El número de servicios adheridos a la Ruta del Vino Ribera del Duero ha crecido un 67,7% en los últimos cuatro años, logrando que en la actualidad, sean más de 200 los adscritos a este club de producto. En concreto, en el territorio de este itinerario enoturístico se ofrecen, a día de hoy, 203 servicios para turistas, contando entre ellos bodegas visitables, alojamientos, restaurantes, enotecas… etcétera.
En los últimos ocho meses se han incorporado 15 nuevas propuestas –seis bodegas, cinco alojamientos turísticos y cuatro establecimientos de restauración- y hay lista de espera para finales de 2019, lo cual es un claro indicador de crecimiento.
También sigue esta tendencia alcista la cifra de entidades locales que se han integrado en la Ruta del Vino Ribera del Duero. En los últimos cuatro años, la cifra de pueblos ha crecido hasta los 92 al registrarse 11 nuevas adhesiones, un 13,6% más.
Fuentenebro, Villalba de Duero y Nava de Roa son los tres últimos municipios integrados a esta propuesta enoturística, permitiendo con ello la incorporación de nuevas empresas y colectivos asentados en su término municipal.
Estos datos ponen de manifiesto la capacidad de dinamización económica que lleva consigo la Ruta del Vino Ribera del Duero. Entre los 15 servicios adheridos en los últimos meses, seis son de nueva creación y su implantación contribuye no solo a generar riqueza y puestos de trabajo en el entorno rural, sino también a fijar población en el mismo.
Es destacable también la creciente apuesta por el enoturismo, que continúa afianzándose en la zona. Son mayoría las bodegas de nueva incorporación a la Ruta del Vino Ribera del Duero que, no disponiendo de ella en un principio, han decidido incluir esta propuesta de ocio entre sus servicios, agregándola a su modelo de negocio.