Barret desnuda lo mejor y lo peor del ser humano con abrumadora lucidez.
De entre toda la obra crítica y periodística de Rafael Barrett, hemos seleccionado los textos que más interés pueden ofrecer al lector actual. Desde su ecologismo sin edulcoramientos y su apasionado reconocimiento de los hombres y mujeres que viven con la tierra y gracias a ella; desde su defensa de la mujer como compañera y trabajadora; desde su admiración por la figura de Cristo, siempre presente en su obra; desde su denuncia, unas veces airada y otras sarcástica, de las condiciones de vida de los pobres de la tierra y de las de sus amos, los frívolos causantes de las más grandes desgracias. Es además Barrett un hombre instruido, un hombre que sabe. Crítico literario, matemático, ingeniero, despliega su conocimiento sobre los avances científicos, las vacunas y la medicina, la educación o la ingeniería. Es, sin embargo, y por encima de todo, un hombre bueno y generoso, y un autor genial.
«Rafael Barrett, espíritu libre y audaz. Con lágrimas en los ojos y de rodillas te ruego que cuando tengas un nacional o dos que gastar, vayas derecho a cualquier librería y le pidas al dependiente que saque un ejemplar de este autor».Jorge Luis Borges
«Rafael Barrett fue un precursor, no solo en el sentido del que precede y va adelante de sus contemporáneos, sino también en el del que profesa y enseña ideas y doctrinas que se adelantan a su tiempo». Augusto Roa Bastos
«Rafael Barrett, uno de los escritores paraguayos de todos los tiempos y una figura emblemática de la cultura paraguaya, probablemente la mayor de todas, el paraguayo más paraguayo de todos. Pisó esa tierra y esa tierra le dijo a través de las plantas: "tú me perteneces, tú eres mi hijo, así hayas nacido en otro lado".»Eduardo Galeano
Sobre el autor
Rafael Barrett nació en Torrelavega (Santander) en 1876. Fue ingeniero, matemático, periodista y narrador. Hijo de inglés y española, elegante y cultivado, tuvo que huir de España a causa de un duelo y se refugió primero en Argentina y Uruguay y después definitivamente en Paraguay, donde se casó y tuvo un hijo. Defendió con pasión sus ideas humanistas y cristianas en la prensa de Asunción y Montevideo. Sus críticas se reunieron en volúmenes como ‘Moralidades actuales’, ‘Mirando vivir’, ‘El dolor paraguayo’ y ‘Cuentos breves (del natural)’. Murió de tuberculosis en Arcachon (Francia) en 1910.