Localidad situada en el norte de Polonia, en la desembocadura del río Vístula y bañada por el mar Báltico. Fue en esta ciudad donde empezó, en 1939, la II Guerra Mundial. También fue donde nació el sindicato Solidaridad liderado por Lech Walesa.
Además de su agitada historia, Gdansk es un hermosísimo destino, que puede presumir de ser una de las ciudades más bonitas de Polonia. Su casco histórico de inspiración flamenca, reconstruido tras su total destrucción en 1945, es maravilloso. En 2019 fue galardonada con el premio Princesa de Asturias de la Concordia
Gdansk es un hermosísimo destino, que puede presumir de ser una de las ciudades más bonitas de Polonia
Esta antigua aldea de pescadores, de pasado convulso, cuenta con mil años de historia que se reflejan, no solamente en sus monumentos, sino también en algunos eventos, como la Feria de Santo Domingo, que se celebra durante tres semanas, desde finales de julio hasta mediados de agosto. Esta feria sigue fiel a sus orígenes medievales, que consiste en citas anuales de comerciantes de telares y de artesanos que trabajan el ámbar, donde no faltan los típicos mercados, con muchos puestos de comida callejera o zonas gastronómicas con numerosos restaurantes. La zona artística se sitúa en los escenarios al aire libre (música jazz y folk y desfiles o teatro callejero) o en el Auditorio (música clásica).
En la agenda cultural de Gdansk también son destacables el Festival de Teatros Callejeros (FETA), el Festival Mozartiana o Festival de Shakespeare.
Además, entre las citas imprescindibles, como importante puerto en el Mar Báltico, a principios de julio Gdansk es anfitriona de la Baltic Sail, donde poder admirar los veleros que visitan la ciudad.
Asimismo, su Mercado de Navidad, nombrado como uno de los mejores de Europa en este 2020.
Gdansk es una ciudad milenaria, perteneciente en el pasado a la Liga Hansa, que se hizo famosa a primeros de los ochenta del siglo pasado cuando un obrero de los astilleros lideró una huelga. Su nombre es Lech Walesa y el movimiento social, que se convirtió en el primer sindicato independiente en la Europa de detrás del telón de acero, fue denominado “Solidaridad".
Estos acontecimientos dieron un impulso a movimientos parecidos en los países vecinos dando como resultado la caída del Muro de Berlín nueve años más tarde (1989). Walesa es Premio Nobel de la Paz e iniciador de los cambios en esta parte de Europa, concretamente desde Gdansk, por lo que le dan a la ciudad el derecho de proclamarla la "Ciudad de la Libertad".
Decir que uno de los símbolos de Gdansk es el dios Neptuno, cuya fuente adorna la Ruta Real de Gdansk, testigo de un glorioso pasado de una ciudad rica y con importante comercio a nivel europeo. La Ruta Real y calles adyacentes forman el casco antiguo de origen medieval, en el que también se incluye la imponente Iglesia de Santa María, considerada como la iglesia de ladrillo más grande de Europa.
Esta fuente representa la importancia del mar y protagoniza una leyenda gastronómica muy conocida: se dice que, harto de que la gente le tirara monedas dentro de la fuente, Neptuno decidió romperlas todas formando pequeñas pepitas de oro, dando así la idea para crear el licor más famoso de Gdansk.
Comentar que lo más original de la gastronomía del lugar es el pescado salvaje del Báltico (en temporada) y vodka dulce con auténticos copos de oro flotando en este preciado líquido.
Otro de los símbolos de Gdansk es el monumento de la técnica antigua, la grulla, que en polaco es una grúa portuaria. En Gdansk se encuentra una de las más antiguas conservadas en Europa. Se trata de la grúa medieval que antaño servía para descargar productos, sobre todo el trigo, transportado en barcazas por el río Vístula desde el sur de Polonia. Las barcazas de madera llegaban justo hasta el muelle donde está situada la grúa, en uno de los afluentes del río Vístula.
Una de las cosas que sorprende del centro de Gdansk es su parecido con ciudades como La Haya o Ámsterdam. No es casualidad: esta localidad de comerciantes contó entre sus ciudadanos con muchos holandeses que escapaban de persecuciones religiosas, y que supieron dar a los edificios del centro un estilo que les recordaba a casa. Aunque hoy en día lo que vemos son reproducciones –la ciudad fue duramente bombardeada en marzo de 1945–, aún se percibe esa combinación de fachadas estrechas de colores ocres y rojizos, coronadas por gárgolas e inscripciones que definían el poder económico de cada familia. Un buen ejemplo de ello es la casa de Uphagen, un espectacular edificio rococó de la calle Dluga que pertenecía al concejal y juez Johann Uphagen. Dentro se ubica el Museo de los Interiores Burgueses, que nos da la oportunidad de explorar una casa de finales del siglo XVIII, muy estrecha en la entrada pero enorme por dentro, ya que en la época se pagaba por la amplitud de la fachada, y no por la longitud interna de las casas.
En Gdansk se encuentra una grúa portuaria, una de las más antiguas conservadas en Europa
A la izquierda de la calle Dluga se encuentra la simbólica puerta Dorada, un arco triunfal del siglo XVIII con remates que simbolizan la paz, la libertad, la riqueza y la justicia, entre otros conceptos. Aquí se lee la inscripción “En concordia crecen los estados pequeños y en discordia se destruyen los estados grandes”.
