Rock, Motown, blues y mucho más… Estados Unidos es un destino que cuenta con una rica historia musical. Desde la soleada Miami hasta las fiestas callejeras en Nueva Orleans, pasando por una sesión de bluegrass y bourbon en Owensboro, Kentucky, el país está repleto de personas que viven y respiran buena música.
Visit the USA lanza Hear the Music, una nueva campaña audiovisual que explora, a través de un recorrido por diez ciudades, las diversas experiencias que ofrece Estados Unidos como destino musical, reflejadas en una serie de videos disponibles en la web, y en la aplicación de video bajo demanda sobre viajes GoUSA TV (compatible con dispositivos iOS y Android).
A través de Hear the Music, lo viajeros podrán acercarse a la gente y a los destinos más icónicos de las ciudades más musicales de los Estados Unidos, rastreando la historia de los géneros musicales en museos interactivos, asistiendo a una actuación en directo de artistas emergentes en los bares más auténticos, entre otras muchas experiencias. Se trata de un recorrido que Visit The USA propone a los amantes de la música, en el que los viajeros pueden bailar salsa, tocar blues o dejarse llevar por el techno, conociendo de cerca los lugares que convierten a Estados Unidos en un destino tan vibrante y atractivo.
Esta ciudad es sede del famoso festival de música y cine South by Southwest Music and Film Festival y del Austin City Limits, uno de los festivales de música más populares del mundo. Por eso, no es de extrañar que Austin sea el hogar de algunas de las mejores experiencias musicales de los Estados Unidos. En un viaje a Austin, los amantes de la música empaparse del ritmo en alguno de sus 270 locales de música que hay en toda la ciudad, incluido el Continental Club, un espacio íntimo que ha albergado la cultura del rock durante 60 años y donde tocan leyendas del honky tonk local, como Dale Watson y su Lone Stars, que ofrecen su espectáculo cada lunes. Bordeando el río Colorado, los viajeros pueden hacer una parada para fotografiar la estatua de la leyenda de la guitarra de blues Stevie Ray Vaughan, o dirigirse al Ginny's Little Longhorn Saloon para disfrutar de la música honky tonk y una cerveza bien fría. Por otro lado, la taberna White Horse es el lugar ideal donde los locales están dispuestos a ayudar a los visitantes a dominar el paso twostep de Texas, con clases de baile gratuitas amenizadas por bandas en vivo.
Chicago es la cuna del blues moderno y, como tal, tiene mucho que ofrecer a los fanáticos de la música, ya sea en los locales de música en vivo o en sus museos. La Chicago Blues Experience, que abrirá sus puertas en 2020, guiará a los visitantes, a través de exposiciones interactivas y diversos objetos de gran valor, por la historia de los artistas pioneros que han influido en este estilo musical, muy presente en los clubes de la ciudad. El blues de Chicago nació con la migración de afroamericanos del sur al medio oeste, y su huella es aún visible en locales como Blue Chicago, con espectáculos en directo siete noches ala semana; o Buddy Guy's Legends, un ruidoso y animado bar en el que artistas locales e internacionales actúan para fanáticos de este estilo musical. Para disfrutar de la música durante el día se puede visitar, hasta el 28 de julio de 2019, la exposición Bronzeville Echoes: Faces and Places of Chicago’s African American Music, que explora el ragtime, el jazz y el blues, claves del legado musical de Chicago.
En Detroit tienen sus raíces dos estilos: el motown y el techno. Precisamente este año se cumple el 60 aniversario de la productora Motown Records, que alberga el museo del mismo nombre, cita obligada para los seguidores de artistas y grupos como The Temptations o Diana Ross & The Supremes y un recorrido por los recuerdos que han hecho popular este movimiento musical y las estrellas que lo han liderado. Motor City, que vio nacer el techno, es el escenario del Movement Festival, que se celebra este año del 25 al 27 de mayo; un espacio tan simbólico como The Masonic, el templo masónico más grande del mundo, construido en los años 20, y que mezcla perfectamente la música y la arquitectura para recrear una experiencia difícil de olvidar.
Las Vegas es el lugar donde es fácil satisfacer cualquier capricho musical, ya sea escuchar a Celine Dion interpretando sus clásicas baladas el Caesars Palace o asistir a alguna de las sesiones de los más grandes DJ`s del mundo, como Calvin Harris o David Guetta. Y es que más allá de los carteles luminosos y los hoteles, el centro de Las Vegas es el hogar de algunos de los templos del rock más increíble de los Estados Unidos, incluido el Double Down Saloon, un local de rock y punk, y el Beauty Bar, donde la banda de Las Vegas, Imagine Dragons, solía tocar al principio de su carrera. El asador The Golden Steer, que frecuentaba Frank Sinatra, o El Tropicana, donde se divertían los actores y músicos del Rat Pack, atesoran el legado del glamour de Las Vegas en la década de los 50, cuando artistas como Dean Martin cantaban en los locales de The Strip, su célebre avenida principal.
