Todo tiempo pasado… fuimos más jóvenes
Quizá bajo esa premisa tan cierta como filosófoca transcurrió el homenaje, por partida doble, que el Instituto Cervantes ha organizado a Les Luthiers, el célebre grupo que, con un inimitable dominio del español y sus insólitos instrumentos fabricados por ellos mismos, llevan 52 años haciendo reír con sus espectáculos. Los músicos y humoristas argentinos depositaron en la Caja de las Letras un copioso legado, resumen de su larga trayectoria, y protagonizaron un hilarante coloquio con Joan Manuel Serrat, Álex Grijelmo, Daniel Samper y Tricicle, que abrieron Luis García Montero y la vicepresidenta del Gobierno en funciones, Carmen Calvo. Al acto asistieron, entre otros invitados, los cantantes Miguel Ríos, Ana Belén y Víctor Manuel.
Les Luthiers depositaron su copioso legado en la caja de seguridad número 1224 de la antigua cámara acorazada de la sede del Cervantes, debajo de la del músico Manuel de Falla. Se abrirá el 4 de septiembre del año 2042.
Carlos López Puccio, Jorge Maronna, Horacio Tato Turano, Roberto Antier, Martín O'Connor y Tomás Mayer-Wolf fueron los invitados de excepción a este doble acto que celebró el humor inteligente y el talento musical. Los dos primeros, los más veteranos del grupo (faltó el también histórico Marcos Mundstock por motivos de salud) explicaron con detalle el amplio y variado contenido del legado, que, dado su volumen, se guardó en una caja de grandes dimensiones, la de mayor tamaño empleada hasta hoy, como se suele decir “genio y figura” …
Allí quedaron guardados una decena de libros, dos discos de vinilo (los antiguos LP), textos originales (como Cantata para un rey enamorado) con tachaduras e incorrecciones, o la colección completa con una quincena de DVD con todos sus espectáculos grabados.
También depositaron tres cuadernos de partituras, cartas, fotografías, recortes de prensa (como una «gacetilla profética» sobre la constitución del grupo primigenio), una estatuilla dorada (al estilo Oscar de Hollywood) del Premio Mastropiero, un programa de mano de su primer espectáculo allá por 1967…
Entre los libros, su biografía oficial («que no se parece en nada a la real», bromeó López Puccio), el volumen de fotos de durante lustros les hizo Gerardo Jorovich («era nuestro Velázquez y nosotros éramos algo así como sus meninos») o La vida privada de Les Luthiers, de Daniel Samper y Jorge Maronna.
En definitiva, un prolijo recorrido por medio siglo de aclamada trayectoria vital y profesional del grupo. Para el director del Cervantes, su trabajo es «un ejemplo claro de la sutileza del idioma español». Luis García Montero celebró la inteligencia de sus composiciones y dijo que esta peculiar donación «enriquece la Caja de las Letras».
Y de la caja fuerte al salón de actos…
Abarrotado para la ocasión…
A continuación se celebró en el salón de actos la segunda parte del homenaje, que abrió con un saludo Luis García Montero y continuó la vicepresidenta del Gobierno en funciones, Carmen Calvo.
Daniel Samper presentó y moderó el debate posterior, que los aplausos del público interrumpieron repetidas veces. Biógrafo de Les Luthiers, el escritor colombiano destacó la agudeza e inteligencia de sus letras, las pícaras metáforas, aliteraciones y onomatopeyas que habrían encandilado al mismísimo Quevedo, y el «egregio manejo del lenguaje» que merecerían, apostilló, «un sofá en la Real Academia».
El periodista Álex Grijelmo, autor de 11 libros relacionados con el lenguaje, dijo que «el humor con las palabras es el humor más inteligente» y destacó el juego de palabras con significados ambivalentes que trufan los espectáculos del grupo argentino.
Rosa León, compositora, cantante, musicóloga y directora del Gabinete de dirección del Instituto Cervantes, se declaró ferviente admiradora de estos «grandes músicos virtuosos», de quienes destacó sus numerosos textos en torno al ficticio personaje Johann Sebastian Mastropiero, así como El sendero de Warren Sánchez o la canción Perdónala.
Joan Manuel Serrat declaró sentirse muy feliz por compartir el homenaje con grandes amigos y «contento porque no tengo que cantar». Recordó también la colaboración mantenida con Les Luthiers y el cariño personal que siente por ellos.
Los tres integrantes de Tricicle, que sobre los escenarios siempre se mantienen mudos, sí hablaron en esta ocasión para recordar un fragmento del espectáculo (proyectado en vídeo) que compartieron con los argentinos en el Fórum de Barcelona en el que interpretaban a los supuestos tres hijos de Mastropiero. La buena relación se mantendrá, confiaron, cuando el trío catalán se retire a finales de año del mundo de las tablas.