Un gran espectáculo de la naturaleza se repite cada año en República Dominicana. Miles de ballenas jorobadas, también llamadas yubartas, acuden desde mediados de enero a finales de marzo a las cálidas aguas de la bahía de Samaná, al norte de país, para aparearse o tener a sus crías. Es la ocasión para poder avistar a estas maravillosas criaturas en su hábitat natural y disfrutar de una atracción turística única en el Caribe.
Las ballenas realizan un viaje de miles de kilómetros desde los mares de Islandia, Groenlandia y América del Norte para terminar su periplo en la bahía de Samaná. Es sorprendente la desenvoltura de estos voluminosos animales, que pueden pesar 40 toneladas, saltando sobre las olas y dejándose desplomar a continuación sobre ellas. Así se comportan los machos para despertar el interés de las hembras, mientras emiten unos característicos sonidos que pueden escucharse en un radio de 30 kilómetros a la redonda bajo el agua.
Entre 11 y 12 meses después de aparearse, las ballenas regresan a estas mismas aguas para dar a luz a sus crías. Los ballenatos, que pesan una tonelada al nacer, ofrecen la imagen más tierna nadando y jugando alrededor de sus progenitoras. Cada día ingieren 200 litros de leche materna y ganan alrededor de 45 kilos. Es importante que estas crías se fortalezcan con rapidez para estar en condiciones de afrontar la exigente travesía hacia las aguas más frías del hemisferio norte.
Banco de Plata, en Samaná, está reconocido desde el año 1986 como Santuario de los Mamíferos Marinos, un espacio consagrado por el Gobierno dominicano a la protección de estos animales y considerado además entre los mejores lugares del mundo para la observación de la especie de las ballenas jorobadas. Estos gigantes marinos, capaces de permanecer bajo el agua hasta 40 minutos, emergen majestuosos a la superficie del Atlántico en su santuario de Samaná. Es fácil comprender que la excursión de avistamiento de las ballenas jorobadas sea la atracción turística estrella de la temporada.
Toda la península de Samaná está rodeada por el Santuario de los Mamíferos Marinos y en su costa sur se ubica el Observatorio Terrestre de las Ballenas. Este mirador, localizado en Punta Balandra, fue inaugurado por el Ministerio de Medio Ambiente de República Dominicana en 2011 y permite a los visitantes atisbar desde tierra a las ballenas que migran hacia el área protegida del Santuario.
“La visita al Santuario de las Ballenas Jorobadas de Samaná es una experiencia muy especial, que nunca defrauda a los viajeros, conscientes de que asisten a un espectáculo único de la naturaleza”, comenta Karyna Font-Bernard, directora de la Oficina de Turismo de República Dominicana en España y Portugal.
Samaná, destino para el turismo sostenible
Uno de los destinos dominicanos en auge es, sin duda, la Península de Samaná, que cuenta con dos aeropuertos, uno internacional y otro para vuelos domésticos. Esta región, poseedora de exuberantes manglares y maravillosas playas, se ubica en la costa atlántica, siendo una elección perfecta para los viajeros que buscan aventura, ecoturismo y naturaleza en estado puro.
Samaná cuenta con algunos de los lugares más increíbles para disfrutar del turismo de naturaleza. Entre ellos destaca el famoso Parque Nacional de Los Haitises, que se extiende sobre 600 kilómetros cuadrados donde se alternan bosques de manglares, estuarios, calas y ensenadas. En este Parque Nacional es posible rastrear también las huellas de la cultura taína, visitando las cavernas donde este pueblo precolombino dejó constancia de su existencia con pictografías y petroglifos.
El Ministerio de Turismo de República Dominicana (MITUR) promueve el turismo de naturaleza en el conjunto país y, en especial en Samaná, desde un enfoque primordial: la sostenibilidad. Con 32 parques nacionales y 15 reservas naturales repartidos por todo su territorio y santuarios marinos como el de Samaná, las autoridades turísticas están plenamente decididas a fomentar un turismo respetuoso con el medio ambiente.
“El turismo sostenible es la piedra de toque de nuestra política turística en curso porque sólo desde esta perspectiva responsable podremos asegurar que el destino conservará intactos los recursos que lo hacen atractivo para los viajeros de todo el mundo”, argumenta la directora de la Oficina de Turismo.