Los safaris en África pueden llegar a ofrecer todo un espectáculo de la naturaleza delante de nuestros ojos. También pueden ofrecer una perspectiva muy distinta a los turistas, que normalmente provienen de lugares más cosmopolitas: la experiencia única de ver la vida silvestre africana en estado salvaje.
Los safaris africanos que conocemos hoy en día están muy influenciados por los primeros safaris en Kenia, además del imaginario basado en el cine.
El origen
Durante el siglo XX, el safari se hizo muy popular en el cine a través de historias idealistas de aventura, emociones y romance. Más allá de todos estos productos culturales, el concepto de safari siempre ha estado presente. La palabra safari proviene de la palabra "safar", un verbo árabe cuyo significado es 'hacer un viaje', y de esta palabra árabe se obtiene el sustantivo "safariya", sinónimo suajili de la palabra árabe.
El concepto original de la palabra no estaba relacionado con los elementos que se asocian a un safari hoy en día como tiendas de campaña, mochilas, caminatas, botas de montaña o vehículos como los Land Rover para descubrir animales exóticos. En su contexto histórico, un safari se refería a los viajes de varias semanas que las personas tenían que realizar bien utilizando las rutas comerciales o para emigrar de un país o continente a otro.
Según los primeros registros de los que se tiene constancia, los safaris estaban principalmente centrados en el comercio. Hay que tener en cuenta que la cultura africana y la árabe están muy relacionadas desde los tiempos en que sus habitantes viajaban muchísimos kilómetros entre pueblos y ciudades para comerciar. Hay diversas teorías sobre el origen y desarrollo y cada país reivindica conceptos propios de este espectáculo natural. El este de África fue la tierra que popularizó el safari como concepto vacacional, más en concreto Kenia, conocido como la "tierra del safari".
Hoy en día, Kenia es uno de los pocos países en África que ofrece una experiencia auténtica para volver a los orígenes del safari y dar una idea de cómo era hace años atrás. Un safari en Kenia es una experiencia única, una forma de experimentar un estilo de vida tradicional, donde ver a las tribus llevar prendas de vestir antiguas y coloridas, el tipo de agricultura y de vida en un entorno totalmente rural. Un safari permitía saborear y acercarse a la vida salvaje, la cultura y los paisajes autóctonos de África.
Con el tiempo, la experiencia de un safari ha pasado de explorar el tercer mundo a ser una experiencia adaptada al público occidental. El turismo ha incrementado la oferta por toda África, con ofertas muy diversas en una gran variedad de países africanos. Definitivamente, se puede decir que la palabra safari ha sido reinventada. Ahora se publicitan destinos de lujo para safaris, con vehículos 4x4 descapotables, vistas increíbles de la vida salvaje, globos aerostáticos y otros tipos de servicios turísticos muy atractivos. Una experiencia de safari en África se ha convertido en una de las mayores aventuras que cualquier viajero puede disfrutar.
El universo del safari en otros productos y servicios
En el sector de los juegos, podemos encontrar desde videojuegos a máquinas tragaperras inspiradas en esta atmósfera como Soccer Safari de Betway Casino, donde podemos disfrutar de gráficos inspirados en animales que pueden activar los bonos especiales o el trofeo, ya que al tratarse de un juego que une safari y fútbol tenía que estar presente.
El séptimo arte cuenta con muchísimas películas que giran en torno al mundo del safari. Una de las películas más famosas es Los demonios de la noche, protagonizada por Michael Douglas y distribuida por Paramount Pictures. El argumento gira en torno a dos leones que se han acostumbrado demasiado al contacto con las personas, hasta el punto de convertirse en un escándalo en la comunidad. Se trata de una película clásica de 1996 donde el cazador se convierte en cazado, muy entretenida y que se recomienda ver antes de iniciar una aventura por África.
El safari es muy popular desde hace varios años y puede llegar a convertirse en una alternativa al turismo de sol y playa. Sin embargo, debido a su precio y a la distancia puede ser que, de momento, siga siendo un tipo de turismo más exclusivo que la costa mediterránea.