Porque viajarán en el tiempo. Porque vivirán aventuras increíbles. Porque sentirán la magia de la naturaleza. Porque descubrirán el auténtico origen y se reencontrarán con saberes, costumbres y esos quehaceres de antes que tanto sorprenden hoy. Y porque lo harán al aire libre, sin aglomeraciones, y en libertad, para tranquilidad de mamá y papá. El viaje en familia más soñado y deseable para cuando por fin se pueda viajar, en diez planazos para disfrutar en la provincia de Burgos.
No hace falta cruzar el Océano para ir a Nueva York ni volar a Oklahoma para ver petróleo, ni ir a Costa Rica para deslizarse entre los árboles. Nueva York, petróleo, canopy y viajes al pasado al más puro estilo hollywoodiense se dan cita en la provincia de Burgos, en increíbles planes para toda la familia que, seguro, vas a querer hacer en cuanto se pueda.
Ahora que viajar es un sueño próximo y hacerlo en familia, en coche y a tu ritmo, el formato perfecto, estos diez planazos para grandes y pequeños son una propuesta irrechazable para poner rumbo a tierras burgalesas y vivir experiencias bonitas para todas las edades. Querrás vivirlas todas.
Visitar el Nueva York de los bosques
Que existe un Nueva York muy cerca de tu casa seguro que es una sorpresa para más de uno. Y si decimos que es un Nueva York verde y que sus rascacielos son de infinitos troncos y copas que los ojos no alcanzan a ver, posiblemente la sorpresa sea doble.
El Nueva York de los bosques es una inmensa metrópoli verde, ocre en otoño, en la que perderse y descubrirse una y otra vez mirando hacia arriba boquiabierto, al más puro estilo neoyorkino. Se ubica en el Parque Natural Montes Obarenes y visitarlo es hacerlo al estilo de toda gran ciudad: callejeando, alcanzando barrios exclusivos, descansando en espacios públicos ideales para el esparcimiento, siguiendo señales, descubriendo miradores y visitando monumentos. Podrás hacer tu recorrido a pie, a caballo o en bicicleta, por libre o con un guía.
Ser pescadores, peregrinos, maestros arquitectos y hasta el Capitán Trueno
Adentrarse en el mundo de las Cuatro Villas de Amaya es un viaje por tierras de castillos, páramos y pueblos de postal, de ésos en los que es fácil inventar historias y dar rienda suelta a la desbordante imaginación infantil… Si a eso añadimos experiencias a la medida de los más pequeños, su viaje no puede ser más divertido e inolvidable. Y eso es lo que consigue el fantástico Universo Amaya: transportarles por el tiempo y el espacio para aprender, vivir aventuras y resolver misterios.
El Universo Amaya está conformado por las Cuatro Villas de Amaya -Sasamón, Castrojeriz, Melgar de Fernamental y Villadiego-, cuatro paradas imprescindibles con cuatro experiencias geniales para los niños. En Medeivum (Sasamón) se transportarán a la Edad Media y se convertirán en maestros arquitectos para conseguir el reto de levantar una iglesia; Iacobeus (Castrojeriz) se convertirán en auténticos peregrinos y descubrirán viejos secretos del Camino de Santiago; y en Pisórica (Melgar de Fernamental) ingresarán en una particular escuela de pescadores, para conocer todos los misterios del río y aprender técnicas.
Por su parte Fabulantis, en Villadiego, es un centro dedicado al mundo del cómic y en particular al famoso dibujante del Capitán Trueno, Ángel Pardo, que vivió en Villadiego. En él los más pequeños podrán crear su propio cómic, disfrutar de aventuras audiovisuales de superhéroes desconocidos o disfrazarse del suyo favorito.
Reencontrarse con Félix Rodríguez de la Fuente
Da igual el tiempo que pase: Félix Rodríguez de la Fuente siempre será el amigo de la naturaleza, de los animales y de los niños. Pionero de la defensa de la naturaleza en España, su influencia perdura cuarenta años después de su muerte y visitar su lugar de la infancia, Poza de la Sal, es reencontrarse con toda la magia de su figura en un viaje especialmente emocional para los papás, y que encantará a los más pequeños.
Poza de la sal es el lugar donde de crío él se perdía en el campo y en el que floreció su amor por la naturaleza y los animales. No es de extrañar cuando se conoce el pueblo: enmarcado en un precioso escenario verde. Entrar en su casco urbano es hacerlo no sólo en el alma de Félix Rodríguez de la Fuente, también en la Edad Media y, en paralelo, descubrir el oro blanco: las salinas de Poza de la Sal están declaradas Bien de Interés Cultural y es imprescindible visitarlas.
Vivir aventuras con dinosaurios
¡A qué niño no le vuelven locos los dinosaurios! Retroceder 140 millones de años, entrar en su mundo, verlos de cerca, interactuar con ellos… será una aventura alucinante. Bienvenidos a Tierra de Dinosaurios, familias.
Tierra de Dinosaurios es una completa ruta paleontológica que comienza Mambrillas de Lara (yacimiento La Pedraja), continúa por Salas de los Infantes (yacimiento Costalomo y Museo de Dinosaurios) y llega hasta Regumiel de la Sierra (yacimiento El Frontal), todos ellos declarados Bien de Interés Cultural. El Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes es el broche de oro en esta visita, donde se pueden contemplar los restos óseos de dinosaurios que habitaron este territorio en la Era Mesozoica.
