Se ha iniciado en el Paseo de El Retiro de Madrid la 77 edición de la Feria del Libro de Madrid, una de las citas culturales de referencia en nuestro país. Este año Rumanía es el país invitado. Durante estas tres semanas, numerosas personalidades se darán cita para acercar la riqueza literaria de Rumanía a la ciudad. Las letras rumanas llevan años ampliando y consolidando su presencia en España, hasta el punto de que, a día de hoy, es en nuestro país donde más literatura rumana se traduce.
‘Los seres humanos no saben, literalmente, leer y en poco tiempo tampoco sabrán, literalmente, escribir. Vivimos la melancolía del ocaso de la antigüedad, la ruina de una civilización, quizá la propia ruina del hombre. Tal vez nos definan como “los últimos autores” porque hemos sido los últimos lectores verdaderos. Y a pesar de todo ello, la literatura debe seguir adelante’. Estas palabras han formado parte de la intervención del escritor y poeta rumano Mircea Cărtărescu, el encargado de la conferencia inaugural de la 77ª Feria del Libro de Madrid en el Pabellón Bankia de Actividades Culturales.
Cărtărescu, considerado como uno de los mejores escritores europeos de la actualidad, ha reflexionado sobre el oficio de escribir, sobre el papel de la poesía en el mundo actual, sobre la evolución del lector a lo largo de su vida y sobre la utopía de vivir en la literatura, que nos ofrece instantes que se vuelven eternos.
Ante los asistentes que llenaron el Pabellón Bankia de Actividades Culturales y con la introducción del periodista Winston Manrique, Cărtărescu ha puso primero el foco de su discurso en los escritores, a los que ha catalogado como a un edificio de varias alturas en el que el primer piso está ocupado por aquellos “profesionales para los que la escritura es un oficio”; el segundo por los escritores-artistas cuya lectura “puede provocarte el estremecimiento de la médula espinal, ese orgasmo final que es el objetivo de los catadores refinados” y el tercero, “por encima de estos dos, un escalón de una altura abrumadora, insalvable para la mayoría”. “Para llegar a la cumbre de la catedral de la literatura, a lo más alto del campanario, no hay vía de acceso. Tienes que haber nacido allí”, ha añadido. Para el poeta en la palabra religión radica todo el secreto de la literatura: “La gran literatura no se basa en la construcción, ni en los temas, tampoco en el arte de las palabras. Ella toca el límite del límite de la humanidad, más allá del cual nos rodea un dios infinito”, ha expresado.
Sobre la lectura
“Llega un momento en que, tras engullir toneladas de libros con un apetito pantagruélico, se te revela que no lees al azar. Es el momento en que la lectura se interioriza, se confunde con tu mente y con tu cuerpo y en que, paulatinamente, los libros se elevan de nuevo, se recolocan y establecen huecos entre sí hasta que el montón se convierte en un edificio”, ha expresado el escritor. Para el rumano nada puede sustituir a la lectura. “Es el más acabado modo de construirte a ti mismo como una persona verdadera: sabia y sensible y sensual. Y un buen libro, inolvidable, que te persigue siempre no porque recuerdes su acción, sino porque cambia tu forma de pensar, es una experiencia viva y embriagadora como la droga o como una visión mística”.
Asimismo, ha dejado entrever en sus palabras la magia de la literatura que permite a los lectores vivir otra realidad diferente a la auténtica. Por eso, Cărtărescu busca el Libro con mayúsculas, que pueda guiar a un lector durante toda su vida y le permita vivir su vida a través de la literatura. La lectura da momentos que se vuelven perpetuos y que demuestran que un instante es más importante que la eternidad. Según su propia experiencia, el drama de su vida empezó “cuando en lugar del Libro me vi obligado a vivir la realidad”.
Lamentablemente, para el poeta ese sentimiento de vivir la literatura no es extensible a los tiempos actuales. “Me temo que de ahora en adelante nadie vivirá en los libros, como lo han hecho mi generación y las generaciones precedentes. Y que la utopía de la lectura quedará por ahí, en una colina apartada, como un gran laberinto en ruinas”.
Primeras firmas, apertura de casetas y actividades infantiles
La Feria del Libro de Madrid, a pesar de la lluvia y de la última hora y de la imposibilidad de celebrar la inauguración oficial con autoridades, disfrutó de una jornada llena de movimiento. “La lluvia ha deslucido el inicio, pero se han abierto las casetas a la hora prevista y por la tarde, ya con mejor tiempo, la sociedad madrileña ha contestado y ha llenado la Feria desde las 18:00”, ha comentado Manuel Gil, director de la Feria, quien asegura que el sector está preparado para afrontar los próximos días con buenas previsiones.
A lo largo del día, el Paseo de Coches de El Retiro vivió un constante flujo de visitantes que han podido encontrar en su camino un total de 363 casetas, repartidas entre 31 organismos oficiales, 13 distribuidores, 113 librerías y 206 editoriales, en las que se realizaron las primeras firmas de la cita. Igualmente, han comenzaron las actividades del Pabellón Infantil con varias propuestas dirigidas a los más pequeños de la casa. El espacio infantil ha abierto con el concierto “Leer, cantar y soñar con nanas”, una de las muchas actividades relacionadas con música van a llevarse a cabo durante los días de la Feria. “Este año tenemos programadas muchas propuestas de música. Es muy importante para nosotros esa vinculación de la literatura cantada con la cultura infantil de calidad”, ha expresado Raquel López, responsable de la programación del Pabellón Infantil. López, además, ha explicado que este año el espacio es un bosque en el que prima “la participación”. “En esta edición, queremos que haya mucha participación. Hemos planteado el espacio como un bosque que por fuera puede parecer tupido, pero que es un bosque abierto”, ha expresado.
La primera jornada de la 77 Feria del Libro de Madrid se cerró con una conferencia sobre la Familia Real Rumana a cargo del historiador Filip Iorga en presencia de Su Majestad Margareta, Custodia de la Corona Rumana en el Pabellón de Rumanía.