La prestigiosa bodega vallisoletana, Emilio Moro, situada en plena milla de oro de la Ribera del Duero, vuelve a abrir sus puertas a los amantes del enoturismo con dos completos planes: In Malleolus Veritas, que permite adentrarse en sus viñedos más emblemáticos y catar tres de sus etiquetas más icónicas, y Experiencia Gastronómica, que incluye un menú degustación de productos de la zona maridado con cinco de sus vinos
Entre sus instalaciones cuenta con un moderno Wine Bar, una coqueta terraza donde disfrutar de sus tintos de Ribera y sus blancos de El Bierzo por copas o por botellas y un restaurante de cocina tradicional
Empieza el buen tiempo, los días van siendo cada vez más largos y, por fin, podemos movernos entre provincias para seguir descubriendo los múltiples encantos que encierra nuestro bonito país. Hay ganas de salir, de pasar tiempo al aire libre con familia y con amigos y, en este contexto, los planes de enoturismo se postulan como la alternativa perfecta para pasar un día en contacto con la naturaleza, lejos de las grandes concentraciones urbanas, disfrutando de una copa de buen vino y dejándose seducir por la magia de su elaboración. Ubicada en la localidad vallisoletana de Pesquera de Duero, en plena milla de oro de la Ribera del Duero –una de las D.O. preferidas por los españoles para practicar enoturismo–, a menos de una hora de Valladolid y muy cerca del Museo del Vino y el castillo de Peñafiel, Emilio Moro vuelve a abrir las puertas de sus instalaciones, siempre con un protocolo COVID19 en favor de la seguridad de los visitantes, y propone dos completas experiencias que incluyen un recorrido guiado por los viñedos y la bodega y finalizan con una degustación de sus vinos, situados entre los mejores del mundo y presentes en más de 70 países.
IN MALLEOLUS VERITAS
Esta experiencia incluye una visita por la zona de elaboración de la bodega, dotada de las tecnologías más avanzadas, y la sala de barricas, donde se respira la quietud y la magia que dan vida a los grandes tintos de Ribera, así como un recorrido por los viñedos más emblemáticos de la firma. Culmina con una cata de tres de los vinos más icónicos de Emilio Moro: Malleolus –cuyo lanzamiento hace 21 años marcó un antes y un después en la historia de la bodega y de la D.O. Ribera del Duero– y los vinos Malleolus de Valderramiro –procedente del viñedo más antiguo de la bodega– y Malleolus de Sanchomartín –un vino de terroir fruto de una parcela muy especial de solo una hectárea–. La cata se acompañará de un aperitivo de cortesía.
EXPERIENCIA GASTRONÓMICA
Esta opción, que permite descubrir toda la riqueza culinaria de la región, incluye una visita al viñedo y a la zona de elaboración y crianza de la bodega y un menú degustación a base de recetas y productos típicos de la zona –no faltará el lechazo asado– y maridado con algunos de los vinos más representativos de esta casa señera: Emilio Moro –buque insignia de la bodega–, Malleolus de Valderramiro, Malleolus de Sanchomartín y La Revelía, un blanco 100 % Godello resultado del proyecto de innovación de Emilio Moro en El Bierzo.
RESTAURANTE, TIENDA Y WINE BAR
Para hacer más completa la experiencia de enoturismo que propone Bodegas Emilio Moro, la bodega cuenta con una tienda, un moderno Wine Bar con terraza donde cualquiera puede disfrutar de una copa de sus referencias entre las que se encuentran su buque insignia, Emilio Moro; su vino ecológico, La Felisa; o el más joven de su familia de blancos del Bierzo, Polvorete, que ha sido recientemente valorado con 90 puntos en la prestigiosa revista norteamericana Wine Spectator. Dispone además de un restaurante abierto al público y consagrado a la cocina y a la despensa locales donde se ofrece un menú a precio cerrado de 55 € con propuestas a elegir y opción de maridaje.
En definitiva, Emilio Moro se convierte en estas fechas en el escenario idóneo para esa merecida escapada que todos estábamos esperando y en punta de lanza del enoturismo, uno de los principales motores económicos de la ribera del Duero, en la zona. «La Ribera del Duero –explica José Moro, presidente de Bodegas Emilio Moro y Bodegas Cepa 21– tiene mucho que decir y ya teníamos muchas ganas de volver a abrir las puertas de nuestra casa a los visitantes, porque para nosotros es la mejor manera de que conozcan nuestra esencia, nuestra historia, que sientan nuestros valores y que se enamoren, no solo de los vinos, sino de un entorno mágico como es el que vivimos entre viñedos y barricas».