Ocio, tranquilidad, cultura, gastronomía, naturaleza, deporte, sol, historia. Ibiza es el destino que todo viajero quiere conocer. La carismática isla ejerce un magnetismo especial para todos aquellos que la visitan, sin dejar indiferente a nadie. Pero quizás, la grande de las Pitiusas guarda todavía algunos secretos que pocos conocen, como los faros que se alzan imponentes en la isla y algunos de los islotes que la rodean. Estos guardianes del mar generan un misticismo y atracción como pocos monumentos consiguen. Por ello, os proponemos una mágica ruta por cinco faros imperdibles de Ibiza.
Faro de Moscarter
Al norte de la isla de Ibiza se eleva el faro con la torre más alta de todas las Islas Baleares, el Faro de Moscarter. Inaugurado en 1978, esta construcción dispone de 52 metros hasta el plano focal, sobre un acantilado a 41 metros sobre el mar. Tan solo se necesitan 20 minutos a pie, bordeando la costa norte de la isla, desde la playa de Es Portixol de Portinatx para llegar hasta él. Su peculiar apariencia de rayas helicoidales blancas y negras alternadas le hace siempre visible. Su altura, belleza estética y su fácil acceso, convierten al Faro de Moscarter en uno de los más especiales de todas las Baleares.
Faro de Sa Conillera
Mucho más antiguo que el anterior, el Faro de Sa Conillera, ubicado en este islote al oeste de Ibiza, comenzó a funcionar en 1857. Fue el segundo faro construido en Ibiza y Formentera y, a diferencia del anterior, la torre se sitúa en el centro de un edificio con forma circular donde se encontraban las viviendas del farero y su ayudante. Sa Conillera forma parte de las Reservas Naturales de Es Vedrà, Es Vedranell y los islotes de Poniente y solo se puede acceder a ella con permiso especial de la Consellería de medio ambiente del Gobierno Balear o en alguna de las excursiones organizadas por ésta. Sa Conillera es un ‘must’ en todas las puestas de sol de la zona de la bahía de Portmany.
Faro de Es Vedrá
Se trata de uno de los faros más desconocidos de las islas Pitiusas, debido a su situación en la cara norte del islote de Es Vedrà. Inaugurado en otra parte de la isla en 1927, fue reconstruido en 1959 tras una tormenta y, desde entonces, mantiene su ubicación actual. Su singularidad recae en su sobriedad. Apenas tres metros de altura le convierten en uno de los faros más pequeños de las islas. Sin embargo, el espectacular enclave que rodea el faro es su verdadero atractivo. Es Vedrá constituye en sí misma una reserva natural con endemismos tanto de flora como de fauna con alguna subespecie exclusiva como, por ejemplo, la variedad vedranera de la lagartija pitiusa y una subespecie de caracol.
Faro del Tagomago
Al noreste de Ibiza, en el islote de Tagomago, se encuentra este faro que recibe el mismo nombre que la isla que lo alberga. Punto de referencia para las rutas navales que van desde Ibiza a Palma de Mallorca y Barcelona, solamente se puede acceder a él por mar, pero la visita merece la pena. La isla de Tagomago es un enclave rocoso de poca altura, calificado como Área Natural de Especial Interés, así como Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) y Lugar de Interés Comunitario (LIC). Naturaleza y descanso es lo que encontraras en Tagomago, además de unos amaneceres inigualables.
Faro dels Penjats
Y terminamos nuestra ruta por los faros ibicencos con el primer faro que se construyó en terreno pitiuso. Situado en la “Isla de los Ahorcados” (dels Penjats), muy próximo al puerto de Ibiza, el Faro dels Penjats se inauguró en 1856. Su construcción de debe a la peligrosidad que suponía dicha zona para los navegantes y, dadas las duras condiciones de vida que debían soportar los torreros y sus familias, únicos habitantes de este pequeño islote, fue el primer faro que se automatizó, quedando la isla deshabitada en 1929.