Hace unos días, la periodista Sara Carbonero sorprendía con una variedad de pixie que ocupó no pocos artículos en prensa. Y es que este corte de cabello corto (garçon) es tal vez uno de los más representativos también cuando llega el verano, pudiéndolo adaptar dada su versatilidad, a un look sofisticado parisino, en capas, levantado, curly, despeinado o estilo grunge.
Por otro lado, el blunt bob destaca por su aspecto despuntado, sin capas y con el cuello siempre descubierto, algo muy favorecedor si además lo acompañamos de accesorios y complementos como aros y pañuelos.
Este verano, el pixie y el blunt bob tienen todas las de ganar, dos de los cortes más de moda y además muy fresquitos, ideales para soportar la canícula estival sin tener que estar todo el día en la ducha. El pixie es un garçon que lo mismo nos queda estupendo con un tupé más pronunciado arriba o transformándolo en un boyish dejando los contornos más largos. En definitiva, uno de los estilos más copiados e icónicos de cuántos existen: “Además se adapta a todo tipo de caras, aunque mejor en mujeres de cuello largo y baja estatura, o de rostro redondo si se tiene volumen en la parte posterior. Para mantenerlo perfecto, habría que pasarse por la peluquería entre cuatro y seis semanas máximo. Lo mejor, peinarlo con una jalea corporizante en cabellos finos, y para cabellos más fuertes una leche (lait) de peinado, que fijamos luego con cera o laca” – comenta Paul Tudor, primer estilista del salón David Künzle Fuencarral (Gonzalo de Córdoba, 1. Glorieta de Quevedo).
“Es un corte muy práctico que nosotras realizamos mucho, lleva menos tiempo que otros y supone también menos coste económico su cuidado. Ideal para caras redondas, ovaladas y cuadradas, es perfecto además con todo tipo de tonos, muy fresco y sumamente moldeable, da igual como lo peines” – añade Roxana Gutu, directora de Lobelia Sagasta (Calle Sagasta, 12).
También es fácil de estilizar, basta con aplicar una crema sin secado en el cabello húmedo y listo, o tratarlo con otros productos tipo gel o mascarillas para conseguir efectos varios. Si quieres personalizarlo, las opciones son muchas, desde un pixie grunge, despeinado o curly que siempre dan un toque de rebeldía, a otras más formales como el parisino, el capeado o el levantado: “Puedes jugar con la longitud de tu flequillo y darle formas atrevidas y asimétricas que le añadan originalidad y un cierto aire cool a tu estilo. Eso sí, que no te corten demasiado porque tendrás un problema a la hora de manejarlo. También hay que ser consciente de la forma de nuestra cara. Si es redonda, volumen en la parte superior y algunos mechones delgados en la punta para reducir esa redondez. Si es cuadrada, pelo alrededor de la mandíbula que suavice esos ángulos. Si es alargada, un flequillo más largo que minimice esa longitud. Dejamos fuera las caras ovaladas, a las que cualquier pixie queda muy bien” – aconseja David Lesur, director de formación de los salones David Künzle.
Blunt bob, estilo libre sin reglas establecidas
Este corte es perfecto si queremos afilar una cara ovalada pero también para mujeres de rasgos más marcados y duros si lo dejas más largo: “Es muy femenino, ideal para cabellos finos y lisos porque les aporta volumen. En un rostro redondo, cuadrado o alargado, se ve igualmente bien ya sea en corto, largo, desfilado, degradado, con flequillo recto o largo y en diagonal, con o sin raya. Y resalta el cuello notablemente, junto con el shaggy bob, el pixie y las medias melenas con flequillo largo y capas que juegan al movimiento, es uno de los cortes que más veremos en los próximos tres meses” – destaca Roxana Gutu (Lobelia Sagasta).
Al igual que el pixie, tienen una clara influencia francesa, muy parecido al carré, corto y despuntado, fácil de llevar y peinar, sin capas y dejando el cuello al descubierto: “Es un corte que favorece todo tipo de rostros y cabellos, desde finos a gruesos, lisos, rizados… no deja de ser el carré de toda la vida dos centímetros por debajo de la mandíbula, sin capas pero con las puntas desfiladas, que quedan muy bien con navaja siempre que se pueda, pero no si se tiene un pelo rizado o fosco. Más que francés, es concretamente parisino, un look favorecedor, elegante y versátil además de cómodo, con la ventaja de que dependiendo de la ocasión, podemos transformarlo en algo muy distinto” – comenta David Lesur.