Esther González, Sonia Atanes y Roxana Gutu son tres mujeres realizadas y exitosas dentro de su profesión: la peluquería. Pese a las restricciones por el Covid-19 y las demandas por un IVA más bajo, el suyo es un sector que no para de crecer y en el que las mujeres tienen mucho que decir, más aún a pocos días del 8M. Hablamos con ellas de feminismo, conciliación familiar y los grandes retos para el futuro dentro de su sector.
Se sabe que por cada diez mujeres, entra en las peluquerías un único hombre, lo que deja a las claras quiénes mantienen este negocio pese a no ser ellas las que lo dominan mayoritariamente, por ello nos hacemos la siguiente pregunta… ¿existe la igualdad real en el mundo de la peluquería?
Para Sonia Atanes, directora del centro SAHB (Paseo de la Castellana, 247), sin ninguna duda: “La peluquería siempre ha sido muy democrática en este sentido. Recordemos que la primera empresaria que se hizo multimillonaria con la venta de sus productos fue negra (Madam CJ Walker) y pasó de ser hija de esclavos a vecina de Rockefeller. O que en los años 70, el estilista Peter Coppola acudió a la corte de EE.UU para que permitiesen a los hombres ir a peluquerías de mujeres. Con esto quiero decir que este oficio ha dado siempre oportunidades por igual, sueldos por igual y trato por igual”.
Sobre lo que Sonia no está tan de acuerdo es con los prejuicios y ciertos estereotipos que por ejemplo el cine ha mostrado de su profesión, muchas veces presentada como el último tren para exprostitutas o exyonkis redimidas: “Esto es algo que siempre me ha molestado mucho, al igual que ese cliché afortunadamente ya olvidado de “es peluquera porque no vale para otra cosa”. Lo cierto es que los años me dieron otra perspectiva y ahora la veo como una profesión integradora, capaz de dar un lugar en la vida a mucha gente y muy diferente”.
Esther González, responsable de marketing e imagen de los salones Menta Beauty Place, reconoce que el hombre tiene mucho ganado en el mundo de la peluquería: “Cuando un peluquero nos dice que "nos va a dejar divina o lo guapa que estamos", tendemos a darle mayor credibilidad y confianza que si nos lo dice una mujer, aún cuando la forma de trabajar el cabello en color, corte o styling es exactamente igual. Nosotras debemos de valorar este trabajo y saber que lo importante para encontrar nuestro/a estilista consiste en dar con una persona, no hombre o mujer, que se interese por crear una imagen adaptando las últimas tendencias a nuestros gustos, rasgos y personalidad”.
¿Cómo ha cambiado para la mujer el sector de la peluquería?
“Ha cambiado más a nivel general como concepto, es más profesionalizado y hay mucho más respeto a la profesión y al profesional. En cuanto a hombre o mujer, tenemos grandes referentes de siempre y de ambos sexos, la mujer siempre ha estado muy empoderada dentro de nuestro mundo, siempre nos hemos respetado en base a la jerarquía y el conocimiento profesional” – reconoce Sonia Atanes, que también comenta que muchas veces el machismo viene de ellas mismas: “Como por ejemplo, cuando entramos en un salón y pedimos que nos atienda el chico porque tienen más estilo para cortar”.
Para Sonia Atanes, el mayor logro para la mujer ha sido la conciliación familiar: “Es lo que nos ha permitido poder disfrutar de la familia sin tener que renunciar a nuestra profesión. Durante los primeros 12 años de vida de nuestros hijos podemos elegir los horarios que queramos amparadas por la ley y una vez pasa esa época, reincorporarnos al horario habitual. El segundo mayor logro ha sido conseguir más respeto, importancia social y reconocimiento como profesionales”.
Sobre el futuro y los nuevos retos de la mujer peluquera
Roxana Gutu, directora de Lobelia Sagasta (Sagasta, 12), observa agradablemente como cada vez son más las mujeres que se animan a emprender en su sector: “Muchas autónomas se están atreviendo a dar un paso que no siempre es fácil si no disponemos de un buen soporte económico, y por desgracia es más rápido cerrar un negocio que abrirlo. Yo siempre les doy el mismo consejo: formación, formación y más formación, que cuando ya ninguno de los servicios que nuestras clientas nos piden supongan un reto, podamos sentarnos y decir, este es el momento”.
Para Esther González, el objetivo es crecer y consolidarse: “Este mes de marzo es también especial porque Menta Beauty Place cumple 8 años con siete salones en Madrid a nuestras espaldas. Como mujer, espero seguir ofreciendo a otras mujeres la experiencia de lujo que a mí me gustaría disfrutar. Conocer, entender y compartir gustos y preferencias, me permite por un lado diseñar servicios versátiles y novedosos basados en nuestras necesidades y en las últimas tendencias, y por otro lado, cuidar todos los detalles y espacios donde podemos sentirnos cómodas para disfrutar de un momento de relax, de toda una experiencia accesible, a la vez que las estilistas crean la imagen personalizada que cada una de nosotras necesita”.
La mujer que emprende es para Sonia Atanes una especie de heroína, y también una forma de vida más que un trabajo: “Vendes no solo lo que sabes, expones quién eres y eso crea un impacto en los demás. Crecer y formarse van de la mano, desaparecen las barreras entre el trabajo y la persona, por eso es tan importante la pasión. Busca lo que más te gusta hacer y hazlo de una forma única, perfecciónalo y conviértelo en tu experiencia, en tu sello de identidad y enséñalo, suéltalo al mundo y descubrirás un público que ya te está buscando aunque tú no lo conozcas”.