El viajero no puede dejar de visitar las famosas piscinas naturales canarias, bañadas por mareas de agua salada y creadas caprichosamente por la lava, que alcanzan su máximo protagonismo en la isla.
La mayoría de los principales activos naturales de Tenerife son de sobra conocidos por los viajeros: playas infinitas tanto de arena dorada como de arena negra, el Parque Nacional del Teide, el Parque Rural de Anaga, los Acantilados de los Gigantes… Formaciones asombrosas que reciben miles de visitantes cada año llamados por su excepcionalidad y belleza. Sin embargo, la isla, al igual que sus vecinas del archipiélago, cuenta con una alternativa a los arenales menos incluida en los itinerarios habituales, pero realmente única y llena de magia: los ‘charcos’. Se trata de piscinas de agua marina surgidas de forma caprichosa en sus costas por las erosiones volcánicas y alimentadas por las mareas atlánticas.
Un mar de sensaciones se despliega ante el viajero en cada ‘charco’, pues no hay dos iguales. Cada piscina natural de agua salada ofrece la oportunidad de descubrir un entorno diferente y de experimentar un conjunto de sensaciones diversas. Los lugareños ya lo dicen: darse un chapuzón en un ‘charco’ es mucho más que darse un baño. Es una forma de integrarse con los locales, descubrir paisajes escondidos en la perspectiva única de cada uno de ellos y sentir la bravura y la tranquilidad del mar a partes iguales y desde un mismo lugar.
Asimismo, además de ofrecer una experiencia y sensaciones únicas, cada ‘charco’ hace gala de un tamaño, forma y colores diferentes, así como de una vida marina, tanto animal como vegetal, diversa en su interior y de entornos variados, que pueden verse salpicados por montañas, plataneras, bosques o pueblos coquetos.
Pero ¿cuáles son los mejores ‘charcos’ y piscinas naturales de la isla? Aquí van algunas recomendaciones para darse un chapuzón refrescante y libre de arena:
El Charco de la Laja
Ubicada en San Juan de Rambla, esta piscina de agua salada es una de las más populares y conocidas de Tenerife gracias a su fácil acceso y a su acondicionamiento. Aunque el ‘charco’ se encuentra protegido del mar por las rocas, es recomendable controlar la subida de la marea y extremar la precaución a la hora de darse un baño.
El Caletón de Garachico
Este reducto de agua cristalina ve aumentar su fama cada año. La última erupción del volcán Trevejo, acontecida en 1706, sepultó gran parte del pueblo de Garachico y creó, a su llegada al mar, varios ‘charcos’ que, hoy en día, son unos de los principales atractivos turísticos del municipio. Ofrecen un baño en aguas generalmente tranquilas apto para todos los públicos.
El Charco del Viento
Esta piscina situada en La Guancha tiene la peculiaridad de ser considerada ‘charco’ a pesar de que no se encuentra completamente cerrada y se abre directamente al mar. Ofrece un acceso sencillo desde la carretera y se encuentra rodeada por un entorno volcánico perfecto para desconectar.
Piscina natural de La Punta de Hidalgo
Este ‘charco’ se adentra en el mar como uno de los lugares más visitados y característicos de la costa de San Cristóbal de La Laguna. Con el Teide de fondo, cuenta con la distinción de Bandera Azul, lo que garantiza un excelente estado de sus aguas y todos los servicios necesarios para disfrutar de una visita segura, incluido acceso para personas con movilidad reducida.
Piscina natural de Isla Cangrejo
Este precioso ‘charco’, enclavado en un rincón de la costa de Santiago del Teide, concretamente en la urbanización Isla Cangrejo, ofrece un baño tranquilo y familiar al sur de la isla con vistas espectaculares de los Acantilados de los Gigantes. Sus puestas de sol ponen el cierre perfecto a una visita.
Charco de Golete
Este ‘charco’ cuenta con el encanto de encontrarse escondido en uno de los municipios más recónditos de Tenerife, Güímar, ubicado al sur de la isla. Poca gente conoce la existencia de estas piscinas naturales de reducido tamaño, especialmente disfrutadas por locales y, gracias a ello, conocidas por su desconexión y relax al borde de la línea costera.
Piscinas naturales de Jover
Aguas cristalinas sin igual esperan al visitante en este ‘charco’ de La Laguna. Además del chapuzón, uno de los mejores activos de esta piscina natural es la panorámica que ofrece de Bajamar, Punta del Hidalgo y la cordillera montañosa que la rodea. Su acceso también tiene encanto, al transcurrir entre plataneras que llevan al mar y a algún que otro restaurante local especializado en pescado.
Piscinas naturales de Mesa de Mar
Fáciles de localizar y de visitar, este dúo de ‘charcos’, ubicados en Tacoronte, ofrecen un espacio amplio tanto para bañarse como para tomar el sol. Los atardeceres constituyen uno de sus principales reclamos, gracias a sus vistas de fondo del Teide o, como dicen los lugareños, ‘papá Teide’.