Red de Juderías de España: un viaje en el tiempo a través de la España judía.
Judíos, musulmanes y cristianos convivieron durante siglos y hasta 1492 en un buen número de localidades españolas, dando lugar a diferentes tradiciones y expresiones culturales y religiosas que entraron en contacto.
Te invitamos a conocer 22 ciudades que en el pasado acogieron a comunidades judías y cuyas huellas se extienden durante más de 1.000 años. Ven a recorrer los Caminos de Sefarad, el nombre que empleaban los judíos para referirse a España.
Te invitamos a conocer 22 ciudades que en el pasado acogieron a comunidades judías
Pasea por las estrechas callejuelas de antiguas juderías, adéntrate en alguna sinagoga o visita museos que quieren preservar todo este legado. En definitiva, traspórtate en el tiempo. Porque viajar a cualquiera de estas ciudades es toda una experiencia que combina historia, arte, tradiciones y una gastronomía muy singular.
Ven a descubrir nuestra herencia sefardí y averigua cómo florecieron la artesanía, el comercio, la ciencia o la poesía.
Ávila (Castilla y León). En esta ciudad castellana podrás recorrer las calles de trazado irregular de la que fuera su antigua judería siempre acompañado por el encanto de las casas bajas. Varios archivos han permitido identificar dónde estaban sus sinagogas, la casa del rabino, el cementerio, sus comercios o sus tenerías (talleres donde se curten pieles). En el jardín de Moshes de León se rinde homenaje al universal autor del Sefer ha-Zohar que desentrañó los misterios de la cábala.
Barcelona (Cataluña). Merece la pena pasear por su barrio Gótico, donde se situaría la antigua judería, formada por una red de callejuelas y donde aún se conserva parte de la antigua sinagoga. En esta zona también encontrarás el centro de interpretación del Call (gestionado por el Museo de Historia de Barcelona), que conserva objetos de los siglos XIII y XIV y organiza rutas guiadas, catas de cocina catalano-judía, conferencias… ¿Sabías que Montjuïc significa “monte de los judíos” y que fue usado como cementerio judío?
Béjar (Salamanca, Castilla y León). Su antiguo barrio judío contó con sinagoga, escuela, baños, carnicería, horno, hospital y cementerio. Aquí vivió el importante médico Judah Ben Musa y actualmente podrás visitar el Museo Judío para informarte sobre todo este legado. Otra curiosidad: ¿sabías que judíos con los apellidos Béjar o Bejarano marcharon al exilio en 1492 y se dispersaron por los cinco continentes?
Cáceres (Extremadura). Caminar por su judería vieja supone ver casas encaladas adosadas a la muralla adornadas con flores y con chimeneas de piedra, multitud de rincones con encanto o el jardín del Olivar de la Judería. En Cáceres surgió además la judería nueva con la calle de la Cruz como eje principal y cuya sinagoga se situaba donde hoy está el Palacio de la Isla.
Calahorra (La Rioja). Su barrio judío se situaba en la antigua acrópolis de la Calagurris romana, tenía un recinto amurallado propio y lo curioso es que sus casas originales siguen estando habitadas. No hay que perderse sus miradores y es interesante fijarse en los nombres de sus calles que recuerdan la actividad de los artesanos. Además, la Catedral de Calahorra conserva dos fragmentos de una Torá sinagogal descubierta en 1929.
Barcelona. Merece la pena pasear por su barrio Gótico, donde se situaría la antigua judería, y donde aún se conserva parte de la antigua sinagoga
Córdoba (Andalucía). El racimo de preciosas calles que diseñan la judería te envolverá con su peculiar embrujo andaluz. Visitar la bella sinagoga -de las pocas que se conservan en España-, los frescos patios interiores, la estatua de Maimónides o la Puerta de Calahorra supone una experiencia inolvidable. Interesantes son también los eventos relacionados con esta cultura como el “Otoño sefardí” o el “Festival Internacional de Música Sefardí”.
Estella-Lizarra (Navarra). Aunque su primera judería estuvo en el barrio de Elgacena, esta quedó abandonada hace siglos y parece que su antigua sinagoga estuvo en la que hoy es la Iglesia Santa María Jus del Castillo. Con el paso de los años, la presencia judía se fue haciendo más importante y se creó la judería nueva junto a los muros del Castillo de Belmecher. ¿Sabías que la judería de Estella-Lizarra fue la tercera más importante del Reino de Navarra? Hoy merece la pena pasear por la animada “Rúa de las Tiendas” e imaginar la actividad de los antiguos comerciantes.