Miami ofrece todo lo necesario para disfrutar de un vibrante y soleado descanso en Estados Unidos. Pero más allá de la playa, Miami es la ciudad perfecta para vivir la escena de la música latina, donde la salsa y la samba se escuchan y se bailan durante toda la noche, en locales tan célebres como Ball & Chain en el barrio conocido como Little Havana, un antiguo salón de música en el que Count Basie o Billie Holiday ofrecieron conciertos en los años cincuenta, y que hoy en día es un sofisticado espacio donde los mojitos se combinan con la música de los DJ’s latinos, la salsa y el jazz en vivo. En Hoy Como Ayer, los viajeros podrán escuchar ritmos variados, desde soul, hasta salsa y rumba, con bandas que tocan en directo, o funk latino, en sesiones especiales que tienen lugar todos los jueves por la noche, hasta la madrugada. El rock también tiene su espacio en Miami, el Churchill’s Pub, un ruidoso club que tiene el récord mundial de haber celebrado el mayor número de actuaciones en un solo lugar.
Minneapolis es una mezcla única del rock que inunda sus bares y la cercanía de la gente que disfruta de los largos fines de semana llenos de música en cada rincón de la capital de Minnesota, desde el Centro Cultural Cedar hasta mítico Cabooze. Pero la visita a esta ciudad no está completa si no se recorren los lugares que han marcado la vida de Prince, el héroe musical nacido en Minneapolis. Un buen punto de partida es su antiguo hogar, Paisley Park, situada en un enorme terreno de más de seis mil metros cuadrados, donde también se encuentra un club nocturno y sus estudios de grabación. Además, en el Centro de Historia de Minnesota de la cercana ciudad hermana de St Paul se inaugurará, el próximo 4 de mayo, la exposición First Avenue: Stories of Minnesota's Mainroom, dedicada a la mundialmente famosa First Avenue, una antigua discoteca, que se construyó sobre la estructura de la terminal de autobuses de Greyhound, catapultada a la fama internacional cuando Prince la eligió para grabar su éxito Purple Rain. La exposición repasa la historia del lugar, muestra el vestuario completo utilizado por Prince en la película, ofrece la oportunidad de visitar los estudios de grabación y de degustar cerveza artesanal, un manjar que también se puede probar en numerosos locales de música en vivo.
Música, gastronomía e historia son los ingredientes de un cóctel único, que da sabor y color a la ciudad más animada del sur, Nueva Orleans considerada como el lugar en el que jazz vio la luz. En su museo se celebra y profundiza en la historia de este género musical en todas sus manifestaciones (incluso ofrece clases gratuitas de yoga jazz) gracias a su recorrido Jazz History Tour, que se detiene en las huellas que ha dejado la música en la ciudad. Más allá de la historia, parte del placer de viajar a Nueva Orleans es caminar por sus calles, donde las bandas de música se reúnen invitando a los peatones a conciertos improvisados, o pasar el rato en uno de sus bares de fama mundial, como el oscuro y delicioso Spotted Cat. Independientemente de las preferencias musicales, los visitantes no pueden evitar sentirse arrastrados por el animado ambiente y la divertida atmósfera de Nueva Orleans.
Si lo que el viajero busca en Estados Unidos es una combinación perfecta de barbacoa, bourbon y bluegrass (una variedad del country), tiene una cita obligada en Owensboro, una ciudad ribereña ubicada en Kentucky, a unas 100 millas al suroeste de Louisville. De allí era originario el grupo The Wooks, que veían el bluegrass como "un estilo de vida, una comunidad, una familia". Si el viajero quiere ver banjos, violines y mandolinas en acción, los viajeros no deben perderse el Romp Festival, que se celebra del 26 al 29 de junio y supone la mayor reunión de músicos y aficionados a la música y al baile bluegrass. Otra buena ocasión musical es el Friday After 5, una serie de cinco conciertos gratuitos para disfrutar de la puesta de sol, que este año tiene lugar entre el 17 de mayo y el 30 de agosto. Además, el recientemente inaugurado Bluegrass Music Hall of Fame & Museum rinde homenaje a Bill Monroe, el padre del bluegrass que se crió en la aldea cercana de Rosine.
Los aspirantes a músicos se han acercado hasta West Hollywood en California durante décadas, y con razón. En este barrio se han forjado algunas de las estrellas más importantes de la escena musical, que han tomado sus calles y la veneran como un lugar sagrado de Estados Unidos. Los viajeros pueden realizar el recorrido Rock ’N Walk & Jogging, para conocer el barrio de la mano de Jon D’Amico, ex músico y estrella de rock, que ha vivido en Sunset Strip los últimos 25 años. No hay que dejar de visitar tampoco los locales de West Hollywood The Troubadour (donde Elton John actuó durante el inicio de su carrera); el Whiskey A Go Go (donde tocaron The Doors, Janis Joplin y Led Zeppelin); El Roxy (un lugar íntimo donde conocer nuevos artistas y codearse con famosos) y el Viper Room (un local oscuro y vibrante que ha albergado a todos, desde Oasis hasta Tom Petty y los Heartbreakers). La experiencia será completa pasando una noche en el hotel Andaz West Hollywood, el primero que se construyó en la mítica calle Sunset Boulevard y la opción predilecta de los legendarios rockeros de la época