La vitamina C tiene un triple efecto antioxidante, antiarrugas y unificador del tono, que ayuda a recuperar la jugosidad y vitalidad de la piel
Con el comienzo de la primavera, la piel necesita un extra de luminosidad. La vitamina C se ha convertido en uno de los activos imprescindibles en el neceser de belleza, para tener una piel luminosa. Es por ello, que la vitamina C es la mejor aliada para devolver la luz a la piel, combatir los radicales libres y unificar el tono, cuando se quiere llevar a cabo una perfecta rutina antioxidante.
La vitamina C tiene un triple efecto antioxidante, antiarrugas y unificador del tono. El poder antioxidante de este activo combate frente al daño y el envejecimiento prematuro por exposición al sol, contaminación o estrés. Gracias a su efecto antiarrugas, incrementa la síntesis de colágeno y elastina para lograr una piel más firma y elástica. Y, por último, su uso continuado unifica el tono y devuelve a la piel su vitalidad y luz natural.
“En Sesderma hemos desarrollado una completa gama de productos para el cuidado de la piel, que contienen el poder de la vitamina C. Al estar encapsulada en liposomas, permite una penetración más profunda y una liberación gradual del principio activo consiguiendo, por tanto, una mayor eficacia en el tratamiento y prevención del fotoenvejecimiento facial. De esta forma se ha posicionado como el derivado de vitamina C más estable y con mayor capacidad de penetración en la piel que existe actualmente en el mercado”, afirma el Doctor Gabriel Serrano, dermatólogo y fundador de Laboratorios Sesderma.
Para dar la bienvenida a la primavera, Sesderma propone una rutina antioxidante y despigmentante, compuesta por cuatro de los productos que podrían considerarse como “un fondo de armario”, para recuperar la jugosidad y el brillo de la piel, así como mejorar la apariencia de las manchas y unificar el tono de la piel.