Esta joya del Atlántico, situada en el extremo noroccidental de las Islas Canarias, reúne todos los ingredientes para convertirse en el rincón perfecto donde desconectar de los problemas, renovarse por completo, y sentirse de nuevo en sintonía con la naturaleza tras meses de confinamiento.
La Palma, Reserva de la Biosfera, ofrece experiencias en familia en las que volver a tomar contacto con el entorno natural y respirar el aire más puro. En ella la naturaleza se manifiesta con toda su intensidad a través de 706 kilómetros cuadrados de paisajes únicos, abruptos e imponentes. Un paraíso natural no masificado que podrás tener casi en solitario para ti.
Darse un baño de bosque
Desconectar de los problemas para volver a conectar con la naturaleza. La práctica de origen japonés del shinrin-yoku o baño de bosque, es ya una tendencia que traspasa fronteras pero que en realidad no es un “invento” reciente. El contacto con los espacios naturales mejora nuestra salud física y mental e incluso juega un papel destacado en la prevención de algunas enfermedades, segun diversas investigaciones.
La Palma tiene muchos lugares donde recuperar esa energía perdida. Pero uno de los más increíbles es el Bosque de Los Tilos, uno de los ecosistemas de laurisilva más importantes del archipiélago canario y primera Reserva de La Biosfera de la isla.
Estamos antes un ecosistema heredado de la época terciaria. Localizado en el municipio de San Andrés y Sauces, conserva un patrimonio natural de excepcional valor tanto por su flora como por su fauna. Además de relajarnos paseando entre laureles, barbuzanos, madroños, o extraordinarios helechos gigantes, podremos visitar también su Centro de Interpretación, un espacio que cuenta con una exposición permanente que explica los valores naturales del entorno.
Respirar el aire más puro de España desde alguno de sus miradores
La Palma es una de las islas con mayor desnivel del mundo, en donde podremos pasar del nivel del mar a a estar a 2.400 metros de altura en el Roque de los Muchachos, su punto más elevado.
Además de estos contrastes, que hacen que sus miradores sean mas especiales si cabe, hay otro factor que hace más completa esta experiencia: la calidad de su cielo. Un horizonte limpio y sin contaminación te permitirán incluso observar otras islas del archipiélago canario. En La Palma podrás descubrir el fenómeno conocido como mar de nubes, creado como consecuencia del encuentro entre los vientos alisios y las altas montañas. Cuando no rebasan la montaña para cambiar de vertiente, se acumulan, formando este curioso mar de nubes tan característico de la isla
Diversos puntos la geografía de La Palma te permiten admirar su belleza y su diversidad paisajística. Algunos de los miradores más destacados son: el mirador de la Cumbrecita, el mirador de San Bartolo o el mirador del Time. Incluso por la noche podemos encontrar varios miradores astronómicos para observar las estrellas.
Caminar alrededor del cráter de un volcán
Una de las experiencias más singulares que uno puede vivir en esta isla es caminar por su suelo volcánico, ya sea a pie o en bici a través de paisajes de lavas, cenizas, calderas y erupciones volcánicas. No son pocos los volcanes que abundan en la isla, pero si hay una zona que destaca por sus cráteres el Parque Natural de Cumbre Vieja. Allí podemos encontrar el Volcán de Teneguía, que vivió su última erupción no hace mucho; en 1971. Muy cerca de allí hoy en día podemos conocer mejor acerca de la vulcanología en el Centro de Visitantes del Volcán de San Antonio, en donde podremos conocer sus secretos y caminar bordeando su cráter.
Pero sin duda una de las experiencias mas completas para disfrutar de este fenónemo de la naturaleza (aunque no apta para todos los públicos) la encontraremos en la popular Ruta de los Volcanes, un espectacular trayecto de 20 km.
Recorrer una de las rutas de senderismo de la isla
Precisamente, si existe un destino en España que sea la cuna del senderismo, ese es la isla de La Palma. Su red de senderos (con más de 1.000km señalizados) recorre todo el territorio insular aprovechando los caminos tradicionales utilizados durante siglos por los habitantes de esta isla. En La Palma el senderista encontrará una enorme variedad de climas, relieves y paisajes, tanto naturales como culturales. Desde altas cumbres de 2.000 metros de altura, pasando por zonas de cultivos de medianías, bosques de pinares, paisajes volcánicos a frondosas masas de laurisilva. La Palma brinda a los amantes de la vida natural una magnífica red de senderos, aptos para diferentes niveles, que atraen a caminantes expertos y aficionados de todo el mundo.
Avistar ballenas y delfines
En La Palma el Atlántico tiene escondidas algunas sorpresas para los amantes de los fondos marinos y también de sus especies. Las erupciones volcánicas crearon en el interior de sus aguas un ecosistema de rocas, fascinantes arcos, torres, y cuevas. Sin duda un lugar increíble para la práctica del buceo.
Pero, para los que no se animen con esta práctica deportiva, existe la opción de descubrir estos secretos desde la superficie con una embarcación. Desde el Puerto de Tazacorte, en la costa occidental, podemos tomar un barco para disfrutar del avistamiento de diversas especies. Tendremos la oportunidad de avistar cetáceos, tortugas y diversas especies de peces (entre ellos los divertidos peces voladores), que hacen las delicias de quienes se aventuren a disfrutar de un día de mar.
Acampar en mitad de la naturaleza
Una de las mejores formas de relacionarse con el entorno natural es poder acampar en mitad de él. Para ello La Palma tiene uno de los mejores decorados para ello. Su naturaleza destaca por su diversidad. Desde pequeñas plantas cerca del mar, supervivientes al sol y a la sal, hasta graciosas y pequeñas flores con llamativos colores en la cumbre más alta, pasando por una vegetación “jurásica” y por imponentes pinos. Lo mismo con sus especies animales. Toda una enciclopedia al aire libre abierta al conocimiento.
En la isla de La Palma hay varias zonas de acampada, sin duda la mejor opción para descubrir y disfrutar al 100%. y poder dormir bajo las estrellas. Algunas de las mejores zonas de acampada son: la laguna de Barlovento, Parque Nacional de la Caldera de Taburiente y el Refugio del Pilar.
Visitar una finca platanera
La Palma sabe a plátano. Para conectar con la naturaleza también hay que hacer uso del paladar y disfrutar con las maravillas que nos ofrece. En esta isla el cultivo platanero va mucho mas allá de una cuestión gastronómica y se adentra en el ADN cultural de los propios palmeros.
En la isla recargaremos energía gracias a las vitaminas y propiedades de su fruta mas emblemática y podremos visitar algunas fincas plataneras donde descubriremos de primera mano sus técnicas de cultivo, usos y diferentes aplicaciones. En La Palma hay incluso un museo dedicado a esta fruta, y todo el paisaje de la isla esta teñido de verde platanero hasta en los rincones más insólitos.