¿La barba está de moda?
No, la barba siempre ha existido. Hace unos pocos años se llevaban exageradas y ahora de llevan arregladas y cuidadas…
Así lo afirma Alberto Hernández (Crazy Barber), la persona que ha creado Malditos Bastardos (Barbería), y que inaugurado su cuarto local en Madrid.
Los tres primeros se hallan ubicados en el Mercado de Barceló, en el hotel OnlyYou de Atocha, y en Intimissimi Uomo de la calle Preciados. Y este cuarto se encuentra en la calle San Vicente Ferrer, 34, en pleno barrio de Malasaña, que se dice en estos casos…
Esa inauguración (oficial) o puesta de largo en sociedad (barbuda) se convirtió en una animada fiesta con música en vivo y en directo incluida y los que la llevaron a cabo (la música) fueron los componentes de Tomaccos, un grupo que, por propia definición, bebe del whiskey, del country y hillbilly más sureño y la música de los colonos franceses; dando como resultado un cocktail de graduación XXX en la que el baile y la diversión son inevitables… que termina siendo contagioso…
A fe que lo demostraron, y dicho contagio hizo que terminasen su actuación en plena calle, donde interpretaron dos temas que algunos bailaron y corearon en total euforia fiestera…
La imagen del local es una mezcla de alternativa, nada convencional y tradicional, con todo lo que eso conlleva, es decir vieja escuela sólo para hombres con un “toque bastardo”, el que le da tirar de la esencia canalla que tienen los tipos exigentes que busquen trato personalizado. No lo decimos nosotros, lo dicen ellos, que también afirman que: Malditos Bastardos Barbería quiere desmarcarse de lo común, hacer justo lo contrario y crear un espacio donde podrás crear la imagen que quieres, pinchar la mítica música que forjó una era en los 50 y 60, cuando a lomos de una moto y los acordes de seis cuerdas se podía crear un mundo nuevo, porque eso es justo lo que quiere ser Malditos Bastardos Barbería para ti: ser tú mismo mientras te tomas una birra, un bourbon y escuchas la banda sonora de una época que distingue a los canallas que merecen la pena de los que no.
Las paredes están llenas de fotos de estos desalmados barberos, todos con ese toque canalla que viene a ser su sello de fábrica, y detalles y complementos que harían las delicias de esa gente de mediados del siglo pasado que rodaban por la Ruta 66…
Ya sabéis, si os gusta tener una imagen cuidada, propia y bastarda, no lo dudéis…
Eso sí, no tengáis miedo a las famosas navajas (barberas), a los paños calientes. Ni tengáis prisa, las cosas que merecen la pena van despacio…