Situada a los pies del impresionante monte Carmelo se asienta Haifa, la localidad del norte de Israel, núcleo próspero de culturas, historia y con algunos de los paisajes más bellos del país.
Haifa se ha reinventado en los últimos tiempos hasta convertirse en la cuna del multiculturalismo, meca de las start up y sede de alguna de las mejores universidades del país. A tan solo una hora en coche desde Tel Aviv, la ciudad es una excelente oportunidad para el viajero que busca salir de las rutas más visitadas y disfrutar de una experiencia israelí auténtica y diferente.
El principal atractivo de la localidad de Haifa es el parque Carmelo, que constituye la reserva más grande del país. Se trata de un bosque natural, situado en la zona premontañosa. Este lugar es abundante en plantas, flores y árboles, además de ser un hábitat para miles de animales. Cerca, destaca el monte Carmelo y parte de este impresionante complejo son sus famosos jardines Bahaí, únicos en el mundo y declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde el año 2008.
A los pies de los jardines Bahaí se encuentra el barrio de la colonia alemana, una de las zonas más sofisticadas de la ciudad. En esta área se puede disfrutar de tiendas, galerías y de los mejores restaurantes ubicados en edificios del siglo XIX. El barrio de la colonia alemana es el gran lugar de ocio y donde se puede conocer la cara más festiva de la ciudad.
Situado en lo alto de Haifa, por su parte, se cree que el Monasterio de Stella Maris es uno de los más antiguos del mundo (se remonta a 1291 dC). Su historia es larga y compleja (la Biblia nos dice que el profeta Elías luchó contra los profetas de Baal en el Monte Carmelo), mientras que las asombrosas vistas de la bahía son simplemente impresionantes. Se puede llegar al Monasterio en teleférico desde el paseo marítimo de Bat Galim.
Otro de los tesoros ubicados a los pies del monte Carmelo es la Cueva de Elijah, cuya capilla incluye la cueva donde se cree que vivió el profeta Elías (siglo IX a. C.). Se piensa que el profeta llevó a cabo muchas de sus enseñanzas aquí y muchos de los eventos importantes de su vida ocurrieron en este lugar. Esta cueva tiene un gran significado religioso para judíos, cristianos, musulmanes y drusos.
Los amantes de la cultura tienen una visita obligada en el museo Tikotin, el único espacio museístico japonés de Oriente Medio. En sus exposiciones alberga la colección de artefactos nipones del fundador del museo, el arquitecto Felix Tikotin, un superviviente del Holocausto que escondió valiosa compilación de objetos durante la guerra y que, una vez finalizado el conflicto, manifestó su voluntad de donarla a Israel. Así nació en 1959 el museo Tikotin en la ciudad de Haifa, uno de los tesoros culturales más apreciados de la urbe. Otro museo interesante es el Museo de Arte de Haifa, que destaca por su propuesta en la que todo el recinto se transforma en una sola exposición creando una historia completa.
Otro de los enclaves más pintorescos de Haifa es el barrio de Hadar, que se extiende desde el Carmelo hasta el centro de la ciudad. Cerca se encuentra Wadi Nisanas, el distrito árabe cristiano donde se pueden degustar muchos platos típicos de la gastronomía israelí, con el falafel a la cabeza. Y para los amantes de las compras, donde se encontrarán más cómodos será en las calles comerciales Ben Gurion Avenue y Moriah Avenue.
Algo que no pasa desapercibido en Haifa son sus playas y los tan comúnmente conocidos como mejores arenales de Israel. Para los que adoran las olas, la costa de los alrededores de la ciudad es un destino espectacular para ellos. Dos de las más bellas extensiones de costas son las que se componen desde la playa Betzet hasta la playa Achzivdonde se encuentran aforamientos rocosos, pequeñas cuevas y piscinas naturales de agua de mar. Es muy recomendable el senderismo en este tramo.
Para poder recorrer esta ciudad que se extiende desde el mar y hasta la montaña, Haifa cuenta con el Carmelit, el único metro de todo Israel. Con una distancia de 1,8 kilómetros y un trayecto que se completa en sólo ocho minutos, es el metro más corto del mundo. El Carmelit facilita los desplazamientos de los turistas y residentes por esta asombrosa urbe que se caracteriza por sus pronunciadas cuestas. Debido a estas pendientes tan inclinadas, sus andenes son muy característicos, ya que están construidos con escalones para facilitar la movilidad de los pasajeros.