Hendaya es uno de los destinos por descubrir. Lugar de acogida de célebres escritores como Miguel de Unamuno, Pio Baroja o Pierre Loti, la reciente renovación del emblemático Boulevard de la Mer (con 3,5 millones de inversión), redescubre esta localidad pesquera que esconde joyas tan desconocidas como la ruta arquitectónica neovasca, con más de 70 villas catalogadas o, el célebre castillo del explorador y científico Antoine d'Abbadie, que este año cumple 140 años de su construcción.
Al cruzar la frontera con Francia, a tan solo 21 kilómetros de San Sebastián, Hendaya abre las puertas de un destino poco conocido. Hendaya es el primer pueblo costero de la zona y una de las tres localidades que forman la bahía de Txingudi, junto a Irún y Hondarribia, de la que está separada por la desembocadura del río Bidasoa.
Una playa legendaria
A principios del siglo XVII tuvieron lugar en la playa de Hendaya distintos aquelarres (Sabbats). Enrique IV, Rey de Francia y Navarra, enmendó una comisión de investigación que duró 4 meses, con el objetivo de terminar con las brujas de la región de Labort. Catherine de Barrandéguy (Barrandégui) y Nékato, entre otras muchas mujeres, fueron acusadas de brujería y enviadas a la hoguera cerca de las emblemáticas rocas gemelas.
Precisamente, son estas míticas rocas gemelas conocidas como Les Deux-Jumeaux; el antiguo casino de estilo neomorisco que se erige a pocos metros de la arena; y los tres kilómetros que la convierten en la playa más extensa de la costa francesa; los atractivos que hacen de Ondarraitz, una playa única. También es la más segura de toda la costa Vasca por su suave oleaje, lo que contribuye a hacer de Hendaya un destino familiar reconocido con el sello “Famille Plus”. Y, cómo no, es una de las cinco playas más bellas de Francia, según Tripadvisor 2019.
La ruta de la arquitectura neovasca
En paralelo al recién transformado paseo del Boulevard de la Mer, discurre el patrimonio arquitectónico de Hendaya. Son más de 70 villas de estilo neovasco, construidas entre 1900 y 1930 que exhiben los tradicionales colores y formas del País Vasco francés: las fachadas blancas y armaduras azules, rojas y verdes del arquitecto y urbanista Edmond Durandeau. También son visibles aún los vestigios de la muralla de Vauban, punto de defensa estratégica de la ciudad en momentos claves de su historia, y su magnífica vista de Hondarribia.
El interior de la ciudad esconde otros tesoros como la plaza de la República, donde Miguel de Unamuno organizaba sus tertulias en el exilio; o la iglesia de Saint Vincent, con su enigmática cruz cíclica, muy estudiada por su mensaje apocalíptico. Este templo fue construido en 1598 siguiendo la tradición de la provincia: fachadas blancas y galerías de madera. La autenticidad de Hendaya también se ve en su patrimonio deportivo, el frontón Gaztelu Zahar sigue siendo un lugar de culto que concentra varias celebraciones típicas vascas.
El castillo que cumple 140 años
El recinto se destinaba a los fines científicos de su propietario, conocido por su faceta de viajero y al que se le atribuye la cartografía de Etiopía. El castillo surge de los acantilados de Hendaya y es por eso que goza de las mejores vistas de la zona. En su interior se esconden tesoros traídos de Oriente y que aportan a la construcción una riqueza decorativa inmensa y de lo más variada. Este lugar también recibe el nombre de observatorio porque Abbadie instaló aquí varios equipos astronómicos, que le permitieron realizar catálogos de estrellas.
Una reserva biológica de 65 hectáreas
Más allá de su faceta de explorador que le llevó a tierras muy lejanas, Antoine d'Abbadie también mantiene una relación muy estrecha con el País Vasco. Es considerado el Padre de los Vascos por ser un firme defensor de su lengua y su cultura. Su legado en Hendaya no termina en el castillo, pues junto a este se encuentra el Dominio de Abbadie. Se trata de una reserva biológica de 66 hectáreas que une mar y tierra, y recibe 230 mil visitantes cada año. Este espacio de naturaleza acoge las famosas formaciones rocosas flysch, recuerdo de que hace 80 millones de años el océano ocupaba el lugar del Pirineo.
El destino donde relajarse
Hendaya es la cuna de la talasoterapia y el destino ideal, donde descansar y relajarse. Una breve visita a Hendaya equilibra el cuerpo y lo llena de paz por su proximidad al mar. El célebre jugador de rugbi, Serge Blanco, fundó hace unos años el hotel de talasoterapia que lleva su nombre. Los hoteles Thalasso & Spa Serge Blanco ofrecen estancias orientadas a la salud, la belleza y a la armonía del cuerpo y el espíritu.
Los eventos del verano
Del 9 al 12 de julio: Festival de luz y sonido / Hendaya celebra el verano. El fuego es protagonista de las noches de verano en Hendaya. Son cuatro citas nocturnas consecutivas en las que la poesía, las llamas y la percusión se funden en una sola experiencia.
14 de julio y del 10 al 17 de agosto: Espectáculo de fuegos artificiales y Festival Internacional de Fuegos Artificiales de San Sebastián. La mejor manera para disfrutar del espectáculo es navegar al atardecer y disfrutar de una cena aperitivo con tapas a bordo, mientras llega el momento de la pirotecnia. Viaje de vuelta a la luz de las estrellas.
Del 9 al 11 de agosto: Hiri Besta. Son dos noches de fiesta antes de conmemorar el gran día del Festival Vasco. Los habitantes de Hendaya lucen el vestido tradicional, el frontón principal de Gaztelu Zahar se llena de acción, las cabalgatas, las carrozas y las bandas se adueñan de las calles de la ciudad.