Un paseo en piragua, kitesurf, baños en entornos idílicos y diversas actividades acuáticas. La provincia de Burgos ofrece multitud de espacios en los que combatir el calor disfrutando del agua.
El agua es una constante en la provincia de Burgos. Los ríos Ebro, Duero, Cadagua, Arlanzón… y muchos de sus afluentes recorren el territorio creando unos paisajes diversos, que van desde valles suaves a profundos cañones, pasando por lagos, cascadas y pozas. Además de la belleza de sus entornos naturales, estas zonas ofrecen multitud de posibilidades de ocio, ideales para el verano: baños, piragüismo, kitesurf, etc.
En Las Merindades, al norte de la provincia de Burgos, se encuentran algunos de los lugares más refrescantes de la provincia de Burgos, en un entorno montañoso de gran belleza paisajística. Un ejemplo, es la piscina natural de Espinosa de los Monteros. El agua helada del río Trueba, represada durante el verano, alimenta este espacio donde los árboles garantizan la sombra. Después del baño es posible acercarse hasta esta localidad histórica, construida alrededor del año 800 a.C. por los pobladores cántabros y pasear descubriendo algunos de sus edificios más significativos como el palacio de los Marqueses de Chiloeches o la parroquia de Santa Cecilia.
Situado en la frontera oeste de la provincia, Arija es un pueblo dividido en dos barrios por el embalse del Ebro, el mismo pantano que cuenta con playas de fina arena y una gran oferta de turismo activo con las actividades acuáticas a la cabeza, entre ellas, piragüismo y kitesurf. Además, desde la construcción del pantano en los años 40 del siglo pasado, la zona se ha convertido en un auténtico paraíso ornitológico.
El parque El Soto es el pulmón de Villarcayo y uno de sus grandes atractivos en los meses estivales. Situado a orillas del Nela, este espacio ofrece piscinas naturales, jardines, zonas verdes, instalaciones deportivas y una gran superficie arbolada. En las inmediaciones, es posible visitar la ermita de San Roque, del siglo XVIII.
Al sur de Las Merindades, se halla Pedrosa de Tobalina, una población de unos 100 habitantes conocida por su cascada El Peñón. En este enclave, el río Jerea se topa con un salto de unos 100 metros de ancho y cerca de 20 metros de alto que salva precipitándose al vacío y creando una estampa de gran belleza, especialmente espectacular durante los meses del deshielo.
Al este de la provincia de Burgos, las aguas del río Arlanzón se regulan tanto con el embalse de Úzquiza como en el pantano de Arlanzón. Este pantano, uno de los que tienen menor capacidad en la cuenca del Duero, ofrece muchas posibilidades recreativas y deportivas, entre ellas el baño o la práctica de piragüismo, además en sus inmediaciones es posible visitar el yacimiento de Atapuerca, lo que añade atractivo a la zona.