Diez años después de su aparición, las estafas de soporte técnico siguen siendo más habituales de lo que cabría esperar. Los estafadores usan tácticas intimidatorias e ingeniería social para engañar a los usuarios, y hacer que paguen por servicios de soporte técnico innecesarios. Este suele ser el modus operandi: al usuario le llega un correo electrónico, es redirigido desde una web o pop-up fraudulentos o recibe una llamada telefónica de alguien que dice pertenecer al equipo de soporte técnico de una compañía de tecnología, que le pide sus contraseñas para acceder a su dispositivo con el fin de solucionar un inexistente problema técnico. Una vez facilitada contraseñas e información personal a los estafadores, éstos toman el control del PC y extorsionan a su propietario, exigiéndole el pago de una cantidad de dinero para recuperar el control de su dispositivo. En otros casos, los estafadores pueden hacerse con información personal, datos bancarios, etc.
Un estudio elaborado por Microsoft para analizar este tipo de estafas y su impacto en los consumidores, que se ha llevado a cabo en 16 países en todo el mundo (Alemania, Australia, Brasil, Canadá, China, Dinamarca, Estados Unidos, Francia, India, Japón, México, Nueva Zelanda, Reino Unido, Singapur, Sudáfrica y Suiza) muestra que un 63% de los usuarios de ordenadores ha estado expuesto a intentos de estafa, y que el 6% de éstos ha sufrido pérdidas económicas como consecuencia de esta actividad delictiva.
El estudio -Global Tech Support Scam 2018- de Microsoft muestra que el porcentaje de encuestados que han estado expuestos a estafas de soporte técnico ha disminuido cinco puntos, si lo comparamos con los resultados del anterior informe que la compañía realizó sobre este tema en 2016. Sin embargo, las pérdidas de dinero y tiempo que conllevan estas estafas continúan siendo habituales, a pesar de que los usuarios parece que se han vuelto más precavidos ante ellas.
Por otro lado, de manera similar a los resultados de 2016 y pese a que se pueda pensar lo contrario, los datos reflejan que los jóvenes son presa de este tipo de estafas con mayor frecuencia, en particular los pertenecientes a la generación Z y los millenials, especialmente los hombres, probablemente debido a que arriesgan más en Internet (visitando, por ejemplo, sitios de descargas ilegales) y a su exceso de confianza por estar más familiarizados con la tecnología que las generaciones anteriores.
En defensa de los usuarios
Los estafadores se han adaptado a los cambios tecnológicos y emplean tácticas cada vez más sofisticadas para dirigirse a los usuarios a través de correos electrónicos, phishing, sitios web falsos y pop-ups que simulan proceder de una compañía fiable que les ofrece una solución para un hipotético malware y otros problemas técnicos asociados y, de esa forma, acceder a sus ordenadores. Además de robar información personal y financiera, los estafadores instalan en muchos casos software malicioso.
Microsoft está plenamente comprometida con la seguridad de los usuarios. Su privacidad y seguridad es clave para la estrategia de negocio de la compañía, que a través de la Digital Crimes Unit, un equipo formado por abogados, analistas e investigadores, trabaja en colaboración con la fiscalía y con las fuerzas y cuerpos de seguridad especializados en los ciberdelitos, para combatir este tipo de ciberdelincuencia en todo el mundo, alertando y educando a los consumidores, y ofreciéndoles asesoramiento y recursos para poder identificar, evitar y denunciar a los delincuentes. Para ello, la Digital Crimes Unit de Microsoft utiliza inteligencia de datos para rastrear las redes de fraude de soporte técnico y remitir los casos a las autoridades pertinentes.
Para evitar este tipo de fraudes, Microsoft aconseja a los usuarios seguir una serie de recomendaciones, así como implantar unas sencillas pautas de seguridad para mantener protegido su equipo.
Microsoft insta a todos los usuarios a denunciar este tipo de estafas de soporte técnico a través de su web: https://www.microsoft.com/es-es/reportascam