El alisado nos da una cierta imagen de pulcritud, de limpieza, es perfecto para una entrevista de trabajo e incluso para reuniones y eventos que requieren de algún grado de formalidad: “En épocas de mucho estrés laboral o muchas prisas, nuestras clientas suelen optar por el alisado exprés, cuyo proceso es un 30% más rápido que otro convencional. Es un alisado a base de queratina hidrolizada y colágeno cuaternizado. Lo que se consigue es un cabello más liso, disciplinado y luminoso” – nos cuenta Eliana Herrera, estilista de Lobelia Sagasta.
Algunos alisados son de ultimísima generación, como el llamado Génesis que realizan en el salón de taninoplastia SAHB: “Es orgánico, a base de proteínas y vitaminas, y totalmente libre de componentes nocivos para el pelo. Nosotras lo recomendamos para cabellos naturales y con un rizo difícil, perfecto si se busca un liso total y olvidarse definitivamente de planchas y secadores” – nos comenta Sonia Atanes, directora del salón.
Este alisado (Génesis) tiene un mantenimiento muy sencillo, ya que basta simplemente con utilizar champús sin sulfatos para que se mantenga en un estado óptimo durante seis meses. También en Lobelia Sagasta realizan alisados orgánicos, pero con células madre de manzana como principal componente: “Gracias a estas células madre, se reestructura y protege la barrera lipídica, se reduce el volumen y se aporta brillo al pelo, que en definitiva son dos de las cosas que buscan quienes nos piden un alisado” – apunta Eliana Herrera.
Finalmente, no nos podemos dejar los flequillos, para los que Sonia Atanes tiene el alisado que mejor les va si nos supone una lucha diaria el mantenerlo liso: “Corrige tanto el rizo, que se mantiene a raya, como el encrespamiento y los remolinos tan habituales en la frente. Es sencillo de hacer, apenas una hora de duración, y no hay por qué preocuparse del resto de la melena, que conservará todo su volumen. Además, lo tendrás perfecto unos cuatro meses más o menos”.