En el Museo del Prado hasta el 29 de septiembre
En el marco de la celebración de su Bicentenario, el Museo del Prado presenta “Velázquez, Rembrandt, Vermeer. Miradas afines”, un ambicioso proyecto que, con el patrocinio de la Fundación AXA y la colaboración especial del Rijksmuseum de Ámsterdam, se dedica a la pintura holandesa y española de finales del siglo XVI y del siglo XVII.
La exposición, compuesta por 72 obras procedentes del Prado, el Rijksmuseum y 15 prestadores más - el museo Mauritshuis de La Haya, la National Gallery de Londres o el Metropolitan de Nueva York, entre otros-, propone una reflexión sobre las tradiciones pictóricas de España y los Países Bajos. Si bien la historiografía artística ha considerado a estas tradiciones como esencialmente divergentes, la exposición confronta los mitos históricos y las realidades artísticas de ambos ámbitos para reflexionar sobre los numerosos rasgos que las unen.
Comisariada por Alejandro Vergara, Jefe de Conservación de Pintura Flamenca y Escuelas del Norte del Museo del Prado, esta exposición se podrá visitar en las salas A y B del edificio Jerónimos hasta el próximo 29 de septiembre.
“Ni Velázquez, ni Vermeer, ni otros pintores de la época expresaron en su arte la esencia de sus naciones, como se ha afirmado frecuentemente, sino unos ideales estéticos que compartían con una comunidad supranacional de artistas.” Alejandro Vergara, comisario de la exposición.
Los pintores reunidos en esta exposición trabajaron en un contexto histórico y político poco conocido para muchos españoles, pero mítico en Holanda. En 1568 se iniciaron una serie de revueltas en los antiguos Países Bajos contra el rey de España, Felipe II. Las rebeliones, lideradas por la nobleza local y encabezadas por Guillermo de Orange, dieron origen a la Guerra de los Ochenta Años (1568-1648). De ella surgieron dos territorios, precedentes de los actuales reinos de Bélgica y de los Países Bajos. El segundo, que solemos denominar Holanda, es el que nos ocupa en esta exposición.
Algunos cuadros pintados allí y en España en el siglo XVII trataron el conflicto, generalmente con intención propagandística. Entre ellos se encuentran La rendición de Breda, de Velázquez (h. 1634, Museo del Prado), y La ronda de noche, de Rembrandt (1642, Rijksmuseum). Las obras que se exponen en esta sala pertenecen a esa categoría.
El nacimiento del nuevo país llevó a muchos historiadores a insistir en su excepcionalidad, y a afirmar que esta se manifestaba en su pintura. Sin negar sus peculiaridades, la pintura holandesa comparte rasgos fundamentales con la realizada en los territorios de la Monarquía de la que se independizó.