La isla tropical de Mauricio se perfila como un destino apasionante para las parejas que quieran dar rienda suelta a su amor en San Valentín, ya que alberga un sinfín de encantos que harán que el viaje sea inolvidable. Playas espectaculares, naturaleza exuberante, gastronomía exquisita y la hospitalidad de sus gentes son solo algunas de las principales características que diferencian a este lugar exótico y original.
Además de estos atractivos, la cadena hotelera mauriciana Beachcomber Resorts & Hotels, que cuenta con ocho complejos de cuatro y cinco estrellas en el país, ofrece un amplio abanico de actividades para dos que pueden variar en función del establecimiento.
Aquellos que quieran disfrutar de unos momentos de sol, mar y tranquilidad, pueden hacerlo en las largas y paradisiacas playas con acceso directo desde los hoteles. En ellas, además, es posible practicar numerosos deportes acuáticos, tanto para profesionales como para amateurs, como buceo -de la mano de Diving World, que dispone de escuelas propias en cinco de sus hoteles-, paddle surf, kitesurf, patines de pedales, vela, kayak, etc.
Después de ponerse físicamente a prueba, qué mejor que relajar cuerpo y mente en alguno de los centros de spa de los resorts, en los que es posible contratar tratamientos de belleza, masajes y terapias corporales, así como baños de calor seco y húmedo, yoga en el área de meditación o coaching energético, entre otros. Todo un “arte del bienestar” que no dejará indiferente a nadie.
Los más foodies tienen una cita en los restaurantes más destacados de sus hoteles. En el lujoso Royal Palm Beachcomber Luxury, podrán degustar la mejor cocina mauriciana en La Goélette, La Brezza y Le Bar Plage, mientras admiran unas vistas increíbles de la playa. En Dinarobin Beachcomber Golf Resort & Spa destaca el panasiático Umami, donde paladear los mejores sabores inspirados en Asia. Y, entre muchos otros, el restaurante hindú de Trou aux Biches Beachcomber propone una cena diferente vestidos con los trajes típicos hindúes. Todos ellos dispondrán de áreas especiales de lo más románticas durante el fin de semana de San Valentín.
Más allá de las propuestas de la cadena, Mauricio ofrece una grandísima variedad de excursiones y actividades para todos los gustos, que se pueden contratar directamente en la recepción de los complejos. Los más atrevidos pueden sobrevolar en helicóptero la montaña de Le Morne y la cascada submarina que se encuentra junto a la misma, surgida de la ilusión óptica que crean las corrientes de agua; nadar en mar abierto con delfines en libertad o navegar en un speedboat por la laguna oriental.
Los viajeros no pueden dejar de visitar algunos lugares como la ciudad de Port Louis, con su curioso mercado y casas coloniales; el Jardín Botánico de Pamplemousses, con centenares de especies de árboles y plantas; el lago Grand Bassin, sagrado para los hindúes y enmarcado dentro del Parque Nacional Black River Gorges; la “Tierra de los siete colores de Chamarel”, con dunas coloreadas y cascadas altísimas; y, entre otros, la Reserva de Bosque de Ébano, que en el punto más alto ofrece unas increíbles vistas de la bahía.
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