Si se busca una experiencia espeluznante para vivir Halloween de verdad, Europa tiene sin duda numerosos lugares que pueden dejarte helado. El portal ViajerosPiratas, ha seleccionado algunos de los lugares más tenebrosos para realizar un viaje inolvidable y uno de ellos precisamente es español y está en Aragón. Las Catacumbas de París o una ciudad fantasma cerca de Chérnobil son otros de los 7 lugares elegidos por este portal.
La Colina de las Cruces: Šiauliai, Lituania
Situado no muy lejos de la ciudad de Šiauliai en el norte de Lituania, a unos 120 km al suroeste de Riga, la capital de Letonia, se puede encontrar “La Colina de Cruces”. Con más de 100.000 cruces de todas las formas y tamaños ofrece un paisaje escalofriante. Lo que inicialmente parece un gran cementerio realmente no aguarda restos humanos (o al menos eso es lo que dicen). El origen de la montaña sigue siendo poco claro a día de hoy, pero sigue atrayendo a muchos peregrinos que clavan sus propias cruces por motivos religiosos.
El bosque de Hoia-Baciu, Rumanía
Además de conocidos vampiros como Drácula, en el corazón de Transilvania también hay un misterioso bosque. En Hoia-Baciu hay personas que dicen haber avistado Ovnis, visto sombras tenebrosas, o sufrido raras quemaduras. Si a eso le sumamos misteriosas desapariciones el resultado es uno de los lugares más aterradores de Europa. Por algo se le conoce como “El triángulo de las Bermudas de Transilvania”.
Estación de Canfranc, Aragón, España
Ubicada en Canfranc, junto a la frontera con Francia, se encuentra una de las estaciones de tren abandonadas más impresionantes de Europa, y sin embargo desconocida por la mayoría del público. Su lujosa fachada nos deja entrever su pasado de gloria, que sin embargo sufrió graves problemas, descarrilamientos e historias desgraciadas que han impedido su funcionamiento y que la convierten en el escenario perfecto de cualquier película de terror. Fue inaugurada en 1928 y los tristes episodios nacionales posteriores y las diversas guerras la convirtieron en refugio, por ejemplo, del ejército nazi. Su cierre definitivo no se produciría hasta 1970, desde entonces permanece en desuso, al menos por nosotros, los vivos.
Prypjat, Ucrania
Esta ciudad fundada en 1970 a 3 km de la construcción de la central nuclear de Chernóbil se convirtió en una ciudad fantasma después de que el reactor nuclear explotase el 26 de abril de 1986. El paisaje de casas en ruinas, calles vacías y objetos curiosos abandonados podría ser el escenario de una película de Hitchcock. Sin duda su paisaje es una metáfora que nos señala que la humanidad es la verdadera responsable de los peores miedos y temores que tenemos.
Las catacumbas parisinas son un famoso laberinto de túneles subterráneos cuyas paredes están formadas por toneladas de huesos y calaveras humanas apiladas al milímetro. Se calcula que más de seis millones de cadáveres en el siglo XVIII, - incluyendo personajes tan conocidos como Montesquieu o Robespierre - fueron traídos aquí en carruajes desde muchos de los cementerios de la ciudad que se habían quedado sin espacio. Después de la Torre Eiffel, las catacumbas son el destino más popular para los turistas en París.
Castillo de Miranda, Bélgica
Un destino perfecto para los cazadores de fantasmas es el Castillo de Miranda en Bélgica. Fue construido en el siglo XIX a modo de refugio para una familia que tuvo que abandonar su residencia anterior escapando de la Revolución Francesa. Estuvo ocupado hasta la Segunda Guerra Mundial cuando fue convertido en un extravagante orfanato que funcionó hasta 1980. Hoy en día aún se pueden ver a los niños correteando por los pasillos. ¿Quién prefiere el castillo de Disneyland París teniendo esta preciosidad para visitar?
Osario de Sedlec, República Checa
Situado a una hora al este de Praga, esta capilla gótica es el lugar perfecto para una “divertida” excursión para los menos escrupulosos. Todo el interior de la "iglesia del hueso" está impresionantemente decorado con restos mortales, en total, la catedral alberga más de 40.000 restos humanos. La pieza central es una lámpara de tres metros de altura hecha íntegramente con huesos en la que los "candelabros" son una colección de cráneos. Ideal para celebrar una boda.