El primer legado de este año 2021 en la Caja de las Letras recupera la figura de Jaime Gil de Biedma (Barcelona, 1929-1990), uno de los poetas españoles más destacados del siglo XX, en el marco del 30.º aniversario de su muerte. Un legado in memoriam formado por manuscritos, libros, una carta y una primera edición de su ensayo Diario del artista seriamente enfermo. Todo ello quedó hoy guardado en la caja número 1.602 de la antigua cámara acorazada de la sede central del Instituto Cervantes, donde permanecerá bajo llave durante dos años, hasta el 11 de enero de 2023.
La escritora Inés García-Albi Gil de Biedma, sobrina del autor, depositó en representación de la familia Gil de Biedma varios documentos originales del autor. En concreto, entregó la separata «Para vivir aquí», de 1958; su primera plaquette, que data de 1952 y que incluye una dedicatoria a su madre antes de terminar el servicio militar en Orense (Galicia); una carta literaria a una de sus hermanas; un minuta de la celebración del 75.º aniversario de los tabacos de Filipinas; la primera edición del libro «Colección Particular» (1969), de la editorial Seix Barral, y una semblanza sobre Pablo Picasso, extraída de un libro que homenajeaba al artista con motivo del centenario de su nacimiento.
García-Albi Gil de Biedma ha subrayado que se trata de «un legado muy familiar, sobrio y escaso, como la obra de Jaime» y ha señalado «que el escritor esté aquí en esta caja de la memoria tiene todo el significado. El paso del tiempo era una de sus grandes preocupaciones y a su obra le sienta fenomenal».
Por su parte, Carina Pons, de la agencia literaria Carmen Balcells, con la que trabajó Gil de Biedma, dejó una primera edición del mencionado ensayo (1974), un género que complementó su prioritaria dedicación a la poesía.
Maestro de las nuevas generaciones
El director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, ha recordado que, en el año 1986, participó junto a otros jóvenes poetas andaluces en un homenaje dedicado a Gil de Biedma en la revista malagueña «Litoral». «Era nuestro maestro y queríamos proclamarlo porque en la vida, la admiración es mucho más fértil que el odio, y la gratitud más productiva que la envidia y la miseria mediocre del rencor», ha afirmado.
García Montero ha asegurado que «su literatura es un acto de negación de la hipocresía». Además, ha defendido que Gil de Biedma poseía un «conocimiento profundo de los poetas españoles», pero siempre «rechazó la pedantería», y que apostó por una «poesía cívica comprometida con la dignidad humana».
Para el poeta, Gil de Biedma fue «una persona decente, aunque no conviene nunca confundir ser una persona decente con un puritano». En este sentido, García Montero ha explicado que el escritor «contó en Retrato del artista en 1956 con sinceridad descarnada su viaje a Filipinas, sus experiencias homosexuales… Incluso en sus detalles más sórdidos». Al igual que otros muchos autores españoles y latinoamericanos, quienes también narraron sus primeras experiencias sexuales en sociedades muy represivas.
Además, ha destacado la bondad de Gil de Biedma: «es normal que los miles de filólogos del mundo que han estudiado al escritor destaquen su capacidad para empatizar con los más débiles y conmoverse con ellos». Una virtud que reflejó en sus diarios.
El director del Cervantes ha señalado que con este acto «recordamos a un maestro decisivo para las generaciones posteriores de la poesía española contemporánea».
Concierto de Silvia Comes (19 h)
El homenaje del Instituto Cervantes a uno de los grandes nombres de la Generación del 50, quien da nombre a la biblioteca del centro de Alejandría (Egipto), se cerró con un recital de Silvia Comes.
La cantautora estrenó en el salón de actos su nuevo espectáculo Vals del aniversario, dedicado al escritor y en el que ha musicado algunos de sus poemas.