Cuando hace unos años un grupo de amigos decidieron hacer un descenso en kayaks y canoas por el río Arlanza no se imaginaban que casi tres décadas después se iba a convertir en una cita ineludible para los amantes de este deporte. Un año más el Centro de Iniciativas Turísticas de Covarrubias organizan una nueva edición del Descenso del Arlanza.
Fue la Hermandad de las Cien Doncellas la encargada de poner en marcha esta iniciativa, que finalizaba con el nombramiento de los “Paladines de la Hermandad”. Unos años después, de la organización empezaron a ocuparse el Grupo Naturalista ADASU y el Centro de Iniciativas Turísticas y fue entonces cuando el objetivo de la prueba paso a ser otro, recuperar el tesoro de Fernán González oculto entre los recovecos del río. Con el paso de las ediciones el número de participantes fue aumentando, lo que hizo que fuese más difícil mantener esta actividad, convirtiéndose en el día de fiesta que podemos disfrutar y en una de las actividades más importantes organizadas desde el CIT Covarrubias.
A pesar de ser ésta una prueba que no tiene un carácter competitivo, siempre hay algún palista que realiza el descenso con la intención de ser el primero en cruzar la línea de meta, aunque la mayoría de los participantes lo hacen envueltos en ese ambiente festivo, disfrutando de los maravillosos paisajes que esta tierra regala. Y es que esta prueba permite contemplar espectaculares sabinares y encinas milenarias, admirar las majestuosas ruinas del Real Monasterio de San Pedro de Arlanza, la localidad de Retuerta o las zonas de Fuente Azul o Fuente Tubilla.
La vigesimonovena edición de esta prueba lúdico-deportiva se llevará a cabo el próximo 27 de mayo, con salida del “Trocón” en el término municipal de Hortigüela, a trece kilómetros de la línea de meta situada en el Piélago en Covarrubias. Es importante recordar que el transporte de piraguas y participantes se llevará a cabo por parte de la organización. Las abundantes precipitaciones que han tenido lugar este año asegurarán un descenso rápido, que añadido a algunos puntos del recorrido, como las presas del Monasterio de San Pedro de Arlanza y la de Covarrubias, provocarán una subida de adrenalina en los participantes, que se verá rebajada en aquellos lugares donde el río se vuelve más manso y la navegación se convierte en una placentera experiencia.
Este día el Arlanza se llenará de colorido y fiesta gracias a los participantes, algunos de ellos disfrazados para la ocasión, que recibirán el aliento de familiares y amigos que los esperan en las riberas del río. Algunos de los palistas dan por finalizada la jornada con una merienda, momento que aprovechan para descansar del esfuerzo realizado y comentar las anécdotas del descenso y las experiencias vividas.
Todo ello en un impresionante marco de cortados de roca testigos de la historia de Castilla, mientras son vigilados por el águila real, el buitre leonado o el halcón peregrino, auténticos amos y señores de estos maravillosos cielos y a la sombra de inmensos bosques en los que se esconden el corzo, el jabalí y el gato montés.