PERSONAJES

Alberto Hernández, alias Crazy Barber

Redacción | Jueves 16 de agosto de 2018

Alberto Hernández es imagen y proyecta esa imagen en su profesión y en sus locales…

Alberto Hernández es barbero, pero no un barbero cualquiera, es Crazy Barber, un apodo que nos tendría que poner en guardia por lo que pueda pasar, y lo que puede pasar es que nos encontremos con el barbero loco en un lugar cuyo nombre, Malditos Bastardos, nos dice que estamos en un sitio canalla (en el buen sentido de la palabra, o no), donde hasta el más pequeño de los detalles está marcado por el sello y la imagen de Alberto…

Las barberías Malditos Bastardos es un concepto muy canalla, muy en gentleman callejero

¿Qué es el concepto Malditos Bastardos en barbería?

Viene de años de experiencia trabajando en diferentes conceptos de peluquería, de barbería masculina para que al final siempre acabase en lo mismo: que hay un nicho de mercado por explotar y un concepto como es Malditos Bastardos que es muy canalla, muy en gentleman callejero, pero al mismo tiempo cuidando mucho el servicio al cliente, tenemos unos protocolos muy marcados establecidos e intentamos dar un servicio diez.

La idea está inspirada en algo, has copiado de algo…

La idea es mía, las copias al final son copias y no se sostienen en el tiempo.

Me han dicho que el nombre no tiene nada que ver con la película de Tarantino

No, lo que pasa es que cuando buscaba un nombre siempre terminaba con ese. Necesitaba un nombre compuesto de algo canalla… locos bastardos… tenía claro lo de bastardos… y al final Malditos Bastardos… Le comenté a un amigo que al final siempre acababa con ese nombre, y me dijo ponlo, es que es una película, ¿y qué?. Así que vi que estaba libre el nombre y lo registré.

¿Cuántos años desde la primera Malditos Bastardos?

Dos años ha hecho hace poco.

En ese corto espacio de tiempo, Alberto se ha lanzado a esa aventura y en estos momentos tiene cuatro locales en Madrid, en el Mercado de Barceló; en el lobby del Hotel Only You de Atocha; en Preciados 12, en Intimissimi Uomo, y el último que está en San Vicente Ferrer, 34.

¿A qué clientes os dirigís?

A todos en general. Los chicos que se van incorporando se sorprenden porque en ninguna barbería de las que ellos han trabajado tienen esa variedad de clientela como tenemos nosotros aquí, ¿por qué? porque intentamos adaptar la mejor técnica para cada cliente, esto no es sota, caballo y rey; analizamos al cliente, hacemos un asesoramiento, escuchamos bien lo que quiere el cliente y cuando lo tenemos claro decidimos que técnica utilizar para que el resultado sea el adecuado, el óptimo, entonces tenemos desde chavales de 20 años que hacen un esfuerzo importante para poder venir, porque al final nosotros hacemos un corte de pelo por 23 euros, ejecutivos, abogados, jubilados…

La moda de la barba os viene bien

No es una moda, la barba siempre ha existido, si es cierto que dos años atrás se llevaban unas barbas con mucha longitud, de hecho yo tenía una barba muy larga y ahora intento llevarla más corta, por comodidad más que nada, porque al final la barba larga hay que llevarla cuidado, es más laborioso llevar barba que coger la Gillette todas las mañanas…

¿Vienes del sector de la peluquería?

Si, de siempre, soy peluquero, soy barbero desde hace 27 años.

Nos dirigimos a todos los clientes en general e intentamos adaptar la mejor técnica para cada uno

Alberto Hernández, alias Crazy Barber, nació en Bilbao, pero se sacó el título en Valencia, aunque reconoce que se ha movido mucho por España…

Antes de venir a Madrid, estuve en Salamanca. Ahí tenía una barbería, mi primer negocio, la cogí porque el propietario la traspasaba por jubilación, llevaba 40 años funcionando. Pero no era feliz, no era la barbería que yo quería y sabía que si me quedaba mucho tiempo ahí me iba a acomodar y no era eso lo que buscaba, entonces cerré, pagué todas las deudas que tenía y me vine a Madrid con una mano delante y otra detrás. Después de un año, compartiendo piso, y de estar haciendo trabajos que no me convencían, buscando lo que me saliera, me presentaron un proyecto chulo de una barbería para una nueva apertura y cuando sentí que había tocado techo me fui, y ya fue cuando decidí lanzarme con esta aventura.

Y empezaste con la de Barceló

Sí, la primera fue esa…

Cuál es la que mejor funciona

Todas (rotundo)

De momento tienes cuatro abiertas, ¿va a haber una quinta?

Una quinta, una sexta, una séptima (afirma entre sonrisas), hasta que nos dejen…

O el cuerpo no pueda más…

El cuerpo siempre puede, con ilusión y con ganas siempre puede.

¿Qué pides a un barbero cuando entra a trabajar contigo?

Que sea buena persona, que sea humilde, que sea trabajador, que sea honesto y que sepa coger la tijera, con eso me vale, lo demás lo va a aprender aquí. Yo no puedo enseñar a ser buena persona, pero busco que sean buena gente y cuando hago la entrevista miro esa persona con quien va a estar, si va a encajar o no y en el momento que detecto que uno de los chicos no encaja, por el motivo que sea, intento hablar con él, darle una oportunidad, pero se termina yendo porque aquí no funciona el refuerce negativo, el miedo… estamos continuamente motivando a los chavales, no hay ninguno que haya tenido que decirme súbeme el sueldo, si lo ha merecido se lo he subido y además les estoy ofreciendo una carrera interna, de hecho uno de los chicos ya es socio mío…

¿Eras tú el único?

Tengo un socio y a uno de los barberos, que es el que lleva más tiempo conmigo, ya es socio y creemos que es una de las mejores maneras para poder seguir creciendo es dar la oportunidad a tu gente.

A los que entran a trabajar aquí les pido que sea buena persona, que sea humilde y que sepa coger la tijera

¿Cuánto personal tienes ahora?

Somos nueve en total.

¿Qué es lo que más piden los clientes que vienen?

Casi siempre no saben lo que quieren, por eso cuando vienen por primera vez les escuchas y les asesoras sobre cuál es el mejor corte que les puede encajar, que casi nunca se va a conseguir a la primera porque vienen con longitudes muy cortas, sobre todo muy subidos con la máquina, no tienen conexión los cortes, les pides por favor que den la oportunidad de cuatro, cinco o seis meses para conseguir el corte adecuado y entonces que decidan si quieren seguir o no, y casi todos se quedan…

Me llama la atención haber recuperado ese término de barbería, porque es un término antiguo, lo que existen son peluquerías, qué diferencias hay…

Que peluquerías hay muchas y barberías hay pocas…

Pero empiezan a proliferar, eso es bueno o malo para el negocio.

Es bueno, porque la competencia es la que nos hace que no nos durmamos en los laureles y nos obliga a seguir luchando para si un día me montan una enfrente se acepte sin más, pero si me relajo y empiezo a hacer las cosas mal y me montan una enfrente, no tengo tiempo de reacción y seguramente que me iría al fracaso…

Esperemos que eso no ocurra…

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