboración. Una localización que, de la mano de la globalización, convierte a las empresas en embajadoras de su territorio en el resto del mundo.
Transformar el territorio en un aliado y una oportunidad
El concepto de “Km 0” facilita el desarrollo en el ámbito local de políticas de responsabilidad social corporativa respetuosas y comprometidas con el lugar donde desarrollan su actividad. Lugares que dejan de ser meros emplazamientos, más o menos productivos, y aumentan su valor cultural y económico, adquiriendo una identidad de marca muchas veces unida a la de la compañía.
Desde sus inicios, hace más de 50 años, Actiu ha confiado su producción a colaboradores locales o regionales, manteniendo así la supervisión de todos los procesos y aplicando a las nuevas tecnologías un amplio conocimiento en tradición industrial. Esta apuesta por el territorio se materializa en el Parque Tecnológico Actiu de Castalla (Alicante), la localidad alicantina que vio nacer a la marca en 1968 y a su fundador, Vicente Berbegal.
Esta filosofía refuerza el desarrollo de una potente y cualificada industria auxiliar y permite a Actiu trabajar con partners locales, utilizar materiales reciclados de origen y procedentes de producciones sostenibles, reprocesar las mermas productivas para lograr 0% desperdicio y residuos, generar energía limpia, optimizar los procesos, reutilizar aguas pluviales o adelantarse a las futuras legislaciones. Además de una continua actuación desde lo local con un enfoque global, que demuestra cómo es posible mantener el equilibrio entre la sostenibilidad, el territorio y la internacionalización.
El Valle del Juguete a la vanguardia de la innovación
Este apoyo al territorio y los proveedores de cercanía permite generar una red local de confianza en un entorno conocido popularmente por su tradición industrial, como el Valle del juguete, cuyo amplio conocimiento en procesos y materias lo convierten hoy en un enclave colaborativo multisectorial a la vanguardia de la innovación. “La pandemia y la especulación global sobre ciertas materias nos ha demostrado que es esencial disponer de un tejido industrial propio de proximidad que nos aporte más agilidad, autonomía, diferenciación y valor” concluye Soledat Berbegal.