En la artística calle Mariacka, antiguamente hogar de orfebres y comerciantes, los característicos anteumbrales de las casas, es decir, las terrazas delante de las puertas, coronadas por gárgolas en forma de animales que funcionan como desagües. Además de pintores y vendedores de souvenirs, se encuentran talleres de joyería –con el ámbar como gran protagonista– y galerías de arte.
Pero si se quiere probar a qué sabe el ámbar, el lugar adecuado es el popular restaurante Gdanski Bowke, donde elaboran un curioso menú que incluye esta resina como ingrediente. Platos como la sopa de pescado con pasta de ámbar, cangrejo y chile o el tartar de melón aromatizado con esencia de licor de ámbar y goldwasser son algunas de las propuestas de la taberna.
La Puerta-Grúa, el monumento más característico de Gdansk, es también el ascensor portuario más grande de la Europa medieval; de esa época es el gran molino, fundado en 1350 por los caballeros teutónicos, que se encuentra a unos diez minutos andando sobre el canal del Radunia.
Para explorar la historia reciente de Gdansk, se puede comenzar por el Museo de la Segunda Guerra Mundial, inaugurado en 2017, que indaga sobre los dos totalitarismos que marcaron la ciudad: el comunismo soviético y el nazismo alemán. El recorrido empieza explicando cómo se llegó a la guerra, para pasar después a los horrores de esos años y acabar con las consecuencias del conflicto.
De manera amena e interactiva el museo nos acerca a uno de los acontecimientos más oscuros de nuestra historia. Al salir, hay que fijarse en la insólita arquitectura, firmada por el estudio Kwadrat: el museo se ubica en la planta inferior porque representa el pasado; la plaza simboliza el presente, y el edificio que sobresale hacia el cielo se identifica con el futuro.
Fue en esta ciudad donde empezó, en 1939, la II Guerra Mundial
También se puede indagar en la historia reciente con una visita a Westerplatte, la península báltica donde se inició una de las guerras más mortíferas de Europa. Fue el 1 de septiembre de 1939 cuando Adolf Hitler mandó bombardearla, con la intención de anexar Gdansk al Tercer Reich. Un ataque que se dio a conocer en todo el mundo por la fuerte resistencia de los soldados polacos, para los cuales se ha alzado el imponente Monumento a los Defensores de Westerplatte, un gran bloque de piedra que representa una espada clavada en la tierra.
Tras esta visita se puede volver al centro en barco, que es una manera de darse cuenta de la importancia que tienen el puerto y los antiguos astilleros en la ciudad, lugar donde nació el sindicato Solidaridad.
Para conocer más sobre este importantísimo movimiento histórico, precursor de la caída del Muro de Berlín, se puede visitar el Centro Europeo de Solidarnosc, que es a la vez un museo, biblioteca y centro de investigación que repasa el surgimiento y el impacto del primer sindicato independiente del gobierno en el bloque del Este.
Además de ver las tablas donde se definen las 21 demandas escritas a mano por el movimiento Solidaridad en agosto de 1980, que forman parte de la Memoria del Mundo de la Unesco, también se descubren hechos tan curiosos como que el nombre “solidaridad” viene, en realidad, de un logo del artista Jerzy Janiszewski, que quiso representar una de las palabras que más se oían en los discursos de los astilleros.
Planes alrededor de Gdansk
Para aprovechar la visita a la ciudad báltica, es recomendable visitar el imponente castillo de Malbork, uno de los pocos en todo el mundo que nunca ha sido conquistado. Construido con cincuenta millones de ladrillos, es considerado el castillo gótico más monumental del mundo, y también el edificio de ladrillos más grande jamás construido por el hombre. Esta obra maestra de la arquitectura militar y civil se inició en el siglo XIII, y en el año 1309 se convirtió en la sede de los maestros de la Orden Teutónica.
Dentro se encuentran 23 exposiciones de arte, arquitectura e historia, entre ellas, colecciones de ámbar y escultura gótica, además de la opción de recorrer las salas coloristas principales. Aunque adentrarse en sus murallas es impresionante en cualquier momento del día, son recomendables las visitas nocturnas, que habitualmente solo se organizan en la época estival. Tienen el añadido de hacerse en grupos reducidos, en silencio y con unos acompañantes –entre ellos, guías vestidos de caballeros teutónicos– que consiguen convertir la noche en una experiencia difícil de olvidar.
En la artística calle Mariacka se encuentran talleres de joyería, con el ámbar como gran protagonista, y galerías de arte
Otros planes interesantes cerca de Gdansk son las tranquilas ciudades de Sopot y Gdynia, que permiten hacer una pausa con vistas al Báltico. En el caso de Sopot, se puede ver uno de los edificios más fotografiados de toda Polonia, la divertida casa torcida Krzywy Domek, inspirada en los cómics de Jan Marcin Szancer y Per Dahlberg. En esta ciudad balnearia, además, también está el muelle de madera más largo de Europa, conocido por el nombre de Molo, que nos invita a bajar las pulsaciones mientras observamos la bahía.
No importa cuándo se visita la ciudad, su casco antiguo siempre es bello y atractivo. Sus callejuelas que rodean la imponente Iglesia de Santa María cuya magnitud podrás admirar desde la Torre del Ayuntamiento (hoy Museo de la Ciudad). Pasear a lo largo de los muelles en las dos orillas del río Motlawa. Los grandes graneros hoy en día se han convertido en hoteles o espacios culturales y gastronómicos donde hacer una parada y degustar cerveza local.
El porqué Gdansk es Premio Princesa de Asturias se descubre en dos museos, el de la II Guerra Mundial, cerca del río Motlawa y el Centro Europeo de Solidaridad, en la zona de los famosos astilleros de Gdansk.