Adentrarse en un bosque encantado y volar en tirolinas
Quizá tus peques hayan hecho tirolinas… pero hacerlo en un bosque encantado es otra historia. Con más de seis hectáreas de parque, con bosque encantado incluido, circuitos para todos los niveles, puentes colgantes, tirolinas, castillo de redes y la emoción adicional de disfrutar de las aventuras por la noche, es imposible resistirse a Valterria: para airearse, soltar adrenalina y disfrutar del poder relajante y energizante de la naturaleza.
Valterria se ubica en Las Merindades y, además de poder disfrutar de las atracciones, también puedes hacer rutas en bicicleta eléctrica por el entorno, tú solo con la app del parque, que te guiará a las ubicaciones más interesantes. También cuenta con dos centros de interpretación.
Descubrir petróleo
El oro negro siempre suscita misterio. Y si te decimos que el único yacimiento petrolífero en España está en Burgos, el misterio es doble. Nadie podía esperar que en plena provincia de Burgos pudiera emanar petróleo, pero así fue.
Ocurrió el 6 de junio de 1964, a las 11:45 hrs, en la localidad de Sargentes de la Lora y, en concreto, en el pozo de Ayoluengo. Fue la primera vez que aparecía petróleo en España y desde ese día y hasta enero de 2017 se siguió explotando el que fue el único yacimiento petrolífero de la España peninsular.
Si bien ya no se explota petróleo en la “Oklahoma” española, sí que es posible visitar el lugar y conocer todos sus hitos y pormenores, a través del Museo del Petróleo: saber cómo y dónde se origina el petróleo, cómo se extrae y los muchos e impensables productos derivados de él que utilizamos en nuestro día a día es un viaje de descubrimiento único, diferente a todo y muy aleccionador para hacer con los más pequeños. Con el añadido singular que ofrece el escenario del Geoparque de Las Loras, cuyos paisajes singulares asombran a niños y mayores.
Bajar a la mina
Puede que en casa y por la noche la oscuridad no sea el mejor aliado de los peques, pero bajar a la mina, por muy oscura que esté… siempre encanta y libera dosis de adrenalina.
La provincia de Burgos esconde las minas de manganeso más antiguas de España de las que, se dice, salió el material para la construcción del mismísimo Titanic. Leyendas aparte, descender a las minas reales de Puras de Villafranca es un viaje fascinante para vivir en primera persona la experiencia minera de mediados del siglo XIX: conocer desde los lavaderos de mineral a la turbina, ponerse en la piel de los trabajadores, su labor, sus herramientas, sus procesos y los usos que se daba al material una vez extraído. Las visitas se hacen de forma individualizada, previa reserva.
Viajar a la prehistoria
Adentrarse en la Sierra de la Demanda y aventurarse en el mundo de Atapuerca es una fascinante experiencia para toda la familia, un viaje en el tiempo de miles de años que lleva a descubrir un mundo inimaginable de secretos antiquísimos y curiosidades. Allí podréis vivir, juntos todos, una inmersión en el Paleolítico, con punto de partida el Centro de Arqueología Experimental Carex en el que descubriréis cómo eran los procesos de elaboración y uso de las herramientas en aquel entonces, las cabañas, los tejidos, la cerámica y las obras de arte del pasado. Más información:
Siguiendo el viaje prehistórico, otro recorrido fascinante es “Paleolítico Vivo”, en Salgüero de Juarros, donde a través de un fascinante safari podréis viajar 10.000 años atrás para descubrir las especies que compartieron territorio con nuestros ancestros, en el primer Parque Pleistoceno con animales vivos de Europa.
Territorio Artlanza: un parque temático a la castellana
Es la mayor escultura del mundo. Pero es mucho más que eso. Es un pueblo dentro de otro pueblo, levantado con materiales reciclados y con todo detalle para crear un ambiente típicamente castellano, que traslada al visitante en el tiempo y deja el buen sabor de boca de los sitios con encanto. Un viaje en el tiempo para gusto de toda la familia: porque los pequeños pueden corretear de casa en casa y de plaza en plaza, sin peligro, y los mayores quedan boquiabiertos con la increíble obra llevada a cabo por el escultor y ceramista Félix Yáñez a pocos kilómetros de Lerma (9) y de Covarrubias (13).
El artista empezó construyendo una plazuela de 200 metros en el pueblo de Quintanilla del Agua. Luego vino una casa y otra, y otra, hasta convertir Territorio Artlanza en un auténtico pueblo dentro del propio pueblo y una atracción turística que hay que descubrir. Además, junto al pueblo castellano ha levantado un área infantil, con una escultura de Mafalda y sus amigos, casitas de colores, juegos, dragones y un castillo.
Navegar en barco por el Canal de Castilla
Subirse a un barco, soltar amarras y sentir el vaivén del agua bajo nuestros pies siempre es una aventura para los más pequeños. Hacerlo en el Canal de Castilla es mucho más: un viaje por la historia de la mano de una de las obras más importantes que se desarrollaron en la España ilustrada. El Canal de Castilla es un inmenso proyecto cuyo objetivo principal fue transportar el trigo desde Castilla a los puertos del norte, mediante la creación de un cauce artificial que recorre 207 kilómetros a través de las provincias de Burgos, Palencia y Valladolid.
El viaje permite disfrutar de paisajes verdes, pueblos ribereños y elementos arquitectónicos que nos hablan de la inmensidad de la obra: puentes, presas y azudes, retenciones y escusas, capaces de salvar el desnivel del terreno, fruto del ingenio ilustrado.
En el tramo burgalés, el viaje se realiza desde el embarcadero de Melgar de Fernamental con el barco “San Carlos de Abánades”. Con él se recorre el tramo hasta Castrillo de Riopisuerga, pasando por el Acueducto de Abánades, construido entre 1775 y 1780, con cinco ojos de 12 metros de luz cada uno.