Marruecos es un país totalmente orientado al futuro que ha sabido conservar sus costumbres y hacer prosperar su legado cultural, valorizándolos como motores de desarrollo. De este modo, como visitante, se podrá disfrutar de todas las ventajas y placeres de la modernidad. El país del norte de África posee una avanzada red de infraestructuras de transporte, una extensa red ferroviaria, portuaria, aeroportuaria y de carreteras. Pero eso no es todo. El país, creador de una carta de turismo responsable y miembro de la COP22, se sitúa a la cabeza en la preservación de nuestro planeta. Todos los avances del país en los últimos 10 años, además de los atractivos innatos de un destino de contrastes han promovido que en los primeros ocho meses del año más de 9 millones de turistas lo hayan visitado y disfrutado.
Aunque fiel a sus tradiciones, Marruecos ofrece todas las ventajas de una sociedad moderna. Es un país totalmente orientado al futuro que ha sabido conservar sus costumbres y hacer prosperar su legado cultural, valorizándolos como motores de desarrollo. Según Mohamed Sofi, Director de la Oficina de Turismo de Marruecos “la ciudad de Marrakech es un ejemplo de ello. El barrio de la Medina y sus zocos conservan ese incomparable encanto de antaño, mientras que los barrios de Guéliz y del Hivernage le ofrecen las instalaciones e infraestructuras más modernas”.
Los grandes pasos de Marruecos: la base de un turismo sólido “En tan solo 10 años Marruecos se ha abierto al mundo por lo que a la economía se refiere. Se ha fomentado la inversión y el potencial de desarrollo, aspectos que han permitido un crecimiento importante superando la dependencia del sector primario”. Asegura Mohamed Sofi.
A finales de los años 90 Marruecos solo contaba con 95 pantanos. Hoy saca provecho de 270. La Central Solar Noor, la estrella de las nuevas infraestructuras es una de las mayores del mundo, inaugurada en 2016 a las puertas del desierto. En noviembre de 2018 fue inaugurada en Marruecos la línea de tren de alta velocidad más rápida de África por el rey Mohamed VI y el presidente de Francia, Emmanuel Macron. La línea ferroviaria se extiende a lo largo de 350 kilómetros y permite viajar entre las dos metrópolis económicas del país (Tánger y Casablanca) en dos horas. Según Mohamed Sofi “el país ha llevado a cabo un notable esfuerzo de inversión en capital físico y despliegue de una moderna red de infraestructuras de transporte”.
Como resultado Marruecos dispone de una extensa red ferroviaria (2.110 kilómetros de vías, 28,2 millones de toneladas de mercancías y 39,5 millones de pasajeros al año), portuaria (34 puertos y 5,2 millones de pasajeros al año), aeroportuaria (18 aeropuertos, 15 de ellos internacionales, 20,3 viajeros anuales) y de carreteras (incluidos 2.863 kilómetros de autovías y autopistas).
El turismo, en cifras
Un total 9.266.000 turistas han disfrutado de Marruecos en los primeros 8 meses del año. Según Mohamed Sofi “este dato significa un 6,4% más que en el mismo período del pasado 2018, contabilizándose un 8,7% más de turistas extranjeros y un 4% más de marroquíes que viven en el extranjero”.
Los datos, publicados en el Observatorio de Turismo, concretan que los principales mercados experimentaron aumentos durante este período. En el caso de España el incremento fue de un 6%.
Déjate sorprender por Marruecos. Bosques, aventura y turismo verde
Al pensar en Marruecos siempre viene a la cabeza la playa, la cultura y las montañas, pero se olvida que el país africano es un espacio recubierto de bosques. “Si tienes alma de explorador, en ellos podrás explayarte”. Los parques nacionales del país albergan muchos bosques llenos de encanto. Aventurarse en las profundidades verdes y boscosas y descubrir el Cedro Gourand y el bosque de cedros de Azrou es una auténtica experiencia.
“En estos bosques, se contribuye a un turismo responsable donde se podrá disfrutar de los placeres de la naturaleza. Hay muchas rutas bien señalizadas y acondicionadas. Durante uno o varios días se pueden recorrer los bosques admirar fauna y flora de Marruecos”, añade Sofí.