La que fuera casa de veraneo de Adolfo Suárez, el primer presidente de la democracia española, abre sus puertas al público convertida en un hotel boutique con cinco estrellas y mucho encanto
La Casa del Presidente, que aún conserva la estructura del edificio original construido en los 70 y el despacho de Suárez prácticamente intacto, es el único hotel con piscina dentro de la muralla
La imponente muralla de Ávila, declarada Patrimonio de la Humanidad, separa sus vastos jardines del exterior y es el único hotel del casco antiguo que dispone de piscina. Pero el encanto y la singularidad de este establecimiento que acaba de abrir sus puertas residen en su historia. La Casa del Presidente está ubicado en la que fuera residencia de verano del cebrereño Adolfo Suárez González desde los años 70 hasta los 90 y entre sus muros de piedra se respira el regusto al pasado, pudiéndose intuir en cada una de sus estancias los felices momentos familiares y los hitos históricos de los que sin duda fue testigo el inmueble.
El hotel se distribuye en tres plantas. La inferior es la que más fiel se ha mantenido a la estructura original de la casa (construida en los 70 para la familia Suárez sobre una edificación anterior) y en ella destacan las vigas y contraventanas de madera propias de los palacetes castellanos, el zaguán de piedra que da la bienvenida al huésped (que se ha conservado intacto), la cocina (hoy convertida en el comedor del hotel y decorada con azulejos de cerámica de Talavera y enseres de cobre) y la recepción. Esta se sitúa en lo que fuera el despacho del presidente, una habitación donde probablemente se fraguó la democracia de nuestro país, se sentaron las bases de la actual Constitución y se cree que Adolfo Suárez se reunió con Carrillo para negociar la legalización del Partido Comunista. Preside la estancia una gran librería de la época de Suárez con una pequeña puerta secreta diseñada para facilitar su huida en caso de emergencia.
También en esta planta se encuentran los salones sociales del hotel, con tres chimeneas, sofás tipo Chester y piezas muy especiales entre las que se incluyen obras de arte originales, muebles franceses de principios del XIX o un biombo oriental del año 1.600.
Formato Boutique
Los pisos superiores albergan las diez habitaciones (dos Delux, cinco Junior Suites y tres Suites) de este hotel concebido en formato boutique. Cada una ha sido bautizada con distintos conceptos que, para la propiedad, representan los valores sobre los que se sustentó la figura de este hombre, tan querido en nuestro país, y que permanecen en la casa, hoy convertida en un hogar para huéspedes: Vida, Amor, Alegría, Libertad, Paz, Coraje, Diálogo y Felicidad son algunos de ellos. Todas las estancias cuentan con bañera y ducha de aromaterapia, amenities de Chopard y cama king size y entre ellas sobresalen las habitaciones con terraza (con vistas al jardín y a la muralla), las del último piso (por ser abuhardilladas) y las suites (de más de 50 m²).
Entre las zonas comunes del hotel se encuentra un imponente jardín delimitado por la propia muralla de Ávila, salpicado de vegetación y coronado por un tranquilo porche y una piscina de verano que convierte a La Casa del Presiente en el único hotel situado dentro del conjunto histórico que tiene piscina exterior, además de ser el único cinco estrellas de la ciudad.
Esmero culinario
Este lugar excepcional fue concebido como un retiro del mundo, un hogar regentado por el cariño, la intimidad y el relax. Y esa filosofía permanece hoy en los detalles, en el esmerado servicio y en la propuesta culinaria. Destacan sus desayunos caseros a base de zumos naturales y café recién hecho, mermeladas artesanales, embutidos locales, quesos de la sierra de Gredos y el valle del Tiétar, yogures naturales de vacas abulenses y una gran variedad de panes artesanos de la Tahona del Sotillo, un obrador con más de 100 años de antigüedad donde se trabaja con masas madre en todas las elaboraciones, que se molturan, muchas de ellas, en molino de piedra.
El comedor, ubicado en la antigua cocina de la casa, ofrece también servicio de cenas a través de una carta sencilla, de platos ligeros enfocados a la materia prima, pero muy completa que incluye, por ejemplo, mejillones de las Rías Baixas calibre 7 acompañados con chips de verduras, tomate rosa con ventresca de bonito del Cantábrico, jamón ibérico de bellota de Guijuelo, foie de pato de Soria, sardinas marinadas de Santoña, corazones de alcachofas con quinoa y espinacas, tacos mejicanos de bacalao, guacamole y pimientos rojos, confit de pato y algunas concesiones al recetario local como las patatas revolconas con torreznos o el lomo de olla con pimientos de cristal.
Completa la propuesta culinaria una pequeña pero estudiada bodega con vinos de la zona (de Cebreros, El Tiemblo y El Barraco), referencias tanto clásicas como curiosas del país (entre las que sobresalen los monovarietales y coupages de Pinot Noir de la bodega vallisoletana Alta Pavina) y algunas etiquetas internacionales (de Francia, Alemania, Italia y California). El hotel dispone además de carta de bebidas 24 horas y de un pool bar para dar servicio al jardín.