Hervás (Cáceres, Extremadura). Rústica y originalísima, te encantarán sus tiendas de artesanía y sus casas de arquitectura tradicional con entramado de adobe y castaño que se conservan desde hace siglos y se extienden hasta el río Ambroz. Sus calles llevan nombres como los del Rabilero o la Sinagoga y en julio se celebra la Fiesta de los Conversos, un momento perfecto para ver a los vecinos vestidos de época o para probar la gastronomía sefardí.
Jaén (Andalucía). Es donde se localizan los primeros judíos españoles cuyo legado de 12 siglos sigue presente. El espacio de la judería se localizaría entre las actuales calles de San Andrés, Huérfanos, Los Caños-Arroyo de San Pedro y Martínez Molina. Parece que adosada al convento de Santa Clara hubo una sinagoga y que la propia Iglesia de San Andrés pudo ser sinagoga antes que templo cristiano. Una de sus figuras clave fue HasdayibnShaprut, impulsor de la poesía hispano-hebrea y consejero de los califas de Córdoba.
León (Castilla y León). Zapaterías, Platerías, Azabachería… Los nombres de las calles de León te recordarán los oficios de los antiguos habitantes judíos. De este pasado sefardí también se conservan huellas en pasajes, bodegas o patios como el del Palacio de Jabalquinto. En su judería nació Mosé de León, la figura más relevante del pensamiento judío leonés y autor del “Libro del Zohar”, que se considera la principal obra cabalística. También puedes visitar el Centro de Interpretación de las Tres Culturas.
Lorca (Región de Murcia). Las excavaciones arqueológicas en el Castillo de Lorca han sacado a la luz el pasado judío de esta ciudad desvelando que existió una judería en la mitad oriental del castillo. Se han descubierto varias casas de cuyo interior se han recuperado diferentes materiales que se conservan en el Museo Arqueológico Municipal. Si lo visitas, podrás ver por ejemplo unos candiles de la liturgia doméstica hebrea, las janukkias, y más de 2.000 fragmentos de vidrio pertenecientes a unas 50 lámparas que se encontraron en el interior de la sinagoga.
Lucena (Córdoba, Andalucía). La sala judía del Museo Arqueológico y Etnológico del Castillo del Moral, la Iglesia de San Mateo, el Palacio de los Condes de Santa Ana, el barrio de Santiago o la necrópolis son algunos de los lugares que se pueden conocer si vas en busca del pasado judío de esta ciudad conocida como la “Perla de Sefarad”. Muchos poetas y sabios como Maimónides vivieron aquí en la Edad Media. De hecho, Lucena acogió la Academia de Estudios Talmúdicos, punto de reunión de intelectuales del momento.
Monforte de Lemos (Lugo, Galicia). En esta ciudad no existió un barrio exclusivamente hebreo, sino que los judíos compartieron espacios con familias cristianas. Basta caminar por sus calles y plazas y fijarse en sus nombres para ver las huellas de los antiguos oficios de artesanos y comerciantes. Se sabe que hubo una sinagoga y todavía hoy es posible toparse con estrellas de David talladas en la piedra (por ejemplo, en la Torre del Homenaje) o con las casas de los Gaibor, la más relevante de las familias de judíos y conversos de Monforte.
Oviedo (Principado de Asturias). La capital de Asturias fue un significativo enclave judío durante el medievo. Contó con una importante sinagoga que se ubicaba en el interior del bello casco viejo, intramuros de la ciudad por la que los judíos se movían con libertad. En la plaza Porlier existe un plano informativo de los asentamientos judíos, que tenían uno de sus límites en la plaza Juan XXIII. Además, se cree que el antiguo cementerio judío debía ubicarse donde hoy se encuentra el Teatro Campoamor.
Oviedo. La capital de Asturias fue un significativo enclave judío durante el medievo
Plasencia (Cáceres, Extremadura). Su judería de “La Mota” se situaba donde hoy están el Palacio del Marqués de Mirabal y el Convento de San Vicente Ferrer. Se sabe que en el siglo XV la aljama placentina rondaba las 200 familias y que contaban con una gran sinagoga. En el Berrocal se ubicaba el antiguo cementerio, uno de los pocos españoles que se ha conservado tal y como era su origen. Hoy todavía se pueden ver los restos de más de 200 tumbas excavadas en la roca.
