Lucir una piel hidratada, uniforme, sin manchas, arrugas e imperfecciones es una de las preocupaciones estéticas que tienen la mayor parte de las mujeres.
Para conseguirlo, no basta solo con una buena crema, sino que además hay tener en cuenta otra serie de factores, como el orden, la cantidad o la forma de aplicar el producto. Gema Correa, fundadora de la firma de cosméticos naturales Lycolé, da una serie de pautas para resolver todas las dudas que surgen en el cuidado del rostro y así poder incluirlas en nuestra rutina diaria de belleza.
Lo primero de todo es limpiar la piel en profundidad para eliminar las toxinas que se acumulan debido a la polución, el sudor o el maquillaje, y así preparar la piel para que los productos penetren sin obstáculos en las capas inferiores de la dermis.
Muchas de las dudas que tenemos a la hora de cuidar la piel surgen por el orden en el que se deben aplicar los diferentes productos. La forma correcta es primero el serum sobre la piel limpia, después el contorno de ojos y labios, para acabar con la crema hidratante.
En cuanto al tiempo que debemos esperar entre la aplicación de las cremas, cada piel es diferente y unas necesitarán más tiempo que otras. Lo importante es no asfixiarla y dejar que cada producto se absorba antes de aplicar el siguiente.
El serum cuida y trata el rostro en profundidad. Se debe aplicar con un ligero masaje ascendente en cara, cuello y escote con la punta de los dedos para dinamizar la circulación sanguínea y linfática.
La zona del contorno de ojos es la más fina del rostro y está sometida a continuos movimientos, por lo que necesita hidratarse en profundidad. Si tenemos bolsas, hay que aplicar el producto masajeando de fuera hacia adentro para ayudar al drenaje linfático, mientras que si nuestro problema son las ojeras hay que hacerlo al revés, de dentro hacia afuera para destensar la zona y suavizar las arrugas de expresión.
En muchas ocasiones la aparición de arrugas es consecuencia de la falta de cuidados de nuestra piel, por lo que la elección de una buena crema para conseguir el nivel óptimo de hidratación y elasticidad es fundamental para retrasar los signos del envejecimiento.
Siempre es un buen momento para empezar a cuidarse, tener la piel hidratada y protegida del sol. Cuanto mejor nos mantengamos, mejor envejeceremos, sin embargo, es a partir de los 30 años cuando nuestro programa genético empieza a deteriorarse, y es el momento de ponernos las pilas si queremos conservar una buena piel.
Si tenemos que preparar la piel para una ocasión o evento especial, podemos añadir a nuestro ritual de belleza la aplicación de una mascarilla facial antioxidante para recuperar el equilibrio natural y lucir un cutis perfecto.
Por último, es fundamental la constancia. Debemos cuidar la piel todos los días, por la mañana y por la noche, y si además lo acompañamos de una alimentación sana y ejercicio el resultado será de diez.