La localidad francesa de Saintes Maries de la Mer se sitúa en un enclave privilegiado y sorprendente, en una isla formada por los dos brazos del Ródano en su desembocadura en el Mediterráneo.
Saintes Maries de la Mer, tierra de acogida, tradición y peregrinación, se construye entre el cielo y el mar, donde el Ródano abraza el Mediterráneo.
Saintes Maries de la Mer se sitúa en una isla formada por los dos brazos del Ródano en su desembocadura en el Mediterráneo
Un sitio legendario, en los albores de la cristiandad, al que Marie Jacobé, Marie Salome y su sirvienta Sara, cristianas perseguidas, que huían de Palestina en un barco sin timón, las acogieron. El pueblo ofrece al visitante la imagen de su iglesia protectora y promete una visita emocional bajo una luz siempre nueva.
A la sombra de su campanario románico, el visitante pasea por las calles empedradas, siguiendo los pasos de los peregrinos.
Esta zona, llamada La Camarga, es conocida por el Parque Natural del mismo nombre, un bello humedal donde se encuentra la mayor población de flamencos de Europa.
Curiosamente, además de estas aves, la región camarguesa puede presumir de una importante presencia de toros bravos y caballos blancos, los conocidos como caballos blancos del mar.
SaintesMaries de la Mer recibe su nombre, que significa Santas Marías de la Mar, por María Salomé y María Jacobé, que llegaron a la ciudad procedentes de Tierra Santa junto a la esclava Sara, huyendo de los ataques contra los cristianos. En el mismo barco viajaban, entre otras personas cercanas a Jesucristo, María Magdalena y Santa Marta, que posteriormente marcharon a evangelizar otros lugares de Francia.
Las reliquias de las Santas se conservan todavía, a pesar de las múltiples vicisitudes que han pasado, en la Iglesia Nôtre Dame de la Mer, un impresionante templo totalmente fortificado.
En la cripta donde se guardan los restos, se encuentra también una imagen negra: es la esclava Sara, conocida hoy en día como Santa Sara Kali, patrona de todos los gitanos.
Según una tradición camarguese, Santa Sara habría sido sirvienta de las Santas Maries: Marie Jacobé y Marie Salomé
Durante dos días, los gitanos de confesión católica, y llegados de toda Europa e incluso de otros continentes, van a SaintesMaries de la Mer para ofrecer un homenaje a su santa patrona: Santa Sara la negra (Sara la Kâlî). El pueblo de SaintesMaries de la Mer, capital de la Camargue (Provence Alpes Côted’Azur), y de solamente 2.683 habitantes, recibe cada año la llegada de más de 10.000 gitanos que participan en la procesión de su santa patrona en el mar. Es también una ocasión para el reencuentro y para bautizar a los niños.
La leyenda de Santa Sara la Kâlî
Es difícil rastrear la historia de Sara porque hay varias hipótesis sobre su vida. Según una tradición camarguese, habría sido sirvienta de las Santas Maries: Marie Jacobé y Marie Salomé, primero en Palestina y luego en las orillas del Rhône. En efecto, después de haber sido la esposa de un rey del Alto Egipto, este la habría repudiado y se habría convertido en sirvienta de las Santas Maries. En otra versión, Sara habría sido una pagana aristócrata convertida después a la religión cristiana.
Algunos señalan también que Santa Sara se parece a la diosa india Kâlî. Esta hipótesis tiene un vínculo con los orígenes de los gitanos. Las similitudes se encuentran en el color de la piel de las santas (santas negras), la práctica de la inmersión en el agua y la conservación de la estatua en una cripta y no en una iglesia.
Sea quien sea, la primera mención a Sara se encuentra en un texto de Vincent Philippon escrito alrededor de 1521: “la leyenda de las Santas Maries” (manuscrito conservado en la biblioteca de Arles). La describe haciendo una colecta a través la Camargue para cubrir las necesidades de la pequeña comunidad cristiana.
Instauración de la peregrinación
Marie Jacobé y Marie Salomé, madres de apóstoles, habrían sido víctimas de persecuciones en Palestina después la crucifixión de Jesús y después de la muerte de María. Fueron arrestadas, abandonadas sobre una barca sin velas ni remos con otras personas, siendo arrastradas hacia la costa provenzal en Notre Dame de Rastis (posteriormente Notre Dame de la Mer y más tarde SaintesMaries de la Mer, en 1838). Las santas trajeron la fe sobre las costas provenzales y fueron veneradas después de sus muertes. La peregrinación dataría de la época medieval, alrededor del siglo XV. El rey René ordenó excavaciones en 1448 para buscar los cuerpos de las santas, cuyos restos fueron encontrados sobre la actual cripta.
La estatua de Sara se encuentra en la cripta de la iglesia, a la derecha del altar
La peregrinación es muy antigua, pero la participación de los gitanos data solamente de hace un siglo. Al principio, la peregrinación fue solamente de tradición cristiana y católica, evocando el desembarco de los primeros cristianos sobre la costa de Camargue. A partir del 24 de mayo de 1935 el arzobispo Clément Roques autorizó a los gitanos a participar en la procesión del mar, llevar sus santas y las reliquias. Eso no habría sido posible sin la intervención del marqués Folco de Baroncelli-Jaron, que trabajó activamente para que la Iglesia reconociera el culto a Sara.
Desarrollo de la peregrinación
Estatua de Santa Sara
Durante los dos días que preceden a la peregrinación cada uno trae un cirio a la Santa Sara, iluminando así la cripta. La estatua de Sara se encuentra en la cripta de la iglesia, a la derecha del altar. El altar central soporta un relicario y en el muro se encuentra la cruz de la Procesión. En una caja se colocan ofrendas, como joyas o mensajes… Entre 40 y 50 abrigos cubren la estatua. Es también tradición dar un beso respetuoso en un pie o bajo del vestido de la estatua.
La jornada del 24 de mayo empieza con una misa en la iglesia Notre Dame de la Mer. Esa tarde, después de la ceremonia de la bajada de las reliquias desde la Capilla Alta, la estatua de Sara es transportada por los gitanos hacia el mar como símbolo de la esperanza y la acogida de las Santas Marie Jacobé y Marie Salomé por Sara.
La jornada del 25 de mayo empieza también con una misa en la iglesia. Después tiene lugar la procesión en el mar de las Santas Marie Jacobé y Marie Salomé. Las dos santas son llevadas por los gitanos y los demás fieles; las arlésiennes (mujer de Arles) en vestido tradicional, los gardians, con sus caballos blancos (de la Nación gardiano, asociación fundado en 1904 por Folco de Baroncelli-Jaron y que tiene por objetivo “mantener y glorificar las costumbres, los usos y las tradiciones del país de Arles, de la Camargue y de los países taurins”) y también por todos los peregrinos. Los portadores avanzan hacia el mar para simbolizar la llegada de las Santas Maries por mar. El obispo está en una barca tradicional de pescadores, de donde bendice la mar, el país, los peregrinos y los gitanos. Luego la procesión vuelve a la iglesia y la jornada se acaba con la ceremonia del ascenso de las reliquias en la Capilla Alta.