Ribadavia (Ourense, Galicia). Su judería se formó en torno a los siglos XII y XIII y sus habitantes destacaron en la administración de bienes, en oficios artesanales y como mercaderes de vino. Imprescindible visitar su Museo Sefardí, que recoge documentos y restos arqueológicos de todas las comunidades judías gallegas. Además de pasear por sus calles, conviene que pruebes su repostería tradicional sefardí y, a poder ser, que acudas a finales de agosto a su Festa da Istoria, que en plena judería desarrolla una de las fiestas medievales más auténticas de toda Galicia.
Sagunto (Valencia, Comunidad Valenciana). El trazado urbano de su antigua judería se conserva prácticamente igual que el que le dieron los sefardíes que habitaron en Sagunto desde el siglo I. El punto de partida para un paseo puede ser el “Portalet de la Judería” para después continuar por calles como Antigons, Ramos, Segovia o Sangre Vieja -donde estuvo la sinagoga-. Los restos judíos se conservan por ejemplo en la Casa dels Berenguer -con piezas relacionadas con el baño ritual judío o mikve- o en su cementerio judío visitable. Pregunta por los recorridos guiados que se organizan tanto de día como de noche.
Segovia (Castilla y León). Esta ciudad cuenta con una valiosa judería rehabilitada cuya visita puede comenzar en el Centro Didáctico de la Judería -ubicado en la antigua casa de Abraham Seneor- para seguir por la antigua sinagoga mayor -hoy iglesia del Corpus Christi- y la Puerta de San Andrés, un mirador excepcional para contemplar el cementerio judío y sus tumbas antropomórficas.
Tarazona (Zaragoza, Aragón). Conocer la belleza medieval de esta ciudad siempre es un buen plan. Su judería está formada por dos núcleos diferentes. Por un lado, está lo que fue la judería vieja que se puede recorrer comenzando por la calle Judería. A continuación, merece la pena ver las Casas Colgadas en las que residían familias de la nobleza o pasar por la rúa Alta donde se piensa que estuvo la sinagoga. Otra curiosidad: en la plaza de los Arcedianos se asentaban durante una semana las tiendas para la celebración del sukkot o de las cabañas, rememorando el deambular del pueblo judío. Por otro lado, estaría la judería nueva, donde, por ejemplo, se conserva la casona de los Santafé, que eran grandes mercaderes judíos.
Todo este legado forma parte además de la ruta europea del patrimonio judío certificada como “Itinerario cultural del Consejo de Europa”
Toledo (Castilla – La Mancha). Los toledanos fueron los judíos más importantes de España. Hoy, todo el laberinto urbano de la judería toledana hace honor al prestigio que convirtió a Toledo en centro imprescindible del judaísmo de Occidente. Te recomendamos visitar sus dos emblemáticas sinagogas. Por un lado, la del Tránsito, actualmente Museo Sefardí y donde podrás investigar un poco más sobre la historia de los judíos en España. Por otro lado, la Sinagoga de Santa María la Blanca, la más antigua e inspirada en el arte almohade. Además de las sinagogas, también existe la Casa del Judío, un vivienda que conserva las estancias tradicionales.
Tudela (Navarra). Cuna del prestigioso viajero Benjamín de Tudela, el barrio judío tudelano fue centro destacado en la Navarra medieval y contó con al menos tres sinagogas en la judería vieja y con dos en la nueva. Verás que conserva su disposición y el incuestionable estilo hebreo de calles estrechas además de casas de adobe y ladrillo con decoración mudéjar. Aquí nació el sabio judío Abenezrá, creador de la grafía del número cero.
Tui (Pontevedra, Galicia). ¿Quieres saber cuáles son algunos de los elementos más destacados del patrimonio judío de esta ciudad? Anímate a hacer su Ruta Judía para descubrir los sambenitos (carteles que colocaban a los judíos para malograr su reputación) que encontrarás en el Museo Diocesano, la Casa de Salomón con todas sus estancias adaptadas a la vida sefardí, la Casa dos Capellanes (cuyas ménsulas representan a Moisés y Aarón) o la menorá -candelabro de siete brazos- que se conserva en el claustro gótico de la Catedral.
Todo este legado forma parte además de la ruta europea del patrimonio judío certificada como “Itinerario cultural del Consejo de Europa”.