Como marca ya la tradición, desde 1953 se celebra en Cambados, Pontevedra, la Fiesta del Albariño, que tiene su origen en una apuesta que se realizó entre amigos de la localidad para demostrar quién tenía la mejor cosecha de 1952. Todos los años tiene lugar esta curiosa fiesta donde la gente disfruta de música, comida y cómo no, de una gran degustación de este vino gallego.
La uva
La uva albariño es la reina indiscutible en el viñedo gallego y más concretamente en las Rías Baixas, donde su fuerte personalidad y carisma se ha impuesto a la de la propia denominación; la gente no pide un Rías Baixas, sino un albariño.
Posible pariente lejana de la uva riesling alemana, la albariño comparte con aquella sus aromas afrutados y florales, así como la buena acidez y una fantástica capacidad para reproducir el terruño. Es tradicional conducirla en altura, en los clásicos emparrados en pérgolas, para evitar las humedades que conlleva la cercanía al suelo. El clima atlántico, caracterizado por las frecuentes lluvias y las temperaturas suaves, hace que la cepa obtenga el nivel de hidratación necesario para desarrollarse en plenitud.
El grano de uva es pequeño y prieto, con hollejos duros, factores que convergen para dar un fruto de primerísima calidad. Es capaz de generar buen grado alcohólico y acideces elevadas que, en ocasiones, se liman con fermentaciones malolácticas. Sus vinos son capaces de envejecer con elegancia y los de mayor calidad agradecen un par de años en botella, incluso aquellos que no recibieron crianza alguna.
Algunas elaboraciones con trabajo de lías parecen resaltar su carácter glicérico, mientras que su crianza en madera está creando un fuerte debate entre los puristas del varietal y aquellos elaboradores que defienden que la calidez y redondez de la madera le sientan de maravilla. Sus aromas más habituales son los de melocotón, cítricos y hierbas, acompañados a menudo de sutiles toques salinos que parecen querer acercarnos al mar.
Historia
Lo que hoy conocemos como Fiesta del Albariño fue en su origen un concurso entre bodegueros promovido por don Bernardino Quintanilla Álvarez y don Ernesto Zarate, cuya primera edición se celebró el 28 de agosto de 1953, en coincidencia con la festividad de la Virgen de la Pastora, patrona de Cambados.
La primera merienda-cena tuvo un coste de 4.389,40 pesetas. Participaron medio centenar de comensales y nueve bodegueros concursantes, siendo elegido ganador un vino de José Rodiño Oubiña. Fue precisamente en esa primera cena donde se acordó seguir celebrando el concurso en años sucesivos.
Las ediciones de 1954 y 1955 tuvieron el mismo escenario, y en ellas concursaron 24 y 14 vinos, respectivamente. El auge del concurso fue tal que en la edición de 1956 la merienda-cena tuvo que ser trasladada a la huerta del Pazo de Ulloa. No sería este su último emplazamiento, años más tarde se celebraría en el pazo de Bazán y, desde el año 2005, tiene lugar en el jardín del pazo de Torrado.
El primer cartel anunciador de la fiesta fue editado en 1958 y se conserva una copia del mismo. Desde ese año se edita un cartel oficial que normalmente es encargado algún dibujante local. En los archivos municipales faltan los carteles de los años 1960, 1961, 1962, 1965, 1966, pero hay constancia de que fueron editados.
En los años 60 la fiesta se traslada al primer domingo de agosto. Por entonces se abre a la participación del pueblo con desfiles, catas públicas y verbenas. El 1969 se crea el Capítulo Serenísimo, lo que permite nombrar Cabaleiros do Albariño a personajes como Charles de Gaulle o Juan Domingo Perón.
En la década de los 70 la fiesta sigue en continuo crecimiento. Se promociona con tiradas nacionales de sellos y sobres, y se disputan las primeras pruebas deportivas ligadas a la fiesta, como el Trofeo Ciclista del Albariño. En el año 1977, con motivo de su 25 aniversario, la fiesta es declarada de Interés Turístico, distinción que fue actualizada en septiembre de 1990 a Fiesta de Interés Turístico Nacional.
En los primeros años 80 la fiesta se consolida y se abre al espectáculo con la apuesta por la música de grupos importantes como Os Resentidos, del polifacético Antón Reixa. En 1988 se constituye el Consejo Regulador de la D.O. Rías Baixas que, junto al Ayuntamiento, colabora estrechamente en la organización de la fiesta.
En los 90 llegaría el punto de inflexión con la creación del Capítulo Serenísimo y el glamuroso desfile de Donas e Cabaleiros vestidos con las capas diseñadas por Adolfo Domínguez. En 1993 Marisol Bueno sería nombrada primera Dona do Capítulo Serenísimo do Albariño. En estos años la música se convierte en un nuevo polo de atracción. Por la plaza de Fefiñanes pasan grupos y solistas como Seguridad Social, Mikel Erentxun, Loquillo, Danza Invisible o Gabinete Galigari. En esta década nace también el Himno do Albariño, compuesto por Xosé Lois Foxo, director de la Real Banda de la Diputación de Ourense.
Para todos aquellos aficionados al vino que no puedan asistir a esta fiesta gallega tan popular Vinissimus, sugiere 5 de los mejores albariños de las Rías Baixas:
Pazo Señorans Selección de Añada: más de 30 meses de crianza sobre lías y cepas de más de 45 años explican la cremosidad y el carácter profundo de este albariño de excepción.
Do Ferreiro Cepas Vellas: cada botella del Cepas Vellas esconde la esencia de las cepas de más de 200 años cuyas uvas ligeramente afectadas por la botritis permiten al Do Ferreiro alcanzar una complejidad nunca antes vista en un blanco gallego.
Organistrum: fresco y untuoso a la par gracias al trabajo con las lías finas y a la crianza parcial en barricas de roble francés.
Pedralonga: cítrico y mineral, Pedralonga es arquetipo de albariño nítido y atlántico, de granito, sabiduría y paciencia.
Lusco: los racimos para el Lusco se vendimian a mano y sus uvas fermentan con levaduras silvestres para dibujar el perfil más honesto del varietal.