El legado que Luis García Berlanga dejó guardado en la Caja de las Letras en 2008, cuyo contenido fue desvelado el pasado jueves, es el guion inédito de ‘¡Viva Rusia!’, película que iba a continuar la célebre trilogía ‘Nacional’ del cineasta valenciano, pero que no llegó a filmarse. Tras la apertura del legado, el director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, y el presidente de la Academia de Cine, Mariano Barroso, llevaron dicho guion a la exposición sobre Berlanga que ha sido inaugurada por los Reyes y podrá visitarse hasta el 5 de septiembre.
‘¡Viva Rusia!’ está escrito a máquina, en folios encanutados y lleva también la firma de Rafael Azcona, Manuel Hidalgo y Jorge Berlanga. Su objetivo era ser la cuarta parte de dicha trilogía berlanguiana, después de las exitosas La escopeta nacional (1978), Patrimonio nacional (1980) y Nacional III (1982). Pero el proyecto cinematográfico se frustró por diversas dificultades, en especial la muerte de su principal protagonista, el actor Luis Escobar, que encarnaba al entrañable marqués de Leguineche.
El legado de García Berlanga se completa con otros dos objetos: un ejemplar del libro ‘Berlanga, contra el poder y la gloria. Escenas de una vida’, una trabajada biografía del cineasta, escrita por Antonio Gómez Rufo (ediciones Temas de Hoy, Barcelona 1990), y el número 465 de la revista francesa L’Avant-scène cinema dedicada a la película El verdugo (Le bourreau), con fecha de octubre de 1997. Protagonizar un número de esa revista de cine significaba “consagrarse”, explicó después el también director David Trueba.
El propio Luis García Berlanga depositó personalmente los tres objetos dentro de un sobre el 27 de mayo de 2008, solo dos años antes de morir. Por eso y en vísperas del centenario de su nacimiento (Valencia, 12 de junio de 1921 – Madrid, 13 de noviembre de 2010), el legado se abrió con la participación de dos sus nietos, los jóvenes Jorge García Berlanga (que pronunció unas sentidas palabras sobre su abuelo) y Fidel, quien hoy abrió la caja número 1034, trece años después de ayudar a su abuelo –ya entonces en silla de ruedas– a cerrarla.
Visita a centros del Cervantes en 13 ocasiones
Luis García Montero afirmó que Berlanga es una referencia fundamental del cine y de la historia reciente de España, reivindicó la vigencia de su obra fílmica y aseguró que el adjetivo berlanguiano (admitido por la Real Academia Española) implica una manera de ver el mundo instaurada por el cineasta.
En cuanto al Instituto Cervantes, inmerso en su 30.º aniversario, recordó que García Berlanga visitó varias sedes entre 1997 y 2008 en al menos 13 ocasiones, y que la institución ha organizado más de mil actividades sobre él en numerosos centros, la mayoría ciclos y proyecciones de películas (subtituladas en una quincena de lenguas), pero también coloquios, entrevistas, homenajes, talleres, etc.
Este año 2021 incluye en su programación 297 actividades en torno a la obra berlanguiana, tanto presenciales como en línea. Anunció el ciclo “Berlanga, la risa amarga”, que contará con directores de la talla de Chus Gutiérrez, Inés París, Trueba, Albadalejo o Cobeaga. También prepara un programa de 12 talleres dirigidos a alumnos de Secundaria sobre los oficios del cine, a lo que se suma el actual ciclo en línea “Berlanga cumple cien años”, que divulga en más de 40 centros cuatro películas del director de ‘Plácido’ insuficientemente conocidas en el exterior.
Por su parte, Mariano Barroso agradeció la generosidad del Instituto Cervantes en este acto por “la importancia de lo simbólico”, por el reconocimiento al papel de los grandes cineastas y porque “nos hace sentirnos muy orgullosos de pertenecer al mundo del cine”.
José Sacristán, Mónica Randall y David Trueba
A continuación se celebró en el salón de actos un coloquio informal en el que el público rio a carcajadas cuando el presidente de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas leyó las dos primeras escenas del guion ‘¡Viva Rusia!’, que se desarrollan en el aeropuerto de Madrid-Barajas con la llegada de un avión con los últimos exiliados en Rusia, que saludan a la próspera España de 1992. Un guion inédito para una película que “no tiene director ni productor”, pero que apunta lo que podría haber sido y no fue, dijo Barroso.
En el coloquio estuvieron presentes el actor José Sacristán y la actriz Mónica Randall –coprotagonistas de varios largometrajes de Berlanga– moderaros por el director de cine, productor y escritor David Trueba.
En la mesa redonda “Berlanga cumple 100 años”, charlaron en tono desenfadado sobre vivencias personales, anécdotas y hasta algún secreto escatológico. Mencionaron la frescura y naturalidad de los innumerables secundarios, las dificultades de los planos secuencia (largos planos sin cortes) que tanto gustaban al director valenciano, sus desencuentros con el actor Adolfo Marsillach cuando sustituyó a Luis Escobar, el fetichismo inherente a sus películas, la libertad, los doblajes o su escaso nivel de conocimiento fuera de España (lo que no ocurriría “si hubiera sido un judío perseguido”, apuntó Mónica Randall).
En definitiva, un interesante recorrido por la trayectoria de quien “es un referente de cualquiera que quiera dedicarse al cine”, dijo David Trueba, quien recordó varias veces su carácter afable, divertido y generoso, así como la censura que sufrió o los proyectos inacabados en su primera etapa, hasta que consiguió un fulgurante éxito con ‘La escopeta nacional’.
El doble homenaje del Instituto Cervantes concluyó con el traslado del guion, por García Montero y Mariano Barroso, a la vecina sede de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, para integrarse en la muestra ‘Berlanguiano. Luis García Berlanga 1921-2021’. En cuanto al resto del legado, volvió a guardarse en la Caja de las Letras, hasta que pase a formar parte de la Biblioteca Patrimonial del Instituto Cervantes, en su sede de Alcalá de